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John Steinbeck, John Ford y «Las uvas de la ira»

Iratxe FRESNEDA

Periodista y profesora de Comunicación Audiovisual

Unos manuscritos han sido encontrados en una caja en la casa del productor de teatro Ernest Martin. Dicen que son del premio Nobel John Steinbeck. Entre lo hallado, hay algunas joyas literarias inéditas hasta el momento como «Si esto fuera traición», una historia corta ambientada durante la caza de brujas del maccarthismo. La noticia me ha traído a la memoria la película «Las uvas de la ira», la versión cinematográfica que hizo de la novela premiada con el Pulitzer el maestro John Ford.

Un cineasta atrapado, para algunos, en su tendencioso y patético acento de veracidad y, sobre todo, encasillado como director de «películas de indios y vaqueros». Pero John Ford fue mucho más que un tipo conservador que vendía bien su trabajo a los estudios: fue alguien interesado por los asuntos políticos y sociales de su tiempo. Se alistó en el Comité Cinematográfico de ayuda a la República española para ayudar a los republicanos que luchaban en la guerra.

Pues bien, fue por aquel entonces cuando este irlandés, con serios problemas personales bañados en alcohol, rodara «Las uvas de la ira». Una historia que tiene su origen en los reportajes que escribió Steinbeck durante el verano de 1936 para «The San Francisco News». Muchas de las personas citadas en los reportajes serían después los personajes que habitarían la novela: vagabundos, jornaleros sin trabajo y cientos de miles de granjeros del medio Oeste americano que viajaban a la soleada California en busca de un sueño y un porvenir menos desalentador que el que tenían en sus lugares de origen. Pero, como siempre sucede, ni siquiera el viaje mejor planeado resulta tal y como lo soñamos. Y el viaje iniciativo de la familia Joad a bordo de una camioneta les descubre una realidad bien distinta. Su tierra prometida está poblada por jornaleros hambrientos, policías que se toman la justicia por su mano, empresarios y capataces explotadores, huelgas... «Las uvas de la ira» es un documento social que llama la atención en un universo hollywoodiense empecinado por ocultar y hacer olvidar al público las míseras condiciones de vida de aquellos días, es una especie de llamada de atención, un alto en el camino y una historia que se hace real en nuestros días. Las imágenes de los excedentes de fruta de California quemados con queroseno ante las miradas de los hambrientos me hacen recordar eso de que la historia siempre se repite.

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