Julián Sánchez se encuentra estos días en Boston, en la feria mundial de los productos biotecnológicos. La CAV cuenta con el apellido de biorregión, lo que le confiere la capacidad de codearse con los países más avanzados. El presidente de la red de parques explica que «poco a poco se nos reconoce por nuestro saber hacer en los nuevos ámbitos de la tecnología. Tenemos una gran proyección de futuro, que debemos aprovechar».

¿Qué balance hace de 2006 y qué perspectivas se entreven a partir de este momento?

Podríamos decir que 2006 fue un año histórico desde el punto de vista de incorporación de empresas y de negocio de las mismas. Hemos crecido un 15% en número de empresas, hasta las 328. El 70% no existían antes. Hemos aumentado en un 7% el empleo a través de contratos laborales, ya que rozamos los 12.000 y la facturación creció un 9% hasta los 2.648 millones. En cuanto a la preparación para un futuro próximo, son empresas que tienen una alto potencial de crecimiento. Sinceramente, creo que el impacto, tanto en empleo como en facturación, va a producirse en 2007, 2008 y siguientes.

¿Más y mejor empleo?

Alcanzamos ya casi los 12.000 empleos, y creemos que con las nuevas incorporaciones y sin contar con las expansiones y proyectos nuevos de los parques, podrían duplicar el empleo en un plazo de entre siete y diez años

¿También en su negocio?

Posiblemente. Si todas estas empresas que tienen ese potencial de crecimiento vía tecnología avanzan, se logrará. Es jugar con la ficción, pero están preparadas para dar ese salto también en el incremento del negocio.

¿Es optimista a ese respecto?

Sí, porque tenemos una red de parques generalistas muy diversificada y asentada.

¿A qué se dedican los parques?

El 36% a las TIC, como ocurre en los parques generalistas, pero estamos diversificados. Hace que podamos asumir crisis en sectores con menos impacto. Ante la eventualidad del año 2000 con la crisis de las «puntocom» y en 2001 con la crisis del sector aeronáutico, crecimos.

¿Y con la marcha de Ericsson?

Creo que fue por el año 2002. Ese mismo año el parque siguió acumulando incremento de empresas, de empleo y facturación. La diversificación nos hace sobrellevar la crisis. A todos nos hubiera gustado que siguiese Ericsson, pero no fue así, aunque después surgió Owasys.

¿Es complicado mantenerse en lo alto del iceberg en la actividad de las empresas de nuevas tecnologías y más avanzadas?

Creo que sí. Son sectores muy exigentes en los cuáles los productos y los servicios duran poco tiempo. El margen competitivo es corto. Ya pasa en los sectores industriales, pero especialmente en estos sectores punteros, salvo que tengas un producto estrella que te dé un margen suficiente de aprovechamiento del valor añadido. Necesitan mucha capacitación y un gran intensidad en esfuerzo de I+D. Los resultados no se ven a corto plazo. En este tema las empresas de los parques están bien, porque destinan un 12% de su facturación a investigación y desarrollo e innovación. Es un dato importante que nos compara y alinea con los mejores a nivel internacional.

Cuando se habla de los parques tecnológicos siempre se pone como referencia el modelo estadounidense de Silicon Valley, pero en Europa también hay modelos de éxito como es Nokia, en Finlandia ¿Sería deseable un «nokia vasco»?

Sería muy deseable. Tenemos nuestros pequeños «nokias», a nivel de empresas locales, que han dado ese salto y están por todo el mundo. Pero sí que es cierto que nos falta un gran proyecto tractor tecnológico. Nokia tiene sus grandezas en el sentido que tracciona la economía de Finlandia y la I+D , pero hay un cierto monocultivo en torno esa única empresa, ya que basan sus empleos y todo de alrededor en la actividad de Nokia. Si algún día tiene un problema, la economía finlandesa se resentirá, creo yo.

Pero aguanta y esa vaca da mucha leche .

Sí, se dosifica y diversifica. Es cierto. Es así.

¿Puede surgir una empresa vasca al nivel de la finlandesa?

La dimensión es algo que el Gobierno vasco trata de ayudar para que las empresas puedan competir globalmente. Ahora no es posible un Nokia vasco. Aunque sí que hay grupos de aquí que están logrando un espacio en el mundo. Poco a poco ya se están generando corporaciones que tienen una dimensión global.

Se refiere a Tecnalia .

A nivel de desarrollo de I+D puede ser Tecnalia. También están Gamesa, ITP y Aernnova. Los grupos locales van creciendo. En el sector biotecnológico tenemos empresas que han puesto su pie en Boston, en el corazón de Estados Unidos y en el estado que tiene más presencia el sector biotecnológico. Es la empresa Progenika, que ha dado un salto internacional.

¿Cuáles son los sectores que necesitan un mayor impulso dentro de los parques vascos para estar en la cresta de la ola en tecnología?

La nanotecnología es un sector que tiene que empezar a despegar con fuerza.

¿Otros ya han empezado?

Sí, han empezado.

¿Siempre vamos por detrás?

No, creo que no. La nanotecnología es algo de lo que viene hablándose a nivel europeo y a nivel internacional. En el nuevo programa marco ocupa una de las áreas de apoyo. La diferencia de tiempo en cuanto a incorporación de conocimiento a nivel europeo es mínimo. Nuestras redes de centros tecnológicos y corporaciones tecnológicas están interconectadas con los mejores centros europeos. Las tecnologías fluyen. Estamos bien posicionados. Lo que hay que dar es el salto desde el punto de vista de comercialización para acceder a ese valor añadido que poseen las nuevas tecnologías.

¿Falla esa transferencia?

No es lo que falla, pero sí en sectores incipientes, primero vienen los ensayos y después comprobar su aplicación desde el punto de vista comercialización y creación de producto.

¿La red de parques está asentada y consolidada?

Absolutamente sí. Con las empresas se está empezando a fijar las bases para crecer más. Los tres parques cuentan con procesos expansivos, dependiendo de su propia dimensión. En Bizkaia tenemos varios proyectos. El parque de Mehatzaldea; también colaboramos con la UPV-EHU en el «master plan» del parque científico. Aparte, también tenemos un ámbito de opor tunidad, que ya lo habíamos previsto hace años y lo planteamos a las instituciones, la posibilidad de creación de un parque tecnológico urbano en Zorrotzaurre. En Araba se van a comprar 950.000 metros cuadrados en Miñano.

¿Es viable un parque tecnológico en medio de la ciudad?

Sí, si se imagina un parque como el de Bizkaia, que convive con el ámbito rural, no. Es otra definición y función, que ya existe en Boston y en Suecia.

¿Tiene cabida dentro de una ciudad moderna?

Los parques tecnológicos de carácter urbano tienen edificios de varias alturas. Concentran actividades tecnológicas con el mismo criterio de selección de los parques, pero en los entornos de la ciudad. Hay actividades de alto valor añadido, suelo residencial cercano, servicios y la universidad. Las ciudades del conocimiento son conceptos nuevos desde el punto de vista de la sostenibilidad.

¿Es una vuelta atrás porque antes las empresas se iban de las zonas urbanas?

Creo que es una evolución.

Una evolución hacia atrás

No tiene porqué. Lo que sí se demuestra es que, en general, las actividades tecnológicas, no producen un impacto medioambiental negativo y pueden convivir con el uso residencial. Eso es bueno desde el punto de vista de movilidad. Pero no podría haber una actividad en Zorrotzaurre desligada de las actividades que tengamos en los otros polos de actividad de los parques tecnológicos.

¿Para esa zona hay ya prevista alguna actividad tecnológica?

Todavía no. Hay que planificar qué zonas se van a asignar a esos usos. Tenemos que conseguir que haya una cierta masa crítica de edificios que vayan dirigidos a la zona tecnológica. Nuevas zonas de actividad recuperadas para la ciudad tienden a mezclar esos usos y a darle cierto valor tecnológico.

¿Bizkaia y Gipuzkoa tendrán parques tecnológicos urbanos?

Dependerá de la demanda de cada ciudad y de la necesidad de expandir los parques. El de Bizkaia está saturado.

Estaría muy bien que el centro de espalación se ubique en el parque de Bizkaia, porque generaría un fuerte impulso a la actividad científica y tecnológica.