No sé si realmente soy muy tontita, me hago la tonta porque me conviene o es que otros me quieren ver la cara de tonta. Lo que sí sé es que eso de las listas contaminadas es de un mundo de tontos y quien se lo crea es más que tonto, rebasa lo absurdo y lo patético, va más allá del surrealismo contemporáneo. Estoy más perdida que cuando recién llegué de mi país, yo que soy curiosa, escucho, veo, leo y sobre todo observo lo que pasa, observo con mucha atención a la gente, y escucho lo que dicen unos y otros.

Por una parte ilegalizan listas y plataformas muy a pesar de las 84.000 firmas que las respaldan, algo similar al: NO a la Guerra de Irak, y «hágase la guerra». Por otra parte se acusa de contaminadas a ciertas listas por estar gente cercana a Batasuna y para algunos políticos con poco análisis y criterio político, Batasuna es ETA, y debido a esa demencia política dicen que deben eliminarse listas y personas.

El partido ANV está bajo sospecha porque son batasunos disfrazados que no condenan la violencia, a pesar de que los estatutos de este partido dicen lo contrario. El solo hecho de querer ser parte de un partido va en contra de todo acto terrorista, porque busca soluciones a través de la democracia, y por si fuera poco, la gente de este partido condena más tipos de violencia que muchos otros partidos que no se quieren enterar de torturas y conculcación de derechos hacia presos políticos y hacia el pueblo vasco. El PP exige impugnar el 100 por cien de las listas, y no me queda nada claro con qué derecho y bajo qué criterios. Menos claro me queda por qué lo debe decidir una persona o un partido, y más difícil de entender por qué los españoles deben decidir sobre las elecciones de los vascos. Esto es algo de lo que me voy enterando y que me provoca tal lío mental, sin que por ello pueda tener muy claros los motivos de mi rabia e indignación hacia todo el espectáculo nada divertido que se ha montado para excluir y eliminar a ciertos vascos.

El problema es que «violencia genera violencia», y todo su mediocre y absurdo espectáculo de los partidos que están haciendo daño y faltando el respeto al pueblo vasco, no es otra cosa que violencia activa, que genera frustración, indignación, impotencia y sobre todo rabia, y una persona rabiosa se puede dejar llevar por los impulsos más primitivos si se le provoca, así que no sé que respuesta pueden dar cientos y miles de vascos rabiosos e indignados, porque a pesar de mis líos mentales, no soy ingenua y cuando me conviene tampoco soy tonta ni ignorante, por lo que me quedan dos cosas muy claras: una es que se están burlando del pueblo vasco, y la otra es que toda acción tiene como consecuencia una reacción. Lo segundo es que todo lo que está sucediendo ahora en contra de la democracia de los vascos tiene un nombre, se llama PROVOCACION.

No sé si invocar a mis aliados chamanes, pedir a los políticos que reconsideren, pedir calma y paciencia a los vascos o simplemente retirarme a pasar mis últimos años en un monasterio tibetano, lo más lejano posible.