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Los sindicatos alemanes van al combate ante el auge económico

El Primero de Mayo marcó el inicio de una campaña que los sindicatos alemanes van a llevar a cabo en diferentes sectores industriales. De la lucha sindical no sólo dependen los salarios y las condiciones de trabajo de los empleados, sino también el futuro del sindicalismo alemán.

Ingo NIEBEL

La avaricia me vicia» es el eslogan publicitario de una cadena alemana de electrodomésticos que se ha convertido en un símil para los nuevos desafíos a los que se enfrentan los trabajadores de las grandes empresas en Alemania. Los empresarios apelan, con precios bajos, al consumismo de los clientes para aumentar las ventas, por un lado, y para satisfacer a sus accionistas, por otro. Dado que, por una parte, hay que vender los productos a un precio menor, y teniendo en cuenta que a principios de 2007 el IVA subió tres puntos hasta el 19%, por otra, hay que subir los dividendos. Esta doble codicia la deben pagar los trabajadores, pese a que la economía alemana se está recuperando.Con motivo del Primero de Mayo, el ministro de Trabajo, el socialdemócrata Franz Müntefering, anunció que en abril el número de desempleados había bajado por primera vez desde el 2002 por debajo de los cuatro millones. Además, el Gobierno de coalición, liderado por la canciller cristianodemócrata Angela Merkel, espera que la economía crezca un 2,4%.

Ante esta situación, los sindicatos alemanes, organizados por sectores industriales, exigieron en la Fiesta del Trabajo al bipartito un sueldo mínimo que debería rondar los 7,5 euros por hora trabajada. Alemania es uno de los pocos países de la UE en los que no se ha establecido un salario mínimo. En algunos sectores, como peluquerías y limpieza, se pagan sueldos de 3 euros por hora.

El debate sobre el salario mínimo divide a los socios de Gobierno en Berlín. La Unión Cristianodemócrata y Cristianosocial (CDU/CSU) se hacen eco de las demandas de la Industria, que se opone a su reconocimiento, mientras que su socio minoritario, los socialdemócratas (SPD), defiende las reivindicaciones del mundo sindical, con la esperanza de recuperar así la confianza perdida. Los sindicatos se han venido alejando del SPD desde que éste, con su canciller Gerhard Schröeder (1998-2005), tomara un rumbo neoliberal, llegando a implantar recientemente la jubilación a los 67 años.

Enfrentamiento

Esta situación ha llevado a los más importantes sindicatos alemanes -IG Metal y el de los servicios ver.di- a buscar el enfrentamiento. La tradicional cercanía política al SPD ha contribuido a la pérdida de afiliados por parte del sindicalismo alemán en los últimos años. A finales de 2005, el número total de sindicalistas se situó por debajo de los siete millones.

Para el miércoles el sindicato ver.di (2,42 millones de afiliados) ha llamado a secundar las huelgas convocadas en Telekom. La mulitnacional de telefonía, que ha movido 61.000 millones de euros en 2006, tiene pensado colocar a 50.000 de sus 248.000 empleados en tres empresas externas, en las que tendrán que trabajar más por menos dinero. El gerente de la Telekom, René Obermann, justifica esta medida especulando sobre una OPA por parte de un grupo de inversores. La dirección pretende reducir los sueldos un 20%, al tiempo que ha prometido un dividendo récord a sus accionistas. El jefe de ver.di, Frank Bsirske, está decidido a ir a la huelga.

También el sindicato del Metal, IG Metall (2,46 millones de afiliados) se muestra combativo a la hora de reclamar una subida salarial del 6,5%, que está negociando con la patronal. A lo largo de la semana ha realizado varias huelgas en distintas regiones de Alemania. Ahora piensa en ampliar su radio de acción también a Baviera.

En caso de que la patronal de la Construcción en Baja Sajonia no acepte el acuerdo alcanzado con IG Bau podría abrirse un nuevo frente de lucha sindical.

Las actividades de los sindicatos se producen mes y medio antes de la prevista creación del nuevo partido de izquierdas, llamado «die Linke», que estará formada por sindicalistas desilusionados por la política neoliberal del SPD.

FRENTES

Además de la confrontación abierta en el sector del Metal y en la empresa Telekom, un nuevo frente puede abrirse en la Construcción si la patronal de Baja Sajonia no acepte el acuerdo con IG Bau.

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