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Euroliga Final Four

Campeón y anfitrión se miden en la «final pactada»

Ettore Messina quiere alcanzar a Bozidar Maljkovic como el entrenador más laureado de la competición, tomándose revancha de la final que perdió en 2002 con la Kinder ante el Panathinaikos del serbio

Jon ORMAZABAL | ATENAS

Los pronósticos que se hicieron en otoño se han cumplido casi milimétricamente y el vigente campeón, CSKA Moscú, y el anfitrión de la competición, un Panathinaikos con la rotación más larga de Europa, se enfrentan hoy en una final que parecía pactada desde el inicio. Los dos buques insignia de la Euroliga, con los dos timoneles más codiciados, se jugarán de esta manera todo el trabajo y la preparación de muchos meses en 40 minutos de baloncesto que se presumen duros y complicados esta tarde en el OAKA.

La hoja de ruta diseñada por Obradovic, el técnico más laureado de la competición con cinco entorchados, y Messina, cuatro, se ha cumplido sin apenas variación. Los moscovitas sólo han perdido dos partidos continentales este curso y tienen la posibilidad de reeditar el éxito del año pasado y repetir título, lo que sería un hito en su historia puesto que nunca antes lo han logrado.

Por su parte, el Panathinaikos vuelve a la final después de cinco años. En 2002 un 89-83 dio el título a los griegos sobre el Kinder Bolonia en pista italiana. Los protagonistas en los banquillos eran exactamente los mismos que ahora vuelven al asalto, Messina y Obradovic, que podrían quedar igualados en la cúspide del basket continental.

En lo que se intuye un duelo muy técnico, lo que no parece asegurado es un baloncesto espectacular, ya que el pase a semifinal de ambos equipos vino marcado por partidos con guarismos muy bajos. Ambos conjuntos han utilizado la misma táctica para plantarse en la final: una gran defensa. El trabajo de protección de unos y otros fundió al Unicaja y al Baskonia, aunque desde ambos banquillos se han hecho votos por mejorar en ataque, conscientes de que el oponente que se encontrarán esta tarde se lo pondrá mucho más duro en la gran final.

Pese al evidente descenso en la productividad ofensivas de las dos escuadras, su fortaleza defensiva da para mucho. El CSKA sólo encajó seis puntos en el último cuarto de la semifinal contra los malagueños. El Panathinaikos también anda sobrado en este aspecto y el Baskonia sólo pudo sumar veintiún tantos en toda la primera parte.

En la previa al partido, Obradovic declaró que, «el CSKA sólo tiene dos jugadores nuevos respecto al de la temporada pasada y, sin embargo, es totalmente diferente que hace un par de años. Cuando Ettore Messina llegó al banquillo jugaba de una forma y ahora lo hace de otra», señaló el técnico serbio.

«Para nosotros, el CSKA es un gran desafío en la final. Les vi jugar en la semifinal y es difícil encontrar una manera para ganarles», admitió el entrenador del equipo local.

Ettore Messina, por su parte, afirmó que el cuadro griego «es muy profundo, tiene un entrenador excelente y juega en casa. El CSKA es distinto, menos amplio. Puede ser un partido excelente con todos sus aficionados apoyándoles y va a ser muy, muy difícil». El técnico italiano no quiso asumir el rol de favorito que lo dejó claramante en el bando verde.

Papaloukas-Diamantidis, un duelo espectacular

Hay miles de motivos y factores para seguir esta final, pero los ojos de muchos aficionados se centrarán en la posición de base de ambos equipos, donde se verán las caras Theodoros Papaloukas y Dimitrios Diamantidis, los dos líderes de las respectivas escuadras. Sin ser grandes anotadores, los dos bases, compañeros en la selección helena, son dos jugadores que dominan a la perfección el tiempo del partido y a los que sus dos metros de altura les da una gran versatilidad para destacar en todas las facetas del juego como las penetraciones, el pase, los rebotes y la defensa. El jugador del CSKA, además de buscar reeditar el título colectivo obtenido en Praga el año pasado, querrá repetir la condición de MVP. Jon ORMAZABAL

Pablo PRIGIONI
BASE DEL BASKONIA
 
«Llegó un técnico con experiencia pero la situación no era la ideal»

Para Prigioni fue uno de los jugadores que dio la cara tras la dolorosa derrota ante Panatthinaikos del viernes. El base argentino se lamentó de que al Baskonia siempre le está faltando algo para poder ganar la ansiada Euroliga.

¿Dedicar la victoria al público, lo mejor de Baskonia en Atenas, es la motivación para el partido ante Unicaja?

Va por ellos y toda la gente del Tau, también los dirigentes y nosotros mismos, debemos intentar ganar e intentar ir a Vitoria con buenas sensaciones de cara a la ACB.

¿Con qué motivación se afronta un partido así?

La motivación es la de sacarnos la frustración que tenemos encima, junto con brindarles un buen partido a los miles de seguidores que han venido hasta Atenas. Éstas son dos razones tremendas.

Se dice que de las derrotas se aprende, ¿pero no tiene ya el Baskonia la experiencia suficiente para hacerse con el objetivo?

La verdad es que siempre, por una cosa o por otra, nos está faltando algo para dar ese último paso y conseguir ser el mejor club de Europa. El club está instalado en la elite, hacemos grandes Euroligas pero nos falta esa estocada final. A ver si podemos continuar trabajando y con toda esta experiencia nos plantamos en Madrid y la ganamos.

La final la vuelven a ganar dos grandes ¿es el presupuesto el único secreto?

Ese es un tema obviamente importante, el mérito del Baskonia está intacto, es una ciudad mucho más pequeña y está luchando por ser el mejor equipo de Europa. Ellos vienen con una regularidad en Europa, llevan años sin casi cambios de plantilla, con grandes entrenadores que llevan años entrenando. Nosotros hemos tenido tres entrenadores en ocho meses y la situación quizá no era la ideal, pero las cosas fueron así. Llegó un entrenador con mucha experiencia para estos casos, pero quizá no lo hizo en la situación ideal para hacerse con un título de estas características. Aún así uno viene confiado de todos modos en poder ganar.   A.G.-J.O.

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