A última hora del lunes falleció en Barcelona el veterano alpinista Alfonso Alonso, que durante muchos años permaneció estrechamente vinculado al montañismo vasco. Alonso había nacido hacía 85 años en la localidad cántabra de Cosgaya, al pie mismo de los Picos de Europa. De familia de ganaderos, desde sus primeros años se vio inmerso en el entorno agreste de las montañas que rodeaban su valle natal, ascendiendo en 1943 por primera vez al Naranjo de Bulnes.

Su traslado a Donostia por razones profesionales en el otoño de 1961 le hicieron entrar en contacto con los medios montañeros vascos a través del Club Vasco de Camping. Su personalidad afable y su calidad humana y técnica le granjearon pronto un lugar entre la elite alpina del momento.

En 1970 su nombre se hizo popular en todo el estado, tras su decisiva participación en el rescate de los escaladores Lastra y Arrabal, que se encontraban bloqueados en la pared oeste del Naranjo de Bulnes. Su implicación en nuestro montañismo le llevó a ser nombrado mejor montañero guipuzcoano en 1970, a desempeñar el cargo de asesor de esquí de montaña de la Federación Vasca y a ser seleccionado como miembro de la primera expedición vasca al Everest en 1974.

Cuando en 1989 accedió a la jubilación de su dedicación profesional y retornó a su pueblo natal de Cosgaya, el Club Vasco de Camping le dedicó un gran homenaje, siendo nombrado socio de honor de la entidad.

Enfermo desde hacía largo tiempo, ha fallecido en Barcelona, ciudad en la que pasaba los meses invernales. El funeral oficial se celebrará en Cosgaya, si bien para el sábado se prevé organizar en Donostia una misa en su memoria a la que puedan acudir sus numerosos amigos.