GARA > Idatzia > Editoriala

Pistas sobre el compromiso y la responsabilidad hacia el proceso de unos y de otros

No es la primera vez que diferentes dirigentes políticos ponen a este diario en su punto de mira desde el inicio del proceso. La información publicada por GARA el pasado viernes ha provocado numerosas reacciones, algunas de ellas ciertamente llamativas, e inquietantes, especialmente las que han llegado desde el Gobierno español -el mismo viernes- y desde el partido que lo sustenta, el PSOE -ayer-. Tanto María Teresa Fernández de la Vega, vicepresidenta del Ejecutivo español, como José Blanco, secretario de Organización del PSOE, rechazaron ante los medios algunos de los extremos recogidos en nuestra información, por ejemplo, el que afirmaba que PSOE y Batasuna mantuvieron veinticinco reuniones antes de la tregua, reuniones en las que el partido hoy en el Gobierno español aceptó buscar una solución política al conflicto. GARA, obviamente, mantiene y confirma esas informaciones. Hasta aquí, por parte del Ejecutivo y del partido político de José Luis Rodríguez Zapatero, lo previsible, porque, desgraciadamente, es coherente con la falta de responsabilidad y altura de miras demostrada hasta ahora a lo largo y ancho de este convulso y maltratado proceso. Estas reacciones vuelven a ilustrar hasta qué punto el Gobierno de Zapatero sigue siendo rehén de su falta de sentido y visión histórica.

Y las informaciones publicadas por GARA, que al igual que ha ocurrido en otras ocasiones volverán a verse confirmadas -aunque ya lo hayan sido sobradamente, y no sólo por Pernando Barrena el viernes-, responden precisamente al sentido de la responsabilidad y del rigor informativo. GARA se debe a sus lectores; es con ellos su compromiso para informarles de lo que en realidad sucede en Euskal Herria. Quien, día tras día, se acerca a estas páginas sabe que cuenta con una fuente de información segura y una referencia editorial honesta. Esa labor es un compromiso ineludible para nosotros, un compromiso que siempre hacemos compatible con el firme apoyo a los caminos de solución para el conflicto político.

¿Es quizás por eso que el partido que gobierna el Estado español vuelve a colocarnos públicamente en el punto de mira? ¿Cómo entender, si no, el empeño de José Blanco en definirnos reiteradamente como «periódico pro etarra»? ¿A qué juegan? ¿Qué buscan?

Es nefasto tratar de ocultar y negar lo dicho y hecho, y aún más lo pactado y acordado. Si el PSOE hubiera demostrado altura de miras, si José Luis Rodríguez Zapatero hubiera demostrado talla de estadista, hoy probablemente no estaríamos en esta situación, ni sería noticia algo obvio. Están a tiempo, pero eso no puede lograrse con reacciones tan lamentables como las protagonizadas por De la Vega o Blanco, mucho menos sin dar pasos y adoptar compromisos.

Negar lo evidente, rechazar lo que sin duda fue positivo y necesario, y tratar de revertirlo contra quien sí está a favor de una solución política, negociada y democrática es un auténtico disparate, y quizás explique más claramente que muchas actitudes el talante con el que abordan una oportunidad que sólo puede aprovecharse con compromiso y responsabilidad, no con incumplimientos y amenazas, y, desde luego, siempre sobre la base del reconocimiento de derechos y el ejercicio de la democracia.

Colocar a un medio de comunicación en el punto de mira no parece un buen modo de avanzar por la senda de los derechos y la democracia.

Estas elecciones deberían haber sido una oportunidad excelente para hacer, al menos y como mínimo, un ejercicio de buenas intenciones. Sin embargo, uno diría que desde el Estado español parecen buscar justamente lo contrario. Probablemente por ello les descoloque tanto que la izquierda abertzale insista en desarrollar una campaña en positivo. Y es que hay mucho que ganar, aunque algunos se empeñen en no verlo, o en ocultarlo, o en negarlo. Quizás por ello les soliviante tanto que haya quien cuente la verdad, que haya quien desvele informaciones veraces que únicamente pueden molestar a quien se ve en el espejo de su propia irresponsabilidad y falta de compromiso.

Ejemplo de compromiso

Precisamente ayer, a eso de las cinco y media de la tarde, nos llegaba una triste noticia relacionada con una persona que a lo largo de su vida ha demostrado, sobradamente, compromiso y responsabilidad. El aviso informaba del fallecimiento de Eva Forest: escritora, editora, intelectual, una persona enormemente querida y estimada en este país, una persona que era tremendamente vital en sus convicciones, en su trabajo, en sus empeños, con sus amistades.

Responsabilidad y compromiso político, social y también informativo. Para este periódico, contar con el apoyo siempre solidario y vigoroso de Eva Forest era un honor; y ese brillo seguirá entre nosotros, impulsando el quehacer diario.

Hablábamos con Eva hace apenas unas semanas; seguía zambulléndose en mil proyectos y mil porvenires, compartiendo con toda su alma las esperanzas que surgen aquí o un poquito más allá, en Euskal Herria o en Cuba y en Venezuela.

Ese espíritu permanece, el espíritu del compromiso y de la honestidad, de la ilusión y del futuro.

Es por ello, y por muchísimas cosas más, que este editorial, escrito en un día gris, concluye con el abrazo más cariñoso y sentido para el compañero que se queda, para Alfonso Sastre.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo