Iker BIZKARGUENAGA

Xabier Agirre, cabeza de lista del PNV en Araba, se refirió a los sondeos de intención de voto para valorar que «parece que la abstención en el campo nacionalista aumenta». «El mundo abertzale parece estar desencantado», se lamentó, para alertar de que «la gente hastiada puede tener la tentación de quedarse en casa» el próximo domingo. A esta gente se dirigió para apuntar que este herrialde «no puede estar cuatro años más en manos del PP», y pidió a aquellas personas que aún no han decidido qué hacer el día 27, que «su voto sea eficaz».

«Euskadi y Araba os necesita», enfatizó el candidato jeltzale, para agregar que «si queremos recuperar Alava para los abertzales y para el país», sus votos deben ser «pragmáticos».

Ante sus ojos, Agirre tenía el modesto auditorio del polideportivo Europa con casi tantas sillas vacías como llenas, y en mente, probablemente, los resultados de algunas encuestas, como la realizada por la Lehendakaritza del Gobierno de Lakua, que sitúa al PNV en tercer lugar en Araba, tras PP y PSE.

Las primeras palabras del candidato a diputado general fueron para enviar un abrazo a Aintzane Ezenarro, parlamentaria como él en el Parlamento de Gasteiz. La representante de Aralar fue atropellada por una moto hace dos días en Getaria.

A continuación, dirigiéndose a los simpatizantes y afiliados que le escuchaban, entre los que se encontraba el consejero de Interior, Javier Balza, afirmó que «supongo que estaréis conmocionados», haciendo referencia a lo sucedido el viernes en la capital alavesa, cuando un autobús electoral del PNV resultó parcialmente quemado. Agirre agradeció las muestras de apoyo recibidas de otros partidos y grupos, y aprovechó lo sucedido para cargar contra la izquierda abertzale. «Tienen que dar un giro de 180 grados si realmente quieren hacer política», señaló.

La «columpiada» del PSOE

El cabeza de lista alavés, en cualquier caso, no fue quien utilizó las palabras más gruesas contra la izquierda independentista vasca. Tanto el lehendakari, Juan José Ibarretxe, que se refirió a este sector social como «izquierda autonomista», como el líder del PNV, Josu Jon Imaz, situaron en la izquierda abertzale gran parte de su discurso.

El mandatario autonómico, cuando todas las quinielas apuntan a un posible pacto entre su partido y el PSE, quiso despejar balones asegurando que para la formación que lidera Patxi López y para el PP «da igual quien gane, con tal de quitar de enmedio al PNV».

Haciéndose eco de las últimas declaraciones del fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, afirmando que quizá se habían «pasado» en su afán inquisidor, Ibarretxe señaló que con estas palabras «el PSOE ha reconocido que se ha columpiado en el tema de las listas».

«A buenas horas mangas verdes» añadió, para afirmar que «quiene tiene que legalizar o ilegalizar son las urnas, es la sociedad vasca». A este respecto, aseguró que «queremos que Batasuna esté en las urnas para darles una lección y derrotarles democráticamente».

Como ya hiciera en otras ocasiones, el lehendakari también echó en cara de la izquierda abertzale las acciones de denuncia por la ilegalización de sus candidaturas, y tras citar el acto de la semana pasada en el que dos jóvenes subieron al escenario con carteles, en su presencia, declaró que «quieren sacarse fotografías con el PNV, con el lehendakari y con la Ertzaintza, pero no con la Guardia Civil».

Cuando se acercó al atril, los aplausos dedicados a Imaz no sonaron tan fuertes como con el lehendakari, aunque el presidente del PNV quiso ganarse a la parroquia haciendo un guiño al candidato a la alcaldía. A Mikel Martínez le dijo que el 6 de agosto lanzaría el chupinazo que da inicio a las fiestas de la Virgen Blanca, y demostró que no se conoce el calendario festivo gasteiztarra.

Imaz, en cualquier caso, hizo mención de los años «terriblemente difíciles» de su partido tras perder la Diputación y el Ayuntamiento, y felicitó a los presentes por el trabajo realizado en estos ocho años.

«Otros hermanos vascos»

El dirigente jeltzale se refirió a Nafarroa Bai, que definió como «otros hermanos vascos», felicitándose por los resultados que le conceden los sondeos. Opinó, a este respecto, que eso «pone nervioso a los extremos, a UPN y a Batasuna».

Centrándose en la formación abertzale, manifestó que «están muy nerviosos porque el cambio viene en Navarra sin ellos», y auguró que, frente a ello, «en los próximos días van a empezar a sacar papeles, a confundir, a utilizar filtraciones y mentiras y a meter a Navarra en medio».