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reuniones entre partidos vascos

PSOE y Batasuna pusieron fecha al acuerdo resolutivo

La próxima semana se cumplirá un año desde que los interlocutores del PSOE y la izquierda abertzale celebraron una reunión crucial y que abría perspectivas de dar un salto definitivo hacia la negociación política para la resolución del conflicto. En ella, el PSOE aceptó iniciar la fase de conversaciones oficiales con Batasuna superando la política de exclusión, tratar de incorporar al PSN a este proceso de negociación y cerrar un acuerdo político resolutivo antes del 31 de julio, que daría paso a la mesa de partidos en octubre. Ha pasado casi un año sin llegar siquiera al primer punto.

Ramón SOLA |

En la noche del 30 de mayo del pasado año, entrevistado en el programa ``Ganbara'' de Radio Euskadi, el secretario general del PSE, Patxi López, lanzaba un doble anuncio que abría ilusionantes perspectivas de desbloquear la primera crisis sobrevenida tras el alto el fuego de ETA y avanzar hacia la resolución del conflicto. Para sorpresa de muchos oyentes, aquella noche López admitía por un lado que «es necesario pasar de los contactos actuales a una fase de negociaciones» y, junto a ello, revelaba su intención de mantener en próximas fechas una reunión «con la izquierda abertzale, cuya apuesta por la apertura de un nuevo ciclo político valoramos y reconocemos». El líder del PSE la calificaba en esa entrevista de «interlocutor necesario».

Aquella declaración no era fruto de una decisión unilateral del PSOE, según ha podido constatar GARA. Un día antes, sus interlocutores y los de la izquierda abertzale se reunieron, como habían hecho en secreto durante unas 25 ocasiones antes del alto el fuego y de modo más intenso en los meses de abril y mayo. La representación independentista acudió a aquel contacto con una nueva espada de Damocles sobre su cabeza: la citación en la Audiencia Nacional por actividades políticas a ocho mahaikides, que venía a suceder al encarcelamiento de Arnaldo Otegi por segunda vez pocas semanas antes y a la constante prohibición de actos. En una situación de «evidente crisis», Batasuna planteó al PSOE que resultaba necesario que diera «pasos significativos para que el proceso no fuera cuesta abajo». Le presentó incluso una propuesta escrita, a la que ha tenido acceso GARA, y que desembocó en un punto de encuentro. Este acuerdo para el desbloqueo incluía varios puntos que López explicitó aquella noche en ``Ganbara''.

Julio y octubre

La «propuesta de acuerdo para la recuperación de la confianza» presentada por Batasuna en esa cita del 29 de mayo y que concluyó en el mencionado consenso constaba de seis puntos. El último era el más trascendental: la izquierda abertzale planteaba al PSOE «el cierre del acuerdo político para la resolución del conflicto antes del 31 de julio».

Lo que se reclamaba era un compromiso que pusiera en marcha una dinámica de diálogo multilateral (la mesa de partidos), de modo que ésta terminara de dar forma y concreción al acuerdo resolutivo final. Batasuna proponía que este «preacuerdo» a firmar antes del 31 de julio debía contemplar en primer lugar un pacto de bases en torno a las cuestiones nucleares del conflicto (según el guión presentado por Batasuna a PNV y PSOE y que GARA publicó en su integridad el pasado día 18); un segundo acuerdo sobre el esquema general y el calendario del proceso; y, en tercer lugar, un esquema general también consensuado sobre el futuro acuerdo. Arnaldo Otegi y sus compañeros de interlocución añadían dos detalles finales: el acuerdo debería ser suscrito por PSE, PSN y Batasuna, y la mesa o foro de diálogo podría constituirse en el mes de octubre.

Sobre esta propuesta de base, en esa reunión secreta del 29 de mayo tanto el PSOE como Batasuna aceptaron llegar al acuerdo político en el plazo fijado. Sólo quedaban dos meses para ello, pero cabe recordar que ambas partes llevaban entonces cerca de seis años cruzando diagnósticos y propuestas, sobre la base de la aceptación de la necesidad de un acuerdo político por parte del PSOE hecha ya en el año 2002 y con el reciente alto el fuego permanente de ETA como elemento catalizador.

Los interlocutores del partido de José Luis Rodríguez Zapatero y Patxi López admitieron entre otras cosas que el acuerdo fuera negociado con Batasuna tanto por el PSE como por el PSN. Y dieron por bueno también que la mesa se constituyera en el mes de octubre.

López no fue tan lejos, lógicamente, en la entrevista a Radio Euskadi. Pero sí lanzó mensajes novedosos y más nítidos que nunca hasta entonces, que se correspondían con el acuerdo alcanzado un día antes. «Estimamos que es necesario pasar de los contactos actualmente existentes a una fase de negociaciones incluyentes tendentes a construir un proceso de diálogo multipartito en Euskadi que permita ampliar los consensos políticos», dijo López antes de añadir que «trabajaremos para hacer viable el diálogo político en los próximos meses».

La exigencia de legalización

Pero el fruto más visible de ese pacto secreto en los días posteriores sería otra imagen: la reunión mantenida en un hotel de Donostia el 6 de julio por Patxi López y Rodolfo Ares, a un lado de la mesa, y Arnaldo Otegi, Rufi Etxeberria y Olatz Dañobeitia, a otro. Por primera vez con cámaras, muchas cámaras, delante.

La reunión, en coherencia con el punto de encuentro alcanzado, debería ser el punto de partida del proceso de negociación política sin exclusiones. Sin embargo, en la rueda de prensa posterior Patxi López trató de reducir su alcance afirmando que sólo habían acudido a exigir a la izquierda abertzale que se legalizara y añadiendo incluso que no habría más reuniones si no hacía tal cosa. El líder del PSE ya había incluido en la entrevista del 30 de mayo una «invitación» a Batasuna «a plantear iniciativas tendentes a recuperar su condición de fuerza legal» argumentando que «con ello quedaría despejado el camino para avanzar en la concrecion de los ámbitos de diálogo».

De esta cuestión se había hablado efectivamente también en la reunión del día 29, a demanda de la representación del PSOE, que reclamó que la izquierda abertzale diera este paso «cuanto antes, en verano mismo». Sus representantes pidieron que el procedimiento se concretara, pero finalmente quedó en el aire.

Las dilaciones

Batasuna no ocultaba el temor de que éste fuera un nuevo argumento destinado a dilatar el inicio del diálogo multipartito resolutivo, después de que en esos primeros meses posteriores al alto el fuego se hubieran usado y «quemado» ya otros como la supuesta necesidad de «verificación» de la iniciativa de ETA o el criterio de «primero la paz y luego la política», esgrimido con reiteración también desde el PNV aunque finalmente desestimado por Zapatero.

El presidente del Gobierno español aparcó este criterio precisamente el día después de que Patxi López anunciara ese salto en el proceso que incluía aparentemente la normalización de las relaciones con la izquierda abertzale.

Fue en el marco del llamado Debate sobre el Estado de la Nación, que en su primera jornada, el 30 de mayo, había transcurrido sin novedades. El día 31, sin embargo, Zapatero explicó por primera vez desde la tribuna que «no haber llegado a la paz no impide que el diálogo político empiece», lo que superaba el argumento anterior de «primero la paz, luego la política». Esta afirmación desconcertó incluso al diputado Josu Erkoreka, cuyo partido, el PNV, había liderado este argumento. Lo volvería a retomar meses después.

Justo un mes más tarde, en una sala del Congreso de los Diputados Zapatero daba también por finalizado el llamado periodo de verificación. Además de anunciar el inicio del diálogo con ETA, lanzaba algunas frases que se escucharon con interés en Euskal Herria entre quienes apuestan por el diálogo político resolutivo. Por ejemplo, ésta: «Entiendo que los partidos políticos, los agentes sociales, económicos, sindicales... deben adoptar acuerdos para ese pacto de convivencia a través de los métodos de diálogo que estimen oportunos. Y, por supuesto, a través de los métodos democráticos para trasladar dichos acuerdos a los distintos ámbitos institucionales».

Los incumplimientos

Visto con perspectiva, se puede concluir que de los acuerdos alcanzados en la reunión del 29 de mayo prácticamente sólo dos se cumplieron: la declaración de López vía radiofónica y la realización de la reunión pública del 6 de julio. Se llevó a cabo, como había planteado la izquierda abertzale, en el marco de los diez días posteriores a la esperada comparecencia de Zapatero en el Congreso. El camino a la negociación política multipartita y la resolución del conflicto parecía entonces más despejado que nunca.

Entre ese 6 de julio y el 31 del mismo mes -fecha tope consensuada-, no habría avances significativos. El PSOE derivó el debate hacia la exigencia de que la izquierda abertzale se legalizara, lo que para Batasuna suponía otro intento de despolitizar el proceso y tratar de reducirlo a una cuestión de tipo «técnico».

En paralelo, quedaron incumplidos totalmente los compromisos relativos al PSN. No habría reunión alguna entre representantes de este partido y de la izquierda abertzale.

Además, agotado ya julio, en agosto volverían a producirse citaciones a mahaikides con ocasión de la habitual manifestación previa a la Aste Nagusia de Donostia.

Los negociadores de la izquierda abertzale volverían a verse obligados a salir a la palestra, pero para hablar ahora por vez primera en términos como «crisis» y «bloqueo».

EN PRIVADO

En la reunión del 29 de mayo, sin cámaras, el PSOE aceptó cerrar un acuerdo a partir del guión político de Batasuna, poner la mesa de partidos en marcha en el mes de octubre y tratar de incorporar al diálogo al PSN.

EN Público

Un día después, Patxi López admitió que esta formación era «un interlocutor necesario», pero tras la reunión del 6 de julio dijo que sólo se había entrevistado con Batasuna para exigirle que se legalizara.

22 DE MARZO

Tras el alto el fuego, Zapatero afirma que «la democracia siempre sabe resolver hasta los problemas más difíciles». Pero abre un periodo de «verificación».

29 de marzo

El interlocutor de Batasuna Arnaldo Otegi es encarcelado y se le impone una fianza de 250.000 euros. Se suceden las citaciones a «mahaikides».

4 de mayo

Tras una reunión pública entre Zapatero y el presidente del PNV, Josu Jon Imaz, se patenta el concepto de «primero la paz, luego la política», para distanciar la mesa.

29 de MAYO

Reunión secreta PSE-Batasuna. Se acuerda alcanzar un acuerdo antes del 31 de julio. Zapatero admite que cabe compatibilizar el proceso político y el de pacificación.

6 de julio

Reunión pública entre PSE y Batasuna, que debe servir para normalizar la relación. López afirma a la salida que han acudido sólo a exigir a Batasuna que se legalice.

31 de julio

El plazo previsto para el acuerdo que ponga en marcha la mesa concluye sin novedad. El PSE argumenta que es periodo vacacional. El PSN sigue sin sumarse al diálogo.

Contenido de la reunión PSOE-Batasuna del 29 de mayo

1. Declaración pública y oficial del PSE antes del 31 de mayo: Se estableció que su secretario general, Patxi López, la materializara a través de una entrevista radiofónica. Fue el día 30 de mayo, cuando anunció la reunión con la izquierda abertzale y el compromiso de pasar de las conversaciones a las negociaciones para formar la mesa de partidos.

2. Declaraciones del PSN: El PSE se comprometió a intentar que el secretario general del PSN, Carlos Chivite, hiciera una declaración pública valorando positivamente la actitud del PSE y citando la necesidad de dar pasos en este terreno.

3. Encuentro y comparecencia pública PSE-Batasuna: Las dos partes aceptaron acordar previamente las características de la reunión y el contenido de las declaraciones posteriores.

4. Inicio de la fase de conversaciones oficiales PSN-Batasuna: Se consensuó que en una primera fase se realizaran sin darles proyección pública.

5. Cierre del acuerdo político para la resolución del conflicto antes del 31 de julio: Ambas partes mostraron su conformidad con esta fecha límite. Se comprometieron además a pactar el desarrollo y el calendario del proceso y el esquema general del acuerdo. Y dieron por buena la fecha de octubre para la puesta en marcha de la mesa de partidos.

6. Legalización de Batasuna: El PSOE defendió como imprescindible la inclusión de este punto. Reclamó que la izquierda abertzale actuara para ello cuanto antes, en verano mismo. Pidió una concreción, pero no hubo tal.

El PSN ni se ha reunido con Batasuna ni tuvo representantes en los contactos con el PSOE

El proceso de diálogo político prolongado y fluido entre representantes de Batasuna y del PSOE -a través de miembros del PSE- no ha tenido reflejo en Nafarroa. Pese a que la cuestión estuvo sobre la mesa en la reunión del 29 de mayo y se lograron acuerdos compromisos para iniciar conversaciones discretas, GARA ha constatado que no sólo no se ha realizado ninguna reunión con el PSN, sino que este partido nunca ha tenido representante alguno en las decenas de reuniones bilaterales entre ambas formaciones.

Esta actitud parece dar pistas de las reticencias del PSOE a abordar la cuestión central de la territorialidad, vetando para ello incluso la vía del diálogo. Significativamente, al otro lado del Bidasoa los dirigentes vascos del PS no han tenido reparo en hablar con la formación abertzale o en reivindicar públicamente el diálogo multipartito. A modo de ejemplo, el mismo día en que López anunciaba la reunión con Batasuna el consejero regional y general del PS Frantxua Maitia confirmaba que «ya nos vemos y hablamos», aunque lamentaba que «las cosas no avanzarán aquí si en España, y particularmente en Euskadi, no se mueven como debe». En este contexto, Maitia defendió la legalización de Batasuna para poner ya en marcha el diálogo multipartito.

Una declaración similar se esperaba hace un año por parte del máximo dirigente del PSN, Carlos Chivite; si bien éste defendió el contacto público entre el PSE y Batasuna, evitó adoptar cualquier iniciativa similar o emprender reuniones incluso aunque se hubieran mantenido al margen de los focos y las cámaras.

El bloqueo al diálogo bilateral en Nafarroa fue paralelo a otro confuso proceso: el de la elección del puesto absolutamente clave de candidato a la Presidencia del Gobierno navarro por parte del PSN. Después de que Carlos Chivite se postulara para ello y fuera descartado expresamente por la dirección del PSOE, que rechazó también la opción de utilizar la fórmula de las elecciones primarias, se abrieron perspectivas de que la decisión final derivara en una mayor apertura hacia el diálogo con la izquierda abertzale.

Finalmente -y tras filtrarse nombres como los del delegado del Gobierno Vicente Ripa, el diputado Juan Moscoso o la Defensora del Pueblo en Nafarroa María Jesús Aranda-, el elegido por Ferraz fue Fernando Puras, portavoz del PSN en el Parlamento y en la práctica muy cercano políticamente a Chivite. El PSOE y el PSN pusieron mucho interés en resaltar que el nombre había sido consensuado por ambas partes, en una decisión en la que Chivite habría tenido mucho peso.

La llegada de Puras no ha cambiado nada. Poco después se ponía en marcha el intento frustrado de llegar a un acuerdo que hubiera resuelto el conflicto, en Loiola, pero allí no estuvo Puras ni Chivite ni ningún otro miembro del PSN.

En los últimos meses, además, el partido se ha enrocado en torno a la defensa del actual estatus, cada vez con más claridad, aparcando algunos movimientos menores de Chivite como su propuesta de realizar por vez primera un referéndum sobre el Amejoramiento después de introducir algunos cambios más cosméticos que de fondo.

Como botones de muestra quedan el rechazo sin medias tintas a la propuesta del Anaitasuna, la declaración solemne de adhesión al marco actual hecha por el PSN en la víspera de la manifestación de la derecha españolista del pasado 17 de marzo, o la tajante afirmación de Puras en un mitin anteayer en Iruñea: «He dicho y vuelvo a repetir que no habrá cambio en el estatus, y que no se creará un órgano `ex novo' entre la Comunidad Foral de Navarra y la CAV. ¿te queda claro?», indicó a Miguel Sanz. Y a Rajoy le dijo que «aunque te duela, Mariano, Zapatero es garantía para Navarra, y lo sabes».

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