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De cómo reducir la velocidad en estos tiempos que «corren»

El debate está abierto. Hay quien habla de «info-ricos" e «info- pobres", y me pregunto: ¿Es que nadie piensa en los «info-tontos"? Confundir uso de tecnología y conocimiento, eso que dicen nos hace libres, es algo, como poco, confuso. Yo mo quedo con lo que decía Robert Breson: «A tácticas de velocidad, de ruido, oponer tácticas de lentitud, de silencio"

Iratxe FRESNEDA

Periodista y profesora de Comunicación Audiovisual

Los tiempos están cambiando. Inmersos en el día a día, en nuestro reciclaje tecnológico «al minuto», eso que llaman «formación continua» (agotadora diría yo), nos cuesta notarlo. O quizá nos resulte dificilísimo encontrar tiempo para reflexionar sobre este hecho más allá del día siguiente. Y, precisamente, este cambio tecnológico afecta de lleno al entorno audiovisual. El cine y todos sus derivados amplían su parcela y dejan de limitar su espacio de actuación a la oscura sala de proyecciones o al escaparate de las alfombras rojas. La industria sabe que ya nada es suficiente, el mercado se diversifica cada vez más y los duros competidores como el videojuego acaparan la atención de las nuevas generaciones. El modo de consumir lo audiovisual es sustancialmente distinto. Desde hace tiempo, proliferan los concursos de cortometrajes, vídeo-creaciones y todo tipo de propuestas audiovisuales grabadas con el teléfono móvil. Hace bien poco, Alberto Tognazzi (sobrino de Ugo Tognazzi, icono del cine italiano de los sesenta) hablaba de que en su festival Movilfilmfest cualquiera puede participar: «No está dirigido a profesionales, sino a todo aquel que no tenga miedo de coger el móvil y rodar una idea que le surja», decía. Y si el objetivo del festival es «fomentar la creatividad y la iniciativa de jóvenes realizadores, favorecer la exhibición de las nuevas tendencias audiovisuales e invitar a la reflexión sobre la evolución de la producción audiovisual», la empresa patrocinadora no desea cortafuegos en su iniciativa y repartirá móviles entre los estudiantes. Todo aparentemente muy moderno, democrático, innovador e inocuo.

Claro que el debate esta abierto. Hay quien habla de «info-ricos» e «info-pobres», y me pregunto: ¿Es que nadie piensa en los «info-tontos»? Confundir uso de tecnología y conocimiento, eso que dicen nos hace libres, es algo, como poco, confuso. Y por si no teníamos poco con la pesadilla de los móviles y los concursos de «músicos de usar y tirar», ahora llegan los de Dreamworks con un nuevo reality en el que los participantes, en vez de ser aprendices de cantante, serán aspirantes a cineasta. Carrie Fisher, Brett Ratner, Garry Marshall o Jon Avnet juzgaran el trabajo de los aspirantes a director de cine que participarán en «On the lot». Personalmente, me quedo con lo que decía Robert Bresson: «A tácticas de velocidad, de ruido, oponer tácticas de lentitud, de silencio».

 
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