Garoña adecúa el sistema de seguridad con el objetivo de alargar su vida activa
Después de 37 días detenida, la central de Garoña se ha reconectado a la red para recargar combustible. Durante esta parada, la número 24, la central ha adecuado sus sistemas de seguridad a la nueva normativa nuclear con el objetivo de renovar su licencia en el año 2009.
GARA |
Según informaron ayer fuentes de la empresa Nuclenor, titular de la central nuclear de Garoña, los trabajos acometidos durante esta parada de 37 días, «un total de 6.000 tareas», tienen que ver con la «seguridad» de esta instalación. Además, señalaron que «varios» de esos trabajos tienen que ver específicamente con la respuesta de la central burgalesa a la nueva normativa nuclear, ya implantada en países como Estados Unidos.
Las mismas fuentes informaron de que el titular de la central ha invertido más de 16 millones de euros en I+D y mo- dernización de la instalación, un capítulo al que tiene previsto destinar hasta 2010 un total de 65 millones de euros.
Cabe recordar que la nueva presidenta del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), Carmen Martínez Ten, aseguró en su primera comparecencia ante los medios de comunicación, el pasado mes de febrero, que la central de Garoña será sometida hasta 2009 «a una gran ITV» para determinar su estado y la posibilidad de prorrogar su permiso de explotación, que cumple ese mismo año.
Funcionamiento a largo plazo
Los trabajos que se han realizado en la reciente parada para recarga de combustible «tienen que ver -precisaron las fuentes de Nuclenor- con el funcionamiento a largo plazo de las centrales» que el CSN les ha pedido que aborden.
El titular de las instalaciones de Garoña formalizó en junio del año pasado, en el Ministerio español de Industria, la solicitud de prórroga de autorización de explotación durante otros diez años más, hasta 2019. No obstante, la ampliación de la licencia deberá ser decidida por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero a partir del informe que elabore el propio Consejo de Seguridad Nuclear.
El CSN ya empezó el año pasado un trabajo en Garoña que se prolongará a lo largo de tres años, en los que se va a hacer una inspección de la situación de la central «en profundidad», lo que se ha denominado una «ITV» -según las mismas fuentes-, que «sigue su curso».
«Ya presentamos en julio del año pasado una cantidad importante de documentación y se trata de una evaluación dinámica, es decir, analizan la que le enviamos, nos piden aclaraciones o ampliaciones y ese proceso durará hasta el año 2009», precisaron.
Por otro lado, los propietarios de la central de Garoña también han solicitado al Organismo Internacional de la Energía Atómica (OEIA) que lleve a cabo una auditoría de sus sistemas de seguridad, lo que se llevará a cabo este mismo año.
Más de 500 pruebas
En esta parada programada -la próxima está prevista para dentro dos años-, se han sustituido un total de 112 elementos combustibles y ocho barras de control, y también se han inspeccionado diversos componentes internos de la vasija del reactor nuclear con herramientas robotizadas y cámaras especiales de monitorización.
Igualmente se han revisado -siempre según las mismas fuentes- la turbina y el generador, que se han desmontado, limpiado y revisado por completo, y se han incorporado 81 modificaciones de diseño.
Por último, durante estos 37 días de parada los técnicos de la planta de Garoña han realizado más de medio millar de pruebas de vigilancia de los distintos equipos y sistemas de la central, supervisados todos ellos por personal del CSN.
El anuncio de que Garoña va a adecuar sus sistemas de seguridad con el objetivo de seguir funcionando a partir de 2009 contrasta con el compromiso adquirido por Rodríguez Zapatero, quien prometió un plan de cierre de las centrales nucleares antes de finalizar la presente legislatura. Greenpeace considera que el primer paso de ese plan debería ser el «cierre inmediato» de Garoña, porque esta central «no puede seguir funcionando de forma peligrosa».
«Si quisiera, el Gobierno podría cerrar Garoña mañana mismo, porque un permiso de explotación provisional no es un contrato que haya que cumplir», declaró Carlos Bravo en nombre de Greenpeace.
En esta parada programada se han sustituido 112 elementos combustibles y ocho barras de control, se han inspeccionado componentes internos de la vasija del reactor y se han desmontado la turbina y el generador.