Una nueva contienda electoral condicionada por la anulación de listas. En esta situación, ¿cabe hablar de comicios democráticos o, al menos, normales?

Comicios normales es obvio que, en toda la extensión del término, no lo serán en tanto en cuanto no desaparezca la acción del terrorismo. A partir de ahí, yo ya he expresado mi posición públicamente con respecto a las listas: creo que los tribunales tienen que pronunciarse y yo confío plenamente en ellos. Creo que la posición del Constitucional es ser justa, razonada sin lugar a dudas y garantista de los derechos de los ciudadanos. En ese sentido, yo me manifesté hace dos semanas en el sentido de que, ante la duda, protéjase el derecho de los ciudadanos a ser electores y elegidos.

Eso es lo que denuncian muchos agentes políticos y sociales: que el derecho de miles de vascos al sufragio activo y pasivo está siendo vulnerado.

Creo que hay que preservar ese derecho, pero al mismo tiempo también hay que ser muy exigentes para que quien pretenda representar a los ciudadanos en las instituciones se separe radicalmente de la acción del terrorismo. Eso, aunque no fuera o no sea una condición legal, creo que es una condición moral que todos los candidatos debiéramos asumir públicamente. Digo esto porque alguien puede pensar que estoy tratanto de hacerle guiños al mundo del radicalismo abertzale o que pongo velas en todos lo altares. No, no se trata de eso. Soy un firme defensor del derecho y, al mismo tiempo, soy un firme defensor de que todos lo que actuamos en política lo hagamos desde parámetros absolutamente democráticos y de rechazo al ejercicio de la violencia.

Sitúa la pelota en el tejado de la izquierda abertzale. No obstante, desde el independentismo y desde otras fuerzas se mira al PSOE, se alude a su responsabilidad en toda esta situación y se exige al Gobierno español la derogación de la Ley de Partidos.

Sobre la derogación de la Ley de Partidos se especula mucho. Se dice: «Es el único país...». No es cierto. En Francia hay una ley de defensa de la República, en Alemania tres cuartos de lo mismo, en Holanda... La Unión Europea ha adoptado hace bien poco un acuerdo para que, por ejemplo, la negación del Holocausto o el enaltecimiento de la xenofobia sean considerados delito en todos los estados de la Unión. Por lo tanto, no es cierto que no haya legislación en ese sentido. La clave de bóveda de esta cuestión está en que, de una vez por todas, los dirigentes del mundo de Batasuna digan con toda claridad «no queremos el paraguas del terrorismo», ni tan siquiera que condenen el terrorismo.

En Gipuzkoa se da la circunstancia de que pueblos como Lizartza, Elduain o Irura pueden pasar a ser gobernadas por el PP, e incluso por ustedes mismos en el último caso, con un apoyo muy escaso en las urnas. ¿No es una cuestión de falta de legitimidad?

El PP y el Partido Socialista tienen todo el derecho del mundo a presentarse en cualquier lugar. Dicho esto, ¿verdaderamente va a gobernar un municipio alguien que obtiene sólo el 5% de los votos válidos emitidos? Lo veo harto difícil. Más probable es que en esos municipios al final se termine produciendo una renuncia y que la Diputación llegue a un acuerdo con los agentes políticos de manera que se conformen gestoras que los gobiernen. Pero claro, el PP tiene derecho a presentarse en Lizartza. Y en Lizartza estoy convencido de que se podría haber hecho una candidatura de vecinos independientes. Me imagino que son estrategias de unos y otros. En nuestro caso, en Irura no hay estrategia, ya que ya nos presentamos en la anterior, en la anterior y en la anterior. Ésa es la situación. A partir de ahí, sí puedo asegurar que no vamos a forzar ninguna situación en ningún lado. Porque somos municipalistas, porque el que está hablando ha estado 22 años en un ayuntamiento, porque sabemos de la vida municipal, de la necesidad de no confrontación y sí de propiciar políticas de entendimiento a nivel local. Vamos a actuar con total responsabilidad; los demás, que hagan lo que entiendan más oportuno.

¿Qué efectos puede tener en el futuro lo que está aconteciendo con las elecciones? ¿No tiene la impresión de que, el 27-M, hay algo más en juego que el reparto de escaños?

La verdad, no lo sé. Imagino que te refieres al hecho de seguir avanzando en la búsqueda de una situación que pudiera desembocar en lo que hemos visto recientemente en los medios de comunicación: ese Gobierno de unidad en el Ulster que consagra definitivamente la paz para Irlanda del Norte. Pese a las diferencias existentes, ojalá que también aquí se puedan reanudar caminos de búsqueda de entendimiento. Porque en definitiva, o lo solucionamos entre todos o no se soluciona.

La ilegalización solapa, en gran medida, el resto de cuestiones. ¿Qué más hay sobre la mesa en esta liza electoral en Gipuzkoa?

Otra forma de hacer política: más transparente, más pegada al terreno, de escuchar a la gente, ésa de la que saben tanto los alcaldes y los concejales. Eso hay que trasladarlo a la Diputación. También hay que apostar por que Gipuzkoa no se quede atrás, porque vemos que en Bizkaia se están haciendo inversiones multimillonarias mientras aquí se hace mucho más rácanamente. Además, se tiene que trabajar y tener una relación política e institucional con los ayuntamientos, al margen de quién esté en ese gobierno local.

¿Cuáles son las aspiraciones de su partido en el herrialde? Por ejemplo, ¿ve posible evitar la reedición de la mayoría absoluta por parte del eje PNV-EA?

Creo que es perfectamente posible, y lo sería más si hubieran concurrido las listas de ANV.

Eso es evidente.

Lo digo porque, curiosamente, el tripartito que gobierna en Vitoria está permanentemente reclamando la derogación de la Ley de Partidos, rompiéndose las vestiduras con la impugnación de listas y acusando al Partido Socialista de que todo esto es puro cálculo electoral. Con la calculadora en la mano, electoralmente, el más beneficiado con la presencia de ANV en las Juntas sería el Partido Socialista, y los más perjudicados, por este orden, PNV, IU-Aralar y EA.

No obstante, creo que se puede romper ese eje incluso aunque ANV no esté en estos comicios, porque hay mucha gente que está bastante cabreada con el PNV. Incluso para tener un candidato a diputado general ha hecho un recorrido de lo más estrambótico: primero, nadie descartaba que volviera a ser el actual diputado general; después, recurren al señor Jauregi y todos sabemos lo que ocurrió; y en última instancia, al señor Olano, que, con todos mis respetos, no tiene ninguna experiencia de gestión.

Y en cuanto a las municipales, ¿ve posibilidades para aumentar ese número de alcaldías que han ostentado históricamente?

Nosotros hemos trabajado muy en firme y en positivo, pero también en clave de denuncia, en determinados municipios donde tenemos mucha presencia y donde los últimos cuatro años han sido de un auténtico desastre de gestión, de aparición de posibles corruptelas, como en Arrasate o Urnieta. Son dos lugares donde tenemos aspiraciones. En Hernani aspiramos a tener una fuerza determinante y en Zarautz creemos que también, aunque es difícil que seamos primera fuerza.

Es pronto para hablar de posible pactos, ¿pero descarta de antemano algún escenario?

No descarto a nadie que actúe en parámetros democráticos, poniendo la integridad de las personas por encima de todo. Luego, a discutir programa.