Cuando alguien utiliza dineros públicos para hacer cosas que solamente favorecen a unos pocos, o a sí mismo, se llama malversación de fondos. Pues esto es lo que considero, en primera lectura, de lo que se les puede acusar a los actuales dirigentes de TVE al contratar, pagar y emitir, la serie protagonizada por Arturo Fernández llamada «Como el perro y el gato» que se estrenó el pasado jueves.

Cuesta encontrar palabras ajustadas para definir lo que es este bodrio. Es un alarde de Arturo, de sus frases hechas, de sus coletillas, pero con un añadido ofensivo. Quiso hacer un acento mexicano y solamente ponía la palabra «pinche» por delante de cualquier otra y con eso se cree que ya convence a la audiencia. Chatines y chatinas a montones, su retranca consabida, y dos papeles de hermanos gemelos, lo que nos lleva a intuir que cobrará doble sueldo.

Con producción de Valerio Lazarov -y fue el que logró éxitos con Lina Morgan- y con una propuesta que seguramente fuera ya mala hace veinte o treinta años, que es cuando este formato, esta estética y estos guiones pudieran estar en tiempo social, político y televisivo. Ahora es algo absolutamente deplorable, un gasto desorbitado, con un equipo actoral de actores de la época (antigua), con recursos para la comedia, pero a los que les ponen unos guiones malos de solemnidad, siempre al servicio del histrionismo trasnochado de Arturo Fernández, su peluquero y su sastre.

El mismo día y a la misma hora se estrenó otra serie en Antena 3, «El internado» de la que solamente pudimos ver el inicio y algunos pasajes por encima, pero que al menos tiene otra calidad, existe una voluntad de apartarse de lo habitual, hay trama, actores interpretando, buena factura plástica. Es otra cosa. En su primer enfrentamiento en Sofres, ganó esta última, pero por goleada. Las audiencias empiezan a no dejarse embaucar. Y lo de TVE es de juzgado de guardia. Empiezo a sospechar que no se trata de equivocaciones o errores sino de un plan secreto para descapitalizar definitivamente a TVE y privatizarla. Si no, no se entiende que no vean la televisión que se está haciendo actualmente en el mundo entero.