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Elecciones en escocia, Gales e Inglaterra

Victoria de los nacionalistas en Escocia, que también suben en Gales

El barco laborista sigue haciendo aguas pero no termina de hundirse. El partido de Tony Blair ha logrado sobrevivir, una vez más, pero no sin pagar un alto precio. En Escocia, los laboristas han cedido el primer puesto en el Parlamento a los nacionalistas del SNP, mientras que en Gales, donde Plaid Cymru le ha arrebatado tres escaños, tendrán que pactar gobierno. En Inglaterra, el laborismo ha perdido casi quinientos concejales.

Soledad GALIANA | EDIMBURGO

Los resultados de las elecciones del jueves muestran que el electorado británico le está dando la espalda al laborismo representado por el primer ministro Tony Blair. Las pérdidas son más cualitativas que cuantitativas en los casos de Escocia y Gales e, incluso, la hemorragia de votos a nivel local en Inglaterra es aceptable para los laboristas, cuya experiencia es que las derrotas en las elecciones locales no se traducen en pérdidas similares en las generales, donde los laboristas hasta ahora han conseguido reeditar su victoria.

En el primer caso, el partido de Blair perdió cuatro escaños, pero los avances del Partido Nacionalista Escocés (SNP) que, tras obtener veinte escaños más que en las elecciones de 2003, ahora contará con 47 diputados -uno más que los laborista- de los 129 que constituyen el Parlamento Escocés, le han relegado a la posición de segundón en el panorama político escocés que, hasta ahora, había dominado. En estas elecciones, los nacionalistas escoceses no sólo han atraído el voto en áreas laboristas, sino que también han conseguido el de los votantes que en las anteriores elecciones apoyaron a partidos minoritarios.

«Una Escocia independiente»

«El Partido Laborista nunca volverá a pensar que tiene el derecho divino al gobierno. Escocia ha avanzado sin retorno y para siempre», afirmó el líder nacionalista Alex Salmond tras anunciarse la victoria del SNP en las elecciones autonómicas.

El electorado escocés no sólo ha hecho del SNP el partido mayoritario en Escocia -aunque sea con la ventaja de un solo diputado sobre los laboristas-, también ha refrendado un proyecto de futuro que incluye la convocatoria de un referéndum de autodeterminación para 2010. En declaraciones al programa de la BBC5 Drive, un portavoz del SNP adelantó que Salmond iniciará una ronda de consulta para la formación de gobierno, y reafirmó que la cuestión de la autodeterminación no sólo está en la agenda, sino que «esperan una Escocia independiente para 2011».

Precisamente, la llamada «cuestión constitucional» puede ser el principal problema al que se enfrente el SNP para la formación de gobierno, ya que el líder de los Liberales Demócratas, Menzies Campbell, ya ha advertido que su partido está en contra de la independencia de Escocia. Los liberales obtuvieron 16 diputados y los conservadores 17, tras perder un escaño.

La legislación para la formación de gobierno en Escocia prevé un plazo de 28 días, así pues el nuevo gobierno debe tomar posesión antes del 30 de mayo.

Por lo que respecta a Gales, el Partido Laborista ha perdido la mayoría pero sigue siendo el partido más votado y con 26 diputados, la formación con el mayor número de representantes en el Parlamento.

De nuevo, los nacionalistas han sido los beneficiarios de la pérdida de tres escaños por parte de los laboristas, que han ido a recaer en candidatos de Plaid Cyrmu, que ha obtenido 15 escaños. Liberales y conservadores se mantienen con el mismo número de diputados, 6 y 12, respectivamente.

El líder laborista galés Rhodri Morgan ha aceptado que su partido tendrá que negociar con sus rivales políticos la formación de un nuevo gobierno en Gales y se plantea la posibilidad de consultar con las bases del partido las distintas posibilidades. Aunque inicialmente sus socios naturales son los liberales, con los que ya formaron coalición de gobierno antes de las elecciones, algunos miembros del Partido Liberal Demócrata ya han advertido que dimitirán si se pacta con los laboristas.

Caos en el recuento de votos

La otra posibilidad para Gales sería una coalición arco-iris que incluiría a los liberales, conservadores y nacionalistas.

De nuevo, como en Escocia, las discusiones dirigidas a la formación de gobierno deberán finalizar para el 24 de mayo, ya que el primer ministro tiene que jurar ante la reina el próximo 30 de mayo.

Las municipales inglesas han vuelto a mostrar cómo el electorado percibe de manera totalmente diferente la realidad local y nacional.

Los conservadores son normalmente los beneficiarios de la pérdida de votos laboristas en las locales. Pero, a la hora de la verdad, cuando llega el momento de votar en las generales, los dos últimos líderes conservadores, William Hague y Michael Howard, vieron cómo el partido de Blair volvía a conseguir mayorías -ciertamente más reducidas, pero mayorías después de todo- en el Parlamento británico de Westminster.

En estas elecciones, los laboristas han perdido 485 concejales y el control en nueve gobiernos locales. Los conservadores han ganado 875 -beneficiándose de las pérdidas de los liberales y partidos minoritarios-, el control en 38 consejos locales más y ahora ya controlan 162 gobiernos locales. Si estos resultados se extrapolan a los comicios generales, los conservadores obtendrían una mayoría suficiente en el Parlamento británico para formar gobierno.

Sin embargo, el caos en el recuento de votos arrebató el protagonismo a los políticos. En Escocia, la introducción de nuevas metodologías y el recuento electrónico causó la anulación de hasta 100.000 papeletas debido a fallos técnicos, confusión sobre cómo rellenarlas y problemas con el voto por correo.

salmond

«Seremos siempre conscientes de que servimos al pueblo, al pueblo de esta nación antigua y orgullosa que es Escocia», subrayó el líder nacionalista.

ESCOCIA

«El Partido Laborista nunca volverá a pensar que tiene el derecho divino al gobierno. Escocia ha avanzado sin retorno y para siempre», afirmó el líder nacionalista Alex Salmond tras anunciarse la victoria del SNP en las elecciones autonómicas.

INVESTIGACIÓN

La Comisión Electoral ha abierto una investigación «con efecto inmediato» sobre el caos en el recuento de votos. Atribuyen los problemas surgidos a fallos técnicos, la confusión sobre cómo rellenar las papeletas y el voto por correo.

INGLATERRA

Los laboristas han padecido un calvario al perder 485 concejales y el control de nueve ayuntamientos. Los conservadores han obtenido 875 escaños, beneficiándose de las pérdidas de los liberales y partidos minoritarios.

A pesar de los resultados, Blair no se da por vencido

En Gran Bretaña, como en el resto del mundo, nadie pierde las elecciones. A pesar de la pérdida de casi 500 concejales en las elecciones locales a favor del Partido Conservador, el primer ministro laborista, Tony Blair, manifestó que con estos resultados, su partido volverá a obtener la mayoría en las elecciones generales que se celebrarán en dos años. Una visión muy optimista teniendo en cuenta que los cálculos apuntan a que el Partido Laborista ha recibido tan sólo un 27% del total de los votos frente al 40% conservador.

En medio de la efervescencia ganadora, el líder del partido conservador, David Cameron, aseguró que los resultados auguran su victoria en las próximas elecciones al Parlamento británico, una afirmación un tanto arriesgada si se tiene en cuenta que la experiencia electoral conservadora apunta a que los triunfos en las municipales no significan resultados similares en las generales. Cameron podría hablar de ello con sus predecesores, William Hague y Michael Howard, que vivieron éxitos a nivel local y fracasos electorales a nivel estatal. Como Blair recordó después de conocer el resultado final de las citas electorales, el partido ha «superado peores resultados en 2004 para luego ganar las elecciones generales, y lo podemos repetir ahora». Para minimizar las pérdidas de su partido, Blair apuntó a los resultados obtenidos por los liberales, que han perdido gobiernos municipales claves a favor de los conservadores.

Sin embargo, las declaraciones de Blair son más para consumo externo que interno. La próxima semana, después de atender la reinstauración de las instituciones norirlandesas, se espera que anuncie la fecha de su retirada de la política, que se especula tendrá lugar en julio. Será entonces cuando el hasta ahora responsable de las finanzas británicas, el escocés Gordon Brown, tome las riendas del laborismo y del gobierno británico.

A Brown y muchos laboristas, les hubiera gustado acudir a esta cita electoral con una nueva Ejecutiva en el partido y, esencialmente, sin el peso muerto en el que se ha convertido Tony Blair. El que fuera el político laborista más popular de todos los tiempos ha empañado su imagen con su decisión de apoyar la política exterior estadounidense y, más específicamente, las invasiones de Afganistán e Irak, y con decisiones controvertidas que el electorado británico ha asociado con la arrogancia de un partido que sabía que no había alternativa de poder. La llegada de David Cameron -al que muchos describen como el Blair de los conservadores- al liderazgo de la derecha británica ha cambiado esta realidad y, ahora, Brown, deberá enfrentarse a una oposición reforzada arrastrando el legado de Blair en estas últimas elecciones. S. G.

GALES

El partido de Tony Blair se mantuvo como primer partido a la Asamblea galesa, aunque perdió terreno en favor de los nacionalistas del Plaid Cymru, que ha obtenido 15 escaños. Liberales y conservadores se mantienen con 6 y 12 diputados.

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