He leído recientemente que el llamado cerebro de la trama marbellí, en sólo dos pelotazos urbanísticos, había conseguido diez millones de euros. Y, la verdad, no me parece tanto.

Aquí, en Donostia, donde el juego de la pelota se practica en no menos de 17 frontones, hay otro, ubicado en Alderdi Eder, muy politizado en el que los pelotazos llegan mucho más lejos. Aquí el pelotazo lo practican auténticos profesionales. Los más sonados han sido los de Venta Berri, la antigua fábrica de «contadores» y Riberas de Loiola, junto con San Bartolomé. Sin dejar de mencionar Buenavista, Rutilita, Nerecán, Pescafría, Ramón Vizcaino, Lasa, Herrera, Basoerdi, Basozabal, Renfe, etc.

Mención aparte merece el pelotazo que llegó hasta Venta Berri, cuyo objetivo final fue el de alterar el precio de la vivienda para que la inmobiliaria Antiguo Berri (Ucin-Guibert y comparsa) obtuviese unos beneficios que no habrán bajado de los 20.000 millones de pesetas. Para ello los profesionales cambiaron el sistema de expropiación, para la construcción de 1.200 viviendas de VPO, y cuyo expediente ya contaba con la aprobación definitiva de Ayuntamiento, Diputación y Gobierno Vasco. El cambio ha supuesto que políticos como Odón Elorza, San Gil, Egibar o Imaz hayan podido fijar su residencia en Venta Berri, lo que por sus ingresos económicos no les correspondía.

El pelotazo de «contadores» tiene otras connotaciones. Se trata de un solar que se vendió por sólo 500 millones de pesetas, existiendo embargos de hasta 4.000 millones, sin que la Tesorería de la Seguridad Social pudiera recuperarlos. Y es aquí cuando nos aparece Altuna y Uría, acompañado por un alcalde ex diputado del PSOE guipuzcoano, y logran la recalificación del solar como residencial, lo que le habrá proporcionado un beneficio neto de 5.000 millones de pesetas. Sólo en Altza se han añadido más de mil viviendas sobre ruinas industriales, de las cuales un 80% son de precio libre.

Como el juez de cancha depende de Madrid, son las propiedades de España SA las que tienen un trato exquisito en los torneos, tolerándosele los atxikis: Miramón y Renfe han subido al tanteador.

En Donostia las grandes cadenas hoteleras, de la mano de Odón, intentan colarnos la cesión de espacio público urbano para sus apetencias al borde del litoral. Y todo ello porque a pesar de la interesada estética en materia de participación ciudadana, el Ayuntamiento se ha convertido en víctima de la partidocracia, donde no se toman en consideración las decisiones unánimes, incluso de la Comisión Municipal Asesora del Medio Ambiente cuando no coincide con el criterio de la Alcaldía. El caso del espacio libre de Manteo es todo un síntoma de quien, llevando 28 años en el Ayuntamiento, lo ha tomado como si de su finca privada se tratase, y han tenido que ser los tribunales los que, al final, le obliguen a respetar las determinaciones del Plan General de Ordenación Urbana de la Ciudad.

A los donostiarras se nos está distrayendo con Marbella y similares, cuando en cuanto a pelotazos urbanísticos les ganamos por goleada. Quiero que quede claro que no pienso que alguien de la Corporación municipal se haya o se esté beneficiando personalmente de estas disparatadas actuaciones, pero sí está propiciando un beneficio ilegítimo a determinadas inmobiliarias y a quienes las componen, haciendo inviable el derecho a una vivienda digna y asequible, y convirtiendo la necesidad de vivienda en un grave problema social.