ATHLETIC 0
TORREJÓN 0

La alegría regresó ayer a San Mamés. Tras unos meses repletos de disgustos y desilusiones, a los que el propio equipo femenino se sumó la pasada temporada, las rojiblancas se encargaron de nuevo de escribir un capítulo en la historia de éxitos del Athletic.

25.000 aficionados celebraron con el equipo bilbaino su cuarto título de Superliga. Más peleado que nunca, con complicaciones dentro y fuera del césped y, por eso mismo, mejor acogido que nunca. Lo demostró la explosión de alegría final en la que, probablemente, también hubo mucho de alivio. Y es que, en la misma tónica de toda la temporada, la amenaza del Espanyol no dejó de latir hasta el último instante .

Ese fue, posiblemente, el único pero de la fiesta rojiblanca. El Athletic fue incapaz de despedir la competición con victoria y eso le obligó a vivir pendiente del transistor. Afortunadamente, la presión también debió pasar factura a su rival, porque el Espanyol acabó cayendo en casa -la de ayer fue su única derrota de la temporada como local-, lo que dejaba el título en manos de las bilbainas, que incluso concluían la jornada con más ventaja, un punto, de la que tenían a su inicio.

Que era, por otra parte, mínima, apenas la que le daba el golaverage. De ahí que el Athletic fuera consciente de que la victoria era ayer su única opción, teniendo en cuenta cómo se las habían gastado hasta el momento las blanquiazules. Claro que la trayectoria del propio Athletic no desmerecía, aunque, curiosamente, también cosechó ayer su peor resultado como local de la temporada. No en vano no había dejado escapar un solo punto de su campo hasta ayer.

Ocasiones

El último tropiezo no se debió, desde luego, a falta de ganas. Ni siquiera de superioridad, porque el choque de San Mamés fue un monólogo de las bilbainas, que no dejaron de buscar el gol desde el pitido inicial.

Pero la falta de puntería de unas y la buena disposición defensiva de las otras evitó que el equipo de Iñigo Juaristi consiguiera su objetivo. Sin olvidar la actuación de Noelia, que desbarató alguna ocasión clara.

Claro que la guardameta madrileña se ganó el protagonismo de la jornada por un error. Un error doble, para ser exactos, en lo que fue la jugada más polémica del partido: a diez minutos del descanso, Erika tiró de picardía para marcar, con la colaboración de Noelia. La interpretación del árbitro no fue la misma y el tanto quedó anulado por más que dudosa falta de la navarra.

La acción encorajinó a las rojiblancas, que en esos minutos previos al descanso y también a lo largo de toda la segunda parte, incrementaron su dominio. También, pese a que los nervios -y eso que las noticias que llegaban desde Barcelona eran tranquilizadoras- y el desgaste físico empezaban a pasar factura, sus ocasiones, que incluyeron sendos larguerazos a cargo de Eba y Lorena.

Afortunadamente, no hubo que lamentarlo y el empate acabó siendo suficiente para asegurar el título, que San Mamés celebró como se merecía.

Igualdad

En opinión de Iñigo Juaristi, ese último resultado de la temporada «refleja de alguna manera el nivel competitivo que tiene esta Liga, y algo que yo no me he cansado de repetir, que hay que dar muchísimo valor a todos los rivales y que sacar los partidos adelante es muy difícil». El técnico, además, y pese a recordar que el primer título de Superliga concluyó con la clasificación aún más apretada -Athletic y Levante empataron a puntos-, cree que «la competición es más complicada cada año».

Juaristi, por otra parte, explicó que éste ha sido «un año complicado porque el equipo venía de una situación difícil y había que restañar ciertas fisuras. Pero el equipo ha tenido mucha voluntad y mucho compromiso», destacó.