GARA > Idatzia > Eguneko gaiak

El peso del «tercer hombre» Los partidos abertzales se muestran escépticos sea quien sea el elegido

El voto de los ciudadanos vascos no se diferencia mucho del de los franceses. Si acaso, pequeñas diferencias en cuanto al orden de preferencia de los candidatos o a otorgar más o menos confianza a algunos de ellos (Le Pen, Bové, Besancenot) pero, globalmente, mantiene la misma tendencia. Eso sí, los vaivenes coyunturales se reflejan, en general, con menos vehemencia que en el Estado francés. No ha sido el ganador en Euskal Herria pero muchos hablan ya del «efecto Bayrou». Y es que, aunque no estará presente en la segunda vuelta, tendrá un peso innegable, y afianzado, también en la política vasca Ni Sarkozy ni Royal responderán positivamente a las demandas vascas. Eso piensan los representantes abertzales de diferente signo que se congratulan de que Le Pen haya sido arrinconado y critican el sistema electoral que «coarta reivindicaciones e ideas».

Maria AIZPURUA Baiona

La maquinaria electoral de la mayoría de partidos que el domingo quedaron fuera de juego para la segunda vuelta se detuvo ayer, aunque sólo fuera para tomar un pequeño respiro, ya que las elecciones legislativas están a la vuelta de la esquina. En cambio, ni los militantes de la UMP ni los del PS de Lapurdi, Zuberoa y Nafarroa Beherea pudieron otorgarse ese lapsus, ya que sus respectivos líderes continúan en la liza para hacerse con las llaves del Elíseo.

Sus representantes políticos se prodigaban ayer en valoraciones. Así, Alain Lamassoure, eurodiputado de la UMP, no escondía su satisfacción por el apoyo recibido por Nicolas Sarkozy, el candidato más votado en Ipar Euskal Herria, aunque sea tercero en el conjunto del Departamento de Pirineos Atlánticos. Seguramente por ello, Lamassoure apelaba «al sentido común, en especial a nivel del Departamento», y recordaba los largos años de «trabajo efectivo y buenas relaciones» de la coalición que mantienen la UMP y la UDF en el mismo. Como queriendo lanzar un guiño a Bayrou para que incline su electorado a votar a Sarkozy el 6 de mayo, el presidente del Consejo de Electos Vascos añadió que «durante la campaña no han tenido palabras contra nadie», olvidándose, quizás, de las de Jean Grenet manifestando que «para nosotros el problema no es Ségolène, sino Bayrou»; palabras que molestaron enormemente a Jean-Jacques Lasserre, presidente del Consejo General y que pertenece a la UDF.

También Jean-René Etchegaray (UDF) se congratulaba de los excelentes resultados de su candidato. Y no es para menos porque, aunque precedido de pocos puntos por Sarkozy (29,43%), François Bayrou (25,20%) conseguía el domingo todo un hito respecto a 2002 (10,72%). De hecho, su propia tierra natal no le defraudó, puesto que fue el candidato más votado en el Bearne y, globalmente, en el Departamento (29,60%).

Un capital político que, sin duda, pesará mucho para la segunda vuelta del 6 de mayo y también para las legislativas. De hecho, Etchegaray manifestaba ayer que, «si bien son conscientes de que hay compradores, los votos de la UDF no están en venta». Una forma de hacer valer el respaldo obtenido por el centrista puesto que, a renglón seguido, abría las puertas a posibles acuerdos, no sin remarcar que seguirá fielmente lo que decida su líder. Jean-Jacques Lasserre declaraba, con un punto de decepción, que hubiese preferido que Bayrou estuviese en la segunda vuelta pero reconocía «los resultados excepcionales», de los que dedujo que «su mensaje ha sido escuchado y que será tenido en cuenta para construir el futuro basado en la apertura, la autenticidad y la búsqueda del consenso».

La alegría de los socialistas vascos por la subida experimentada por Royal -incluso fue la más votada en ciudades como Baiona, Hendaia, Hiriburu o Maule- era visible a pesar de que la candidata quedó en tercer lugar en Euskal Herria (24,37%). Ello no fue óbice para que el coordinador del PS vasco, Pierre Favraud, no se quedara atrás a la hora de `echar los tejos' a la UDF. Ayer por la mañana manifestaba «tener esperanza» respecto al posicionamiento que tomará Bayrou cara al 6 de mayo «porque lo que cuenta verdaderamente son los valores, y tenemos los mismos».

Como sucediera hace cinco años, el voto ultraderechista se quedó en esta primera vuelta en cuarto lugar, eso sí, con un porcentaje bastante más bajo: 9,76% en 2002 y 5,95% ahora. Como entonces, el pasado domingo pudo comprobarse que, en Euskal Herria, Jean-Marie Le Pen no tiene tanto tirón como en el Estado francés.

Esta tendencia a diferenciarse del Estado se visualizó, asimismo, en los resultados del candidato de la LCR, Olivier Besancenot, que obtuvo el 4,60%, un porcentaje menor que en las anteriores presidenciales debido a la fuerte participación a pesar de que el número de votos se asemeja al obtenido entonces (7.412/8.260). El candidato troskista es el único que se salvó de la quema puesto que los demás candidatos se quedaron en porcentajes cuasi testimoniales. Si acaso, podría apartarse a José Bové, que superó el 2% en Euskal Herria y que en algunas zonas del interior, más concretamente de Nafarroa Beherea, consiguió rebasar el 8%, como en el cantón de Iholdi, o el 6% en el de Baigorri.

Un fenómeno que, según declaraba Jean Lissar, presidente de Los Verdes de Euskal Herria, no ha tenido especial incidencia en los votos cosechados por Dominique Voynet, cuyos resultados no les han «sorprendido porque se trata de unas elecciones difíciles y de carácter extremadamente personalista». Eso sí, reconocía el costo que les ha supuesto el llamado voto útil que ha ido a parar a Royal, un movimiento que calificaba «de fondo» ya que otras fuerzas de izquierda también lo han padecido. El consejero verde añadía que, incluso, una parte de su electorado habitual también se ha decantado esta vez por Bayrou, sobre todo cuando empezó a vislumbrarse que podía ser el segundo candidato en lugar de Sarkozy.

En lo que respecta al resto de fuerzas políticas, no es aventurado calificar de descalabro monumental los resultados obtenidos. Los 341 votos logrados por la comunista Marie- George Buffet en Bokale, feudo del PC, donde cinco años antes contaba casi con 500, ilustran perfectamente tal aseveración. En general, se quedó rozando el 1,7% del voto emitido en Nafarroa Beherea, Lapurdi y Zuberoa.

No menos importante fue el revés sufrido por el «partido de los cazadores» -CPNT (Caza, Pesca, Naturaleza y Tradición)-, que tampoco alcanzó el 2%. En 2002 consiguió que más de 11.000 ciudadanos vascos le «prestaran su confianza»; confianza que ha le ha sido retirada ahora por dos tercios de ellos.

La veterana candidata de LO, Arlette Laguiller, por su parte, perdió el 75% del apoyo logrado hace cinco años.

Como dato curioso y si bien las grandes tendencias que se han manifestado en el Estado también han sido plasmadas en los resultados de Euskal Herria, es de reseñar que la preferencia de los ciudadanos vascos (1º Sarkozy, 2º Bayrou, 3º Royal) ha ido en un orden que no coincide ni con el del Estado (1º Sarkozy, 2º Royal, 3º Bayrou) ni con el del Departamento (1º Bayrou, 2º Royal, 3º Sarkozy).

Una «pequeña diferencia» que, obviamente, no puede calificarse de excepcional ni de altamente significativa. Lo que sí queda meridianamente claro es que el voto vasco es, en general, un voto moderado que no sigue con tanto ímpetu como en el Estado francñes los avatares de la coyuntura política de cada momento.

Los partidos abertzales se muestran escépticos sea quien sea el elegido

M.A. | BAIONA

Representantes de los partidos abertzales valoraban ayer de manera diversa los resultados de la primera vuelta. Mertxe Colina se alegraba por la «paliza recibida» por Le Pen y por la alta participación, lo que, para la representante de AB, demuestra que «esta vez la gente se ha interesado».

Para Zigor Gojeaskoetxea, de Batasuna, que también remarcaba el bajón de la extrema derecha, el sistema de voto «no es realmente democrático» ya que obliga a muchos candidatos a «renunciar a sus reivindicaciones».

El representante de EA Manex Pagola, también criticó el sistema de escrutinio pero lo hizo desde el punto de vista del votante. Pagola cree que la «gente arrincona sus convicciones en favor del voto útil», y que el sistema de las dos vueltas da qué pensar porque los «grandes beneficiados son los partidos poderosos».

Pagola no escondía su decepción por los resultados de la candidata verde Dominique Voynet, a quien EA había apoyado. Por el momento, declinó pronunciarse sobre si, para la segunda vuelta, tomarán una posición pública. Auguraba que el resultado de las presidenciales tendrá, sin duda, un «efecto de arrastre» para las legislativas.

Ramuntxo Camblong, presidente del Ipar Buru Batzar del PNB, manifestaba su satisfacción por los resultados logrados por Bayrou porque «se aprecia un resurgir de la antigua democracia cristiana» con la que comulga su partido.

Reivindicaciones vascas

Ninguno de los representantes abertzales mostró confianza en los dos candidatos que se disputarán la presidencia con respecto a las reivindicaciones que están sobre la mesa en Euskal Herria.

Mientras Camblong manifestaba su «tristeza» porque no ve atisbos de que se pueda realizar «la reforma que tanto necesita Francia» y, aún menos, de que respondan a las demandas vascas «como la del Departamento», Colina consideraba necesario «frenar las ideas y la política represiva de Sarkozy», si bien admitía que ni éste ni Royal, «que aún no ha demostrado tener un proyecto de izquierda», vayan a responder positivamente a las cuestiones de Euskal Herria.

Gojeaskoetxea compartía el escepticismo de los anteriores ya que «ni Royal ni Sarkozy han respondido a la interpelación en base a la Carta de Corti» realizada por Batasuna y aseguraba que ninguno de los dos candidatos «traerá nada bueno para Euskal Herria».

DECEPCIóN

PNB y AB han mostrado su decepción. El primero porque Bayrou no ha pasado y el segundo, por el escaso apoyo logrado por Voynet.

ARRASTRE

El resultado de la segunda ronda tendrá «un efecto de arrastre» en las legislativas que, para los partidos abertzales, «puede ser desfavorable».

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo