GARA > Idatzia > Eguneko gaiak

Esperando el regreso de Fidel Castro en la ciudad de La Habana

Desde las 6 de la mañana los habaneros de los tres municipios más céntricos de la ciudad, próximos a la Plaza de la Revolución, comenzaron a movilizarse en dirección al histórico lugar, en grupos alegres y coloridos, con la despreocupación habitual de los cubanos, estudiantes y trabajadores fueron llenando la amplia avenida Paseo y las calles 23 y Zapata en toda su extensión.

Con una puntualidad poco habitual, a las 8:00 en punto, el secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba leía con voz clara y fuerte la declaración sindical por tan importante día, y un cuarto de hora más tarde comenzaba, acompañados ya de un sol más que brillante, la clásica marcha que agrupaba, en una masa mucho más compacta que años anteriores, a miles y miles de personas como si fuese una inmensa marea humana.

Al inicio del acto, en la presentación de dirigentes e invitados que presidirían la tribuna principal, situada a los pies de la imponente figura de mármol de José Martí, se había desvanecido la magia de la posible presencia, reaparición, del Comandante Fidel Castro, pero eso no fue obstáculo para que el desfile fuese tomando su ritmo en medio de consignas, las más repetidas y espontáneas era simplemente el nombre del Comandante, «¡Fidel, Fidel¡ o ¡Para lo que sea, Fidel, para lo que sea..¡», que parecían resumir con sencillez el intenso magnetismo que esta inmensa figura política sigue despertando entre la gente.

Durante un poco más de dos horas miles y miles de capitalinos, turistas que no se querían perder la oportunidad, estudiantes latinoamericanos, fueron marchando frente a la tribuna con profusión de banderas cubanas, carteles, y entre tanta multitud como dándole un tinte de diversidad, y del carácter internacional y solidario de este día, una senyera catalana, varias banderas republicanas españolas, del Frente Polisario, Venezolanas, Panameñas y, por supuesto, ikurriñas, de la mano de una veterana militante de LAB, de un numeroso grupo de jóvenes compatriotas y de los trabajadores de la empresa vasca Berotz.

Los algo más de trescientos periodistas acreditados oficialmente, posiblemente algo frustrados por no tener la noticia, con mayúsculas, de la reaparición de Fidel, empañaban su decepción momentánea recogiendo múltiples imágenes o haciendo sus intervenciones en vivo y en directo, en medio del bullicio.

Para las 12 del mediodía todo el centro de la ciudad iba retomando su pulso normal y se abría la circulación de nuevo, por su lado el personal se aprestaba a disfrutar en familia lo que quedaba de este día memorable.

Mientras la Plaza y sus inmediaciones vivían este intenso calor humano y climático, al otro lado del espejo, las fuerzas de seguridad seguían controlando costas y aeropuertos en intensa búsqueda de los autores de un extraño incidente ocurrido hace unos días cerca de la capital, que se saldó con un oficial muerto y un soldado gravemente herido, cuando varios reclutas intentaron secuestrar un avión para emigrar a los EEUU. Este hecho no es sino la muestra trágica de que la insidiosa política norteamericana sigue intentando desestabilizar por cualquier medio y a cualquier precio la Revolución cubana, bien sea mediante mercenarios directamente o por vía de ofrecer un paraíso inexistente a los incautos.

Pero a pesar de los peligros latentes y reales lo que es de destacar un día como hoy es que los cubanos, en número incalculable pero por cientos de miles, han llenado sus plazas y calles este Primero de Mayo, y no solo en La Habana sino a todo lo largo de su país, conscientes de sus dificultades y problemas pero también anhelando la vuelta de su Comandante, quizás más presente en su ausencia que nunca.

Fidel, que suele calcular con inteligencia sus pasos, será en realidad quien decida cuando es el momento oportuno que convenga a su salud y a las expectativas políticas, mientras ocupa parte de su tiempo es escribir artículos sobre temas medulares de la actualidad internacional y en realizar ejercicios físicos, incluyendo correr en pista -a sus 80 años-, al menos una vez a la semana, por lo tanto más que un rumor su recuperación es un hecho que solo hace falta oficializar.

Represion en Turquía

Si la denuncia y la fiesta se dieron la mano en la gigantesca marcha de La Habana, en Turquía la crisis provocada por el Ejercito quedaba en un segundo plano y la Policía se empeñaba con saña contra los trabajadores, como si quisiera avalar con su actuación el golpe de Estado encubierto de los militares y su política de mano dura.

La Policía detuvo a unas 900 personas tras dispersar brutalmente una manifestación de miles de trabajadores en Estambul. Los manifestantes intentaban alcanzar la plaza de Taksim, donde desde el golpe militar de 1980 están prohibidas todas las concentraciones políticas en la plaza, al parecer para no remover los fantasmas de tanta represión.

La concentración convocada por la Confederación de Sindicatos de Trabajadores Revolucionarios (DISK, uno de los principales sindicatos del país) en la plaza de Taksim pretendía conmemorar el 30 aniversario de la matanza de 42 obreros en la celebración del Primero de Mayo de 1977 por los disparos de la Policía y personas desconocidas contra una gigantesca concentración de obreros.

En un comunicado de prensa, la DISK denunció la contundente actuación de la Policía, con gases lacrimógenos, golpes y detenciones. Según la nota, cerca de 2.000 policías actuaron contra los organizadores de la manifestación, les golpearon y se los llevaron a un lugar desconocido. Entre ellos estaba el secretario general y presidente del comité organizador, Musa Camp, así como otros líderes sindicales, que fueron golpeados y detenidos cuando se congregaban en la región Besiktas de Estambul.

Varios autobuses procedentes de Ankara que transportaban personas a la manifestación fueron bloqueados a la entrada de Estambul por agentes policiales que rompieron los cristales de los vehículos y tiraron dentro bombas lacrimógenas.

«Queríamos recordar a los que fueron asesinados en 1977 en la plaza de Taksim... pero el gobernador de Estambul ha convertido la ciudad en un lugar bajo la ley marcial. Queremos que la gente entienda que el gobernador es responsable de todo esto y que lo llevaremos por ello a los tribunales», dijo Süleyman Çelebi, líder de DISK.

Nada que celebrar

En Gaza, esta vez los aviones o las bombas israelíes no abortaron las «celebraciones» del Primero de Mayo, aunque en medio del abandono internacional, la miseria y la sistemática represión israelí es complicado hallar motivos para celebrar algo. «No hay trabajo ni ingresos y nuestro futuro es incierto... ¿Cómo festejar el Día de los trabajadores?», pregunta Jaled al-Asali, de 45 años. «El primero de mayo será una jornada festiva pero en Gaza llevamos siete años de `fiesta'?», apuntó irónicamente.

El líder de la Unión de Trabajadores Palestinos, Shaher Saed, informó ayer que la tasa de desempleo afecta a más del 43% de la población activa, y pidió a la ONU que declare «zona de catástrofe» a Gaza y Cisjordania.

«Desafortunadamente, en tanto el mundo celebra el Primero de Mayo, no lo hacen así los palestinos mientras Israel continúa su cerco y sus operaciones contra nuestro pueblo», añadió el sindicalista.

MARCHAS EN MOSCU

Entretanto, partidos políticos y sindicatos rusos sacaron ayer a miles de personas a las calles de las principales ciudades para celebrar el Día del Trabajo y la Primavera, una jornada celebrada tradicionalmente con grandiosas marchas y desfiles durante la época soviética.

Ayer, la mayor manifestación, de unos 20.000 participantes, según la Policía, fue la convocada por el partido Rusia Unida, liderada por Vladimir Putin, y uno de los sindicatos más importantes. Durante la marcha, los sindicalistas revindicaron un aumento de al menos el 40% de las pensiones, un incremento del salario mínimo y los subsidios de subsistencia y otras medidas para reducir la pobreza. El Kremlin no respondió a las exigencias.

El Partido Comunista de Rusia, por su parte, marchó hasta la plaza Teatralnaya, también en Moscú, junto a sus aliados del ilegalizado Partido Nacional Bolchevique. Los manifestantes corearon junto a la estatua dedicada a Carlos Marx lemas como «¡Elecciones libres!» o «¡Independencia!».

En Alemania, la jornada estuvo marcada por los enfrentamientos entre la Policía y mnaifstantes que protestaban la presencia de la extrema derecha en Dortmund -no fueron las únicas-. En Berlín hubo más cien detenido.

Mati ETXEBARRIA

«¡FIDEL, FIDEL!"

Fue el grito más escuchado durante la manifestación que reunió a miles y de personas en La Habana, que parecía resumir con sencillez el enorme magnetismo de la figura política del convaleciente mandatario cubano.

GAZA

En la Franja de Gaza es complicado celebrar el Primero de Mayo. «No hay trabajo ni tampoco ingresos y el futuro es incierto. ¿Cómo festejar el Día de los Trabajadores?», afirma un palestino en paro en la castigada tierra palestina.

ESTAMBUL

Miles de sindicalistas trataron ayer de rendir homenaje a las 42 personas muertas en la plaza Taksim de Estambul en 1977 a manos de la Policía y de grupos de paramilitares. Ayer los uniformados volvieron a emplearse con saña y detuvieron a 900 personas.

ZIMBABUE

El Gobierno de Zimbabue aprovechó el Primero de Mayo para anunciar una subida del precio del maíz del 680%. El Ejecutivo aseguró que el antiguo precio era mantenido de forma artificial por el Gobierno. El maíz es básico en la dieta de la población.

El vendaval bolivariano agita las marchas en Latinoamérica

Trabajadores y mandatarios, mandatarios y trabajadores de Bolivia, Ecuador y Venezuela salieron a la calle en un Primero de Mayo en el que aún resonaban los ecos de los mensajes lanzados por Hugo Chávez en relación al FMI y BM, el nuevo paso dado con la nacionalización de los activos energéticos del país y el aumento del salario mínimo, con la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) al fondo. En Bolivia, entretanto, se cumplió un año de la nacionalización petrolera decretada por Evo Morales en tan señalada fecha, aunque buena parte del mismo aún no se ha concretado.

Caracas fue ayer escenario de marchas en favor y en contra de Chávez y donde se escucharon numerosas alusiones al «socialismo del siglo XXI». Las manifestaciones en apoyo al presidente fueron multitudinarias, mientras que las organizadas contra el mandatarios confirmaban la crisis profunda que vive la oposición.

Horas antes, de madrugada, el Gobierno venezolano anunció la toma de las cuatro últimas explotaciones petroleras de rivera oriental del Orinoco que hasta ahora estaban controladas por multinacionales. El ministro de Energía, Rafael Ramírez, declaró durante un evento que transmitió la televisora estatal que el Estado venezolano había reasumido el control mayoritario de las cuatro campos que procesan crudos pesados. Los cuatro proyectos de la cuenca petrolífera del Orinoco estaban hasta ahora bajo control de las multinacionales British Petroleum, Exxon Mobil, ChevronTexaco, ConocoPhillips, Total y la noruega Statoil. Trabajadores apoyados por soldados tomaban simbólicamente el control del complejo de San José, a 250 kilómetros al este de Caracas, una zona de 55.300 kilómetros cuadrados que esconde una de las reservas más ricas de petróleo del planeta. Cinco de las seis trasnacionales firmaron el miércoles pasado principios de acuerdo con la compañía pública venezolana PDVSA para convertir las últimas «asociaciones estratégicas» que operaban en la región en empresas mixtas con mayoría accionarial venezolana.

No fue el único «regaló» de Chávez a los venezolanos en vísperas de la señalada jornada. Así, el presidente anunciaba un incremento del salario mínimo en un 20%, con lo que llegará al equivalente a 286 dólares, y que la jornada laboral se reducirá de ocho a seis horas diarias desde el 2010. Con el alza, que entró ayer en vigor, el salario mínimo de 614.790 bolívares en Venezuela «es ahora el más alto de Suramérica», destacó. «Estábamos en el tercer lugar en Suramérica. Ahora pasamos al primer lugar con este incremento». Sobre la reducción de la jornada laboral a seis horas diarias, remarcó que será progresiva en lo que resta de la década, pero que el 1 de mayo de 2010 «será de seis horas diarias y 36 semanales».

Ya en la calle, dirigentes sindicales saludaban el anuncio presidencial de aumento del salario mínimo, mientras que la oposición que financia Estados Unidos se quejó de que el aumento no fuera del 30%.

También el petróleo, entre otras cosas, se encontraba en el centro de las celebraciones del primero de Mayo en Bolivia. Hace un año Evo Morales elegía la señalada fecha para anunciar la nacionalización de las reservas de petróleo y gas, que tantas críticas le valió, en especial en el Estado español, donde el tufo de un nuevo colonialismo inundó los medios de comunicación y las declaraciones de los políticos de todos los colores, aunque la medida había sido mil veces anunciada y sobre Repsol pesaban imputaciones de fraude, corrupción, malversación y contrabando de petróleo. Un año después el proyecto aún no ha concluido.

Ayer, Morales relanzó el Banco de Desarrollo Productivo (BDP), que otorgará créditos a los pequeños productores con un capital inicial de 60 millones de dólares. El BDP fue creado por decreto el 1 de enero pasado y, en un acto en el Palacio de Gobierno, en La Paz, quedó constituido el directorio del banco. Según el ministro de Hacienda, Luis Arce, el proyecto convertirá a Bolivia en un país «productivo y con soberanía para generar empleos».

También ayer, Morales puso en marcha una red de emisoras indígenas y campesinas, compradas con el apoyo de Venezuela, con la misión de democratizar el acceso de campesinos e indígenas a los medios de comunicación.

Por su parte, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, presidió la marcha del Primero de Mayo, convertida en una manifestación de apoyo a la Asamblea Constituyente. «Esto es el socialismo del siglo XXI, la reivindicación de la supremacía del trabajo sobre el capital», afirmó Correa, el primer presidente que participa en la marcha del Primero de Mayo en los últimos 28 años en Ecuador. Correa aseguró que «el Gobierno está junto a los trabajadores, porque el trabajo es lo más sagrado que puede existir; aunque la larga y triste noche neoliberal lo que hizo fue convertirle en un instrumento en función de las necesidades de acumulación de capital», remarcó el presidente. GARA

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo