Recoger los sueños de nuestros muertos
La muerte de Eva Forest, acaecida ayer a media tarde, se extendió rápidamente por Euskal Herria. A nuestra redacción fueron llegando reacciones de quienes le conocieron y admiraron, que aquí reproducimos. En uno de ellos, el filósofo Santiago Alba recuerda unas palabras de la escritora pronunciadas en otro homenaje: «recoger los sueños de nuestros muertos y convertirlos en arma creadora».
Por muchas razones
Mertxe Aizpurua Periodista
Te escribo una especie de carta de urgencia porque, qué quieres que te diga, se me hace difícil escribir de ti y sobre ti y porque, además, la última vez que hablamos quedó en el aire una conversación pendiente, así que prefiero despedirme de ti como si estuvieras aquí, todavía al lado, como has estado siempre. La verdad es que siempre quedaba algo pendiente contigo. No podía ser de otra forma; el mismo caldero en ebullición que conocí hace veinticinco años ha mantenido el calor al rojo vivo hasta los últimos días de este mes de mayo en que, tú lo sabes bien, lloraremos tu ausencia.
Optimista y vital, eternamente joven, ni siquiera los años han conseguido difuminar de tu rostro esa expresión de niña ingenua. De niña bien, como tú dices entre sonoras carcajadas, al recordar alguna anécdota de tu primer paso por comisaría.
Te van a recordar, Eva. Te vamos a recordar. Por muchas razones. Tu trayectoria, en esta era nefasta de compadreos sucios, cesiones y traiciones, ha sido la del compromiso permanente, a pesar de que tú y los tuyos habéis vivido muchas veces en el borde de un caos, sostenido con hilos muy finos. Sostenido, ciertamente, a base de esa máxima que tan bien conoces de que lo importante es hacer lo correcto.
Ignoro cuántas personas torturadas habrás tenido enfrente, escuchándolas, tranquilizándolas, haciéndoles describir ese horror que se aloja en la piel y en los huesos para conseguir exorcizar el demonio de la tortura; ese demonio al que te has enfrentado dejando tu vida en la incansable denuncia. Cientos, quizá miles a lo largo de estos años.
Se puede decir mucho sobre ti pero como esta carta es de urgencia, únicamente voy a referirme a esa constante que siempre he apreciado en ti; algo que siempre me ha impresionado y que ha sido -cómo decirlo- la relación de amor con todo lo que has acometido. Lo hacías así al denunciar la tortura allá donde podías; lo has hecho con este pueblo que te acogió y al que tanto has dado a cambio; con tus autores y tus libros, a quienes has mimado delicadamente; con tu querida Cuba y su revolución; con tu admirada Venezuela en esta gran esperanza que tanto has animado.
Con todo, Eva, con tantas y tantas vueltas que te ha dado la vida, con tanta obra realizada, has de saber que tu mejor obra has sido tú misma. Consecuente y solidaria.
Regalo inmenso para Euskadi
Miguel Castells Abogado
EVA es mayo del 68; revolución de los claveles; resistente, igual que el pino crece en la ribera; Euskal Herriko harroka, burdina, lorea, que dijo el poeta; solidaria con todos los pueblos de la Tierra, poniendo al servicio de su liberación palabra (charlas, escritos, ediciones...) y presencia (en Vietnam, bajo las bombas yankis, en Irak, agredido por los yankis, en la Cuba del Che y de Fidel...); regalo inmenso para Euskadi, que un día venturoso vino, porque quiso, a estar siempre entre nosotros.
Entre nosotros sigue Eva, con Alfonso, Juan, Pablo, Eva y con Hiru.
Nunca critió la lucha armada por la libertad de un pueblo.
Un regalo de los Dioses
Luis Núñez Sociólogo
Lo propio de las personas con huella es hacer compatibles cualidades que normalmente suelen ser incompatibles en una misma persona.
Eva ha sido el pragmatismo personificado y al mismo tiempo el esfuerzo diario por una sociedad más fraternal, qué paradoja. El pragmatismo personificado y al mismo tiempo la honradez política "con tolerancia cero", como dicen ahora los fachas; la honradez política del todo. El humor, la lucidez y la acción.
¿Ha preferido dejarnos antes de presenciar unas elecciones ignominiosas en las que el sector más vivo y generoso del país queda fuera de la ley (qué vergüenza para la ley), con el increíble consentimiento de los demás (qué vergüenza para los demás)? Así parece.
Eva, tu presencia y tu tarea han sido un regalo para Euskal Herria, qué suerte hemos tenido.
Bikote miresgarri bat
Itziar Aizpurua Ezker Abertzaleko militante historikoa
Alfonso Sastre eta Eva Forest niretzako bikote miresgarria da. Ez dira Euskal Herrikoak, ez dira abertzale eta euskaldunak. Kanpotarrak eta ezkertiarrak dira baina sinestu egin dute Euskal Herriko borrokan, eta batez ere sinestu egin dute ezker aldetik aterako dela herri hau aurrera. Etorri ziren Euskal Herrira bizitzera eta bakoitzak bere mailan eman du ahal duen guztia Euskal Herriaren alde. Evaren torturaren aurkako borroka finkoa eta lan handikoa izan zen.
Una gran pérdida para la izquierda
Lolo Rico Escritora y realizadora de televisión
De Eva Forest yo destacaría su tenacidad, su fuerza y su dedicación a la cultura. Me parece una gran pérdida para la izquierda que tanto necesita de este tipo de personas. Eva era una persona muy interesante, alguien con quien no te cansabas de hablar, de quien siempre aprendías algo.
Una joven inmortal
Santiago Alba Rico Filósofo
Hay dos motivos por los que resulta muy difícil creer -y tanto más difícil cuanto más real e irremediable es el hecho- que Eva Forest haya muerto: el primero es que era inmortal, el segundo es que era demasiado joven. Que una joven inmortal muera, mientras tantos despojos corrompidos alientan contra el mundo, mientras los muertos matan y gobiernan y sobreviven a su conciencia, quizás no es indicio suficiente para probar una conspiración pero sí para iluminar del modo más doloroso cuánto la necesitábamos y cuánto la vamos a echar de menos. Era tan inmortal que ningún torturador habría podido ofenderla; era tan joven que ningún rebelde habría podido adelantarla.
No hablaré de todo lo que personalmente debo a Eva sino de lo bien que supo escoger todas sus batallas. Alguien dirá que Eva Forest sólo apoyó causas perdidas; sólo apoyó más bien las que merecen ganar y las que, por tanto, es arriesgado apoyar. Hace año y medio, en un texto sobre los intelectuales y el compromiso, Eva explicaba lo que ocurre cuando uno toma conciencia de los torcidos entuertos de este mundo, esa terrible transparencia de la que no hay ya retorno posible y cuyo fogonazo obliga a asumir después la responsabilidad sobre los propios actos y, por supuesto, sobre los propios silencios. Cuando se sabe, cuando se está en la posición del saber, ya no se puede ser neutral sin ensuciar aún más el fango; ya no se puede ser inocente sin dañar aún más a los que no son culpables. Creo que a Eva le daba mucho miedo el silencio; nació con la conciencia puesta y comprendió enseguida que no había mayor intervención, ni más violenta, que la de reprimir una protesta y permitir que las cosas sigan su invariable compás de injusticias y exterminios. En un mundo en el que los muertos entierran a los vivos, los que callan ofician de sepultureros; los que se rebelan mueren siempre demasiado jóvenes para llegar a tiempo a todas las liberaciones. Eran muchos los lugares: Euskal Herria, Cuba, Venezuela, Palestina, al final de su vida ese Iraq cuyo dolor compartíamos y sobre el que escribió y editó libros propios y ajenos, atada como estaba, fuera de esos matices que empañan la visión, a la suerte de las víctimas del imperialismo en todos los rincones del planeta. Sólo los niños sufren tan intensamente el dolor ajeno; sólo los sabios lo comprenden tan bien; sólo los valientes se rebelan contra sus causas. Todas estas virtudes se reúnen raramente en un solo cuerpo; pero basta desgraciadamente una sola muerte para llevárselas todas de una sola vez.
En un reciente homenaje a otro gran luchador comunista, Eva Forest escribió, como adelantando todo lo que hay que decir sobre ella: «Recoger los sueños de nuestros muertos y convertirlos en arma creadora que perfora imposibles y horada utopías en busca de nuevos caminos que aceleren el proceso de humanización, ¿no es ya el mejor homenaje?». Eva Forest ha muerto a los 78 años con toda la vida por delante; ha muerto, mejor dicho, con varias vidas por delante y el único homenaje que nos pide, el único que podemos ofrecerle, es el de vivirlas a partir de ahora en su lugar. No hay un paraíso -ni siquiera un infierno- donde vayan los «rojos» a conversar y voltear revoluciones derrotadas. Tenemos que seguir viviendo, conversando y rebelándonos con Eva en este mundo, ése que ella amó hasta el extremo de hacernos creer que nunca iba a abandonarlo y ese también que combatió hasta el punto de conservar las fuerzas de la juventud hasta la última batalla. La última y la única que perdió.
Utopian sinisten zuen emakumea
Edorta Jimenez Idazlea. TATeko kidea
Eva Foresten berri lehenengoz Suitzako aldizkari ezkertiar bat irakurtzean izan nuen Frantzian nengoela, 1974an. Orduan heriotza zigorraren mehatxua zeukan gainean; ez zioten zigor hori eman eta handik denbora batera, Franco hil ostean, aske geratu zen. Urteetan segitu nuen idazten zuena. Idatzi zituen liburu batzuk, gehienbat Euskal Herrian tortura sufritutako emakumeen testigantza hartuz. Europara irten zen Eva eta torturaren azterketarako sortzen hasiak ziren guneetan parte hartu zuen testigantzak jasoz eta teorizatuz.
Gero, aurrez aurre ezagutu nuen. Ematen zuen beti gaztea, ezin zitzaion adina kalkulatu eta gainera bazuen begietan halako dirdira bat, halako argitasun bat eta halako kemen bat. Ematen zuen beti zegoela zerbait hastekotan, eta hala sortu zuen, beste batzuekin batera, Hiru argitaletxea. Horren barruan gauzatu zuen euskarazko literatura gazteleraz emateko bilduma.
Horrez gainera, Torturaren Aurkako Taldean elkartekide ekinkorra zen, hor biltzen garen guztion erreferentea. Evak bizi izan zuen tortura, jasan izan zuen eta aurrera egin zuen. Bere alaitasunagatik bizi izan zen horren arrastorik gabe, baina arrastro hori bazeukan eta arrastro horren ondorioz hartu zuen betirako borroka.
Niretzat, ia sinestezina da Eva hil izana. Beti ikusten zen hain adoretsu... Orain uste dut Evak egin duen lana berrikusteko oso inportantea dela, Evak jasotako toturaren testigantzak berrikustea, bere liburuak eta artikuluak berriargitaratzea eta ez uztea egun bateko doluan hark egindako lana, berak ez dut uste barkatuko ligukeenik.
Evak bazeukan utopietan sinesteko halako errugabetasun bat. Etortzen zen edozein lekutatik, edozein munduko konfliktotatik eta beti ekartzen zuen esperantzaren bat. Nerabe bat bezala