«Con un sueldo no llega para una hipoteca»
El precio abusivo de las viviendas y las incesantes subidas del Euribor están hipotecando las vidas de muchos jóvenes. Dicen que la capacidad de ahorro y el consumo de las familias está bajando como consecuencia de las subidas del indicador europeo. GARA ha hablado con varios jóvenes para conocer su situación y su opinión al respecto, alguno incluso ha confesado que no le llega «ni para pipas».
Rebeka CALVO
La economía de los trabajadores se ha visto resentida una vez más por la última subida del Euribor. A falta de que el ascenso del indicador europeo sea ratificada por el Banco de España, todo apunta a que los titulares de una hipoteca media que revisen este año deberán pagar de media unos 80 euros más cada mes. «Ahora pago 220 euros al mes más de los que pagaba el año pasado y si tuviera que revisar ahora la hipoteca tendría que pagar 200 euro más. Ahorrar así es imposible», aclara Miren.
Pero el problema viene de atrás y ésta no es más que otra piedra en el camino para quienes pretenden adquirir una vivienda. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) hace un año la hipoteca media a 138.958 euros a un plazo de amortización de 25 años y un diferencial del 0,5% se traducía en cuotas mensuales de 712 euros. Cantidad que hace año y medio era de unos 598 euros.
Estas subidas además repercuten en la capacidad de ahorro y de consumo de la ciudadanía, que ven cómo año tras año pueden «comprar menos con el mismo dinero».
La asociación de consumidores de Nafarroa Irache ya ha alertado sobre esta situación: El 25% de los navarros ha comenzado a reducir su consumo como consecuencia de las sucesivas subidas del Euribor. Algo que a su juicio afecta en especial a los jóvenes que tienen concertada una hipoteca hace poco tiempo o buscan financiación para poder comprar una vivienda.
«Ahorrar así es imposible»
Éste es el caso de Miren, una joven trabajadora autónoma tolosarra de 25 años que suscribió junto a su pareja una hipoteca de 297.000 euros a 25 años en noviembre de 2005, «es mucho dinero, hay que trabajar muchas horas para poder pagarlo. Por el momento podemos permitírnoslo, tenemos mucha suerte», dice. «Empezamos pagando 1.319 euros mensuales, que un año después pasaron a 1.539 euros. En un año hemos pasado a pagar más de 200 euros más. Si hubiésemos revisado la hipoteca ahora tendríamos que pagar unos 1.700 euros. Ahorrar así es imposible», sentencia Miren.
Según Irache, el 25% de los navarros que tienen una hipoteca ya ha tomado medidas de ahorro de su consumo en hostelería y ocio, o en alimentación y en textil, un 5% ha pedido un prestado dinero a familiares, amigos o al banco, y otro 5% ha solicitado a la entidad financiera un cambio en las condiciones de su crédito.
A pesar de todo Miren se siente afortunada: «Soy autónoma lo que por una parte me permite trabajar más si es que necesito ingresar más dinero. Pero por otra parte, tengo miedo a coger una baja, porque entonces vendrán los problemas. También tengo suerte de contar con el sueldo de mi pareja, de lo contrario ni me plantearía meterme en una hipoteca».
Miren asegura que todo el dinero que gana durante la primera semana de cada mes lo destina íntegramente a pagar la hipoteca que comparte con su pareja y que incluso conoce el caso de otros trabajadores autónomos que «no hacen según qué cosas por miedo a romperse una pierna y tener que coger un baja, ¿cómo van a pagar entonces la cuota?». «Si tienes que pedir el importe íntegro de la vivienda al banco tienes que tener alguien que te apoye, una pareja... con un sueldo no llega para nada», añade Miren.
Mientras en la calle las conversaciones, sobre todo entre los jóvenes, giran cada vez más en torno a hipotecas o el precio de las viviendas, Iker Ariznabarreta director de la oficina que Bankoa tiene en Tolosa asegura que durante el último año han bajado considerablemente la petición de hipotecas y «por supuesto, las consultas en este sentido». «Influyen dos factores: por una parte la subida de los precios de la vivienda y la subida del Euribor por otra. Por ejemplo, acabo de estar con una pareja que han tenido una cuota en abril de 990 euros y ahora tienen la revisión, por lo que en mayo tendrán que pagar 120 euros más. No es una cantidad muy alta, pero te exige quitarte de otras cosas para pagarla», explica.
Ariznabarreta asegura que tanto las notarías, inmobiliarias como bancos de la zona tienen la sensación de que «el asunto está muy parado». «El mercado tiende ahora a estabilizarse. No se si esto también traerá una bajada en los precios de las viviendas. Lo más probable es que en algunas zonas concretas las viviendas de segunda mano bajen algo de precio. En estos momentos casi están a la par que las de nueva construcción, algo que nunca se había dado antes», explica Ariznabarreta.
Cambio de mentalidad
Jon Ariño, presidente de la Federación de Consumidores de Euskadi, aboga por «un cambio de mentalidad entre los usuarios». «En Europa no pasa lo que vivimos aquí. En otros países se piensa en clave de alquiler y casi no se compran pisos. En todo caso, es una institución la que compra una serie de viviendas para luego arrendarlas por 50 años, por ejemplo. Sería una buena solución para nosotros».
Ariznabarreta está de acuerdo con esta afirmación: «Tenemos mentalidad de propiedad, pero tal y como están los tipos de interés y los precios de las viviendas, el tema está complicado».
«El valor del suelo de estos momentos es irracional, muchas personas tienen que hipotecar el 60 o el 70% de sus sueldos para poder hacer frente al pago de una vivienda. Es imposible que puedan seguir haciendo una vida normal de esta manera», señala Ariño. Esto podría acarrear según el presidente de la federación que se empiecen a crear bolsas de morosidad, algo que el director de la oficina tolosarra de Bankoa no le preocupa por el momento. «Nosotros no hemos notado un aumento en la morosidad. Los que se atrasan en los pagos normalmente son los mismos que lo hacían hace tres años, así que por el momento no creemos que exista ningún peligro», explica.
El caso de Eneko de 26 años es totalmente diferente. Ni se plantea comprar una vivienda, «ni siquiera me planteo irme de alquiler con estos precios», señala. «Tengo un contrato de un año y cobro unos 1.000 euros al mes. No me llega ni para pipas. Vivo con mis padres y espero que bajen los precios para poder plantearme irme de casa», explica.
Naiara, al igual que Eneko, ve limitado su acceso a una vivienda. «Tengo un sueldo de 1.100 euros netos al mes. No es un mal sueldo, pero tal y como están las cosas no me planteo meterme en una hipoteca o algo parecido. Sin una pareja que me apoye no puedo hacer nada, esperar a que me toque una vivienda de protección oficial... Soy joven y quiero disfrutar un poco más todavía; poder salir sin estar pensando en la hipoteca», aclara.
Tampoco parece una buena solución el adquirir una hipoteca a amortizar en más de 30 años. Según Irache «con las hipotecas por encima de los 35 o 40 años, si se sacan números se observa que en la mayoría de los casos no suponen rebajas significativas en la cuota».
Además Irache considera que se trata de un buen momento para el estudio y aprobación de una ley que prevea y se anticipe a las posibles situaciones de insolvencia que puedan producirse, mediante fórmulas que permitan a los propietarios hacer frente a las hipotecas que pesan sobre sus viviendas puesto que la concesión de estos préstamos «debe ir aparejada de un marco de responsabilidad social y legal», sostienen. Lo primordial para la asociación a la hora de contratar un préstamo hipotecario es «no endeudarse por encima de nuestras posibilidades y dejar un margen de maniobra por si nuestra economía se resiente para poder salir del apuro».
De momento la mayoría de expertos considera que el Banco Central Europeo aplicará un nuevo incremento de un cuarto de punto este año, lo que situará los tipos en el 4%. De confirmarse la preivisón, el BCE frenaría ahí los aumentos de tipos, lo que para alivio de muchos traería que el tan temido Euribor no suba mucho más, y por lo tanto, cerraría el año alrededor del 4,2% o el 4,4%.
Bai Nafarroako Kontsumitzaileen Elkarteak, Irachek, eta baita Bankoako Tolosako bulegoko Iker Ariznabarreta zuzendariak ez dute begi onez ikusten berrogei urtetan edo gehiagotan itzuli beharreko maileguak, hauekin interes gehiago besterik ez delako ordaintzen, nabarmentzen duenez.
«Guk normalean hogeitamabost urte arteko operazioak egiten ditugu, baten bat egin izan dugu berrogei urtetara, baina ez da ohikoena. Oso arraroa da ere norbait etortzea hogeitamabost urte baino gutxigokoak eskatzen. Kontutan hartu behar da hogeitamabost urte edo berrogei urtatako hipoteka bat hartzea ez daola kuotetan horrenbesteko alderik eta gainea ordaintzen duzun alde guztiak interesak dira», azaltzen du Ariznabarretak.
«190.000 eurotako hipoteka bat 35, 40 eta 50 urtetara ordaintzeko garaian konparaketa bat egiten badugu, hogeitamabost urtatatik berroegitamar urtetara kuotetan ez da egongo 150 eurotako aldea besterik. 50 urtetara 850 eurotakoak kuota batekin, horietatik 72 euro amortizazioa eta 798 euroko interesak. Aukera izanda, gure ustez, egokiena 35 edo 30 urtetan amortizatu ahal izateko hipotekak dira, are gehiago alkilerrak ere oso altu daudela kontutan hartuta», gaineratu du Iker Ariznabarreta Bankuak Tolosan duen sukurtsaleko zuzendariak.