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Maite Landin y Juan Ramón Garai Familiares de víctimas de la guerra del 36 y del franquismo

La sombra de la transición

Maite Landin continúa esperando que le apliquen desde la Diputación de Gipuzkoa a su padre la amnistía administrativa que solicitó hace ya un año

Maite Landin Urrieta, nacida en Sestao el año 1920 y residente desde los cinco meses en Donostia, fue parte de una familia que, defendiendo la república y con ello la voluntad popular libremente expresada en las urnas de construir una sociedad de personas y pueblos libres, se unió a las fuerzas que se enfrentaron a los sublevados.

Su padre Juan Landin Allende fue subdirector del Observatorio Meteorológico de Igeldo desde 1930. Cumpliendo las órdenes de la Diputación de Gipuzkoa se trasladó junto a Mariano Doporto y Rivero a Artxanda en agosto de 1936. Los tres siguieron trabajando toda la guerra del norte a las órdenes del Gobierno Vasco.

Su hermano Juan Antonio fue detenido en el barco Galerna, -vendido por su capitán a los rebeldes- y, tras ser «puesto en libertad», fue fusilado en un muro del cementerio de Hernani por un piquete de voluntarios entre los que se encontraba José Luis de Vilallonga, escritor, entre otros, del libro «Conversaciones con el Rey Juan Carlos».

Su otro hermano Enrique, con solo 17 años, al enterarse del asesinato de su hermano se alistó de gudari en el batallón Saseta; detenido y juzgado por rebelión estuvo preso 4 años y tres meses.

Maite y su madre Cesaria se vieron obligadas a exiliarse en Francia, donde acudió su padre al ir a caer Asturias en manos de los golpistas.

Mientras tanto, Carlos Santamaría Ansa, conocido de Juan Antonio Landin y que había frecuentado su casa durante la república, interesándose por los trabajos que realizaba Juan, solicita el 29 de octubre de 1937 participar en un cursillo de Auxiliares Provisionales de Meteoro- logía organizado por los franquistas y realizado en Salamanca. Desde el comienzo de la guerra todo el personal del Servicio Meteorológico Nacional estaba militarizado. El 15 de diciembre de 1937 es designado para tomar parte en el curso. En marzo de 1938 era ya Brigada asimilado del ejército de aviación franquista, destinado en la Base Aérea de Matacán en Salamanca, de la que ostentó la Jefatura de su oficina Meteorológica. Viene a Igeldo en Abril de 1939, de donde no se irá nunca. Es nombrado ayudante de Meteorología el 25 de mayo de 1940, sin oposición. El 21 de mayo de 1941 es nombrado Meteorólogo en prácticas, tras presentarse a las oposiciones de 1940.

Juan Landin Allende intenta marcharse con su mujer e hija a Irlanda, pero la rápida ocupación de Francia por las tropas alemanas no lo permite. Su hijo Enrique sale en libertad y deciden volver a San Sebastián, una vez recibidas toda clase de garantías. Al entregarse en la frontera de Irun-Hendaya, se encuentra con una denuncia contra él, por lo que es detenido y encarcelado en una checa de los franquistas en Renteria, donde fue sometido a torturas. Su mujer e hija no conocen su paradero hasta que un mes después es trasladado a la cárcel de Ondarreta.

En Ondarreta estuvo en una celda en la que cuando subía la marea entraba el agua, sin luz... así fue torturado dos meses. El mes de abril de 1941 sale en libertad, gravemente enfermo del pulmón, y le enseñaron la firma de libertad de su hijo Juan Antonio y de otros, el 20 de octubre de 1936, y entre los integrantes del pelotón de fusilamientos le dijeron que estaba el tal Vilallonga. El funcionario le dijo que algunos no podían resistirlo, pero que había un aristócrata que parecía que disfrutaba matando, «es un guaperas, tiene pocos años, es alto y de buena planta».

«Un día que íbamos por la plaza de Guipúzcoa vimos un grupo de personas vestidas de militares saludando con el brazo en alto. Cual fue mi sorpresa cuando Gastaminza me dijo: Ese es el que ocupa el puesto de tu padre. Era el que acudía a mi casa antes de la guerra, Carlos Santamaría».

Cuando mi padre salió de Ondarreta corrí para abrazarle y no pude sostenerlo, estaba medio muerto, había perdido 19 kilos y tenía fiebre, estaba delirando. Nos caímos al suelo.

Gregorio González y Ubando Gastaminza nos habían dicho que en el momento en que el Observatorio de Igeldo pasase a depender del Servicio Nacional de Meteorología de Madrid, nuestro padre saldría de la cárcel, como así fue.

Juan Landin Allende reclamó su puesto de director del Observatorio de Igeldo a la Diputación, puesto que le correspondía al haberse exiliado Doporto, y en 1947 le extienden un carné reconociéndole como «Director del Observatorio Meteorológico de Igeldo en excedencia forzosa», sin paga. Años después la Diputación le reconoce una pensión de beneficiencia de cinco pesetas mensuales. Así, en 1948 mientras el jefe de hecho de Igeldo es Carlos Santamaría, el jefe de derecho, sin ejercer el puesto, es Juan Landin Allende.

«Mi padre había escrito dos libros, uno de Las Tablas de Mareas que se publicó y otro de Astronomía Náutica que no se había publicado, y que utilizaban en la escuela de marinos. Cuando salió mi padre de Ondarreta se pusieron en contacto desde la escuela para decirle que denunciara a Carlos Santamaría que estaba plagiando lo que el había escrito. Al salir de la cárcel, un día vimos a Carlos Santamaría y al vernos cruzó la calle. Mi padre me dijo: `Mira Maitetxu, mientras yo viva ese cruzará la calle, no dará la cara, nos podía haber dado el pésame por nuestro hermano, que era su amigo pero no lo ha hecho, este es como una víbora que repta por el suelo haciendo su trabajo y tú vas a ver muchas cosas, a lo mejor le ves de Lehendakari...' y nos echamos a reír. No iba mal encaminado».

Pasan los años y Carlos Santamaría asciende a Teniente Coronel, era el 23 de marzo de 1964. «Cuando legalizaron los partidos yo me iba a afiliar al PNV, pero al verle a Carlos Santamaría de candidato para las elecciones no lo hice. Estuve con Ajuriaguerra y le conté lo que me había pasado y éste me pidió que, por mi hermano, esperara un poco y no dijese nada, que todo se iba a arreglar, pero poco después murió».

Santamaría continuó de jefe del Centro Meteorológico del Golfo de Vizcaya hasta los 70 años, el día de Navidad de 1979. Desde 1978 había simultaneado su puesto con el de consejero de Educación del Gobierno Vasco.

Mientras tanto, Maite Landin continúa esperando que le apliquen desde la Diputación de Gipuzkoa a su padre la amnistía administrativa que ha solicitado hace un año ya.

Cuarenta años de dictadura y treinta años de democracia sin verdad, sin reparación, sin justicia para las víctimas del franquismo. Esa es la tarea pendiente para los responsables políticos.

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