El plan de Ahtisaari divide al Consejo de Seguridad de la ONU
El plan de Martti Ahtisaari, que prevé una independencia vigilada para Kosovo, debe recorrer aún un largo camino antes de ser aprobado por el Consejo de Seguridad. Rusia, que dispone de derecho a veto, se ha mostrado radicalmente en contra de que Kosovo se separe de Serbia, por lo que la aprobación del plan no puede darse por hecha. Por tanto, el futuro de Kosovo podría complicarse ante la imposibilidad de alcanzar un acuerdo entre Belgrado y Pristina.
GARA |
El inicio del debate el martes -madrugada de ayer en Euskal Herria- sobre el futuro de Kosovo y el plan Ahtisaari -que prevé una independencia vigilada- dejó en evidencia la división existente en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU. Por un lado, EEUU, Gran Bretaña y el Estado francés se han declarado a favor de la independencia de Kosovo, mientras que Rusia la rechaza rotundamente.
La posición de Rusia es determinante puesto que cuenta con derecho a veto en su calidad de miembro permanente del Consejo de Seguridad, por lo que el plan de Martti Ahtisaari no saldría adelante y el futuro de Kosovo podría complicarse.
El embajador ruso en la ONU, Vitali Churkin, reiteró que Moscú no apoyará el plan de Ahtisaari, argumentando que «no lo aceptan las dos partes», es decir, Serbia y los albanokosovares.
El primer ministro serbio, Vojislav Kostunica, hizo un llamamiento a retomar las negociaciones entre Belgrado y Pristina, al considerar que el plan de Ahtisaari sólo es aceptable por los independentistas kosovares. Además, exigió que el ex presidente finlandés sea retirado de su puesto de enviado de la ONU en Kosovo, «ya que no es imparcial».
La propuesta de Kostunica de retomar las negociaciones cuenta con pocos posibilidades de salir adelante, ya que las posturas que mantienen Belgrado y Pristina son irreconciliables. Los primeros exigen que Kosovo sea siendo parte indivisible de Serbia, mientras que los segundos exigen una independencia inmediata.
Así lo demostró el presidente de Kosovo, Fatmir Sejdiu, que calificó el documento de Ahtisaari como «justo y equilibrado» y recordó que alcanzar un acuerdo con Belgrado «ha sido imposible».
«Pensamos que la única salida posible es la independencia de Kosovo, con un periodo de supervisión internacional», añadió Sejdiu. Sin embargo, en Kosovo hay sectores, como el movimiento Vetëvendosje (Autodeterminación) que no ven con buenos ojos este control internacional -la ONU ejerce un protectorado desde 1999- y exigen la independencia sin restricciones inmediatamente.
El embajador francés, Jean-Marc de la Sablière, defendió el plan de Ahtisaari, porque «aporta una solución equilibrada y realista vista las posiciones antagónicas que existen».
Junto a ello, De la Sablière considera que es necesario que Kosovo cuente con un estatus definido para poder avanzar en el desarrollo de Kosovo y su acercamiento hacia la UE.
El embajador británico, Emyr Jones Perry, añadió que para elaborar un estatus será preciso el acuerdo del Grupo de Contacto (Alemania, EEUU, Estado francés, Gran Bretaña, Italia y Rusia).
La agencia rusa RIA Novosti informó de que sólo cuatro de los quince miembros del Consejo de Seguridad de la ONU mostraron claramente su apoyo al texto de Ahtisaari, según reveló el embajador ruso.
Una explosión se produjo el martes en la zona norte de Kosovo poblada mayoritariamente por serbokosovares, en el que fue el quinto atentado de estas características que se produce en apenas diez días. El ataque se produjo contra el parking del tribunal municipal de Zubin Potok, una ciudad a 60 kilómetros al norte de Pristina y poblada mayoritariamente por serbokosovares. La explosión no provocó víctimas, pero destrozó un vehículo de la ONU.
Por otra parte, otra explosión se registró en la madrugada de ayer en el valle de Presevo, poblado mayoritariamente por albaneses pero situado fuera de Kosovo, en territorio de Serbia.