«Las pinturas de Praileaitz son de gran interés científico por su homogeneidad»
DOCTOR EN PREHISTORIA
Marcos García, doctor en Prehistoria por la UPV, está considerado uno de los principales especialistas en iconografía paleolítica. Fue él quien, a petición de la sociedad Aranzadi, identificó y autentificó las encontradas en la cueva de Praileaitz I, que tanto está dando que hablar. No le cabe duda de que el yacimiento debe ser protegido conjuntamente con su entorno.
Martin ANSO | DONOSTIA
Marcos García es natural de Bilbo, aunque ha desarrollado prácticamente toda su carrera fuera de Euskal Herria, en lugares como Castilla, Catalunya, la República Checa o Portugal. En la actualidad, es responsable de los yacimientos con pinturas prehistóricas de Cantabria. A él recurrió Aranzadi para que realizara un peritaje en Praileaitz.
¿Qué hay en esa cueva que está dando tanto de qué hablar?
Hay un yacimiento arqueológico, en el que trabaja Xabier Peñalver con Sonia San José, un yacimiento en el que, entre otras cosas, han aparecido los ya famosos colgantes, que hablan de un uso ritual de ese espacio por un personaje al que se ha dado en identificar con un chamán, y hay, además, un conjunto de pinturas, localizadas en un sector muy concreto de la cueva, hacia la mitad de su recorrido.
En este caso concreto, cuando hablamos de pinturas, hablamos de puntos y rayas.
Sí, es un conjunto compuesto por puntos y líneas rojas, organizados de manera aislada o formando series, sólo de puntos o de puntos y líneas. Fueron realizados con los dedos directamente sobre las paredes y, más concretamente, sobre banderas, un tipo de formación geológica de origen estalagmítico muy frágil.
¿Qué importancia tiene en comparación con otros conjuntos de pinturas rupestres?
Lo que ha aparecido hasta ahora, y conviene advertir que estamos en una fase muy preliminar de los trabajos, es un con- junto modesto, tanto a nivel cuantitativo como iconográfico, sobre todo si lo comparamos, por ejemplo, con el de Ekain, que es majestuoso, de los «gordos» del arte prehistórico europeo. En Praileaitz no hay caballos, ni bisontes, sólo puntos y líneas. Pero, en contrapartida, tiene un gran interés científico, porque es un conjunto muy homogéneo y, además, de una tipología hasta ahora nunca hallada en el País Vasco.
¿En Isturitz no hay puntos?
Sí que los hay, y precisamente el de Isturitz puede ser un buen ejemplo de a qué me refiero cuando digo que el conjunto de Praileaitz tiene un gran interés científico por su homogeneidad. En Isturitz hay puntos, pero dispersos y vinculados a otro tipo de manifestaciones, como caballos o bisontes. No es un conjunto homogéneo, un conjunto «cerrado», y, claro, a la hora de interpretarlo, te puedes perder, sobre todo si las manifestaciones que lo componen pertenecen a épocas diferentes. Son los conjuntos pequeños y homogéneos como los de Praileaitz los que te dan muchas veces la clave científica para intentar entender conjuntos de los «gordos», como es el caso del de Isturitz. Digamos que la modestia del de Praileaitz es una ventaja cualitativa desde el punto de vista científico.
Usted ha estimado la antigüedad de las pinturas en unos 17.000 años y lo ha hecho en función de su tipología. Explíquelo, por favor.
Las pinturas están hechas con materia mineral, inorgánica, por tanto, no se pueden aplicar sobre ellas las técnicas de datación por radiocarbono. En estos casos, lo que hacemos es buscar referentes similares de este tipo de pinturas que estén fehacientemente datados. Ya he dicho que el País Vasco, al menos por ahora, es poco agraciado en este tipo de manifestaciones, pero no sucede lo mismo en otras zonas de la franja cantábrica, en Cantabria o Asturias, donde hay pinturas en yacimientos como El Castillo o Tito Bustillo. Eso es lo que nos ha servido para plantear como hipótesis que las de Praileaitz tienen entre 15.000 y 32.000 años. Dentro de esa franja es ya muy difícil precisar, pero, si me preguntas mi opinión, yo diría que tienen entre 15.000 y veintipocos mil. A ver si el equipo de Peñalver hace algún hallazgo que nos permita una datación más precisa.
Ha advertido usted que el estudio de las pinturas de la cueva de Praileaitz se halla en una fase muy preliminar. Por tanto, ¿cabe esperar más sorpresas?
Lo que yo he hecho ha sido poco menos que un peritaje para autentificar que son pinturas prehistóricas. De momento, no sólo no hay un estudio definitivo, sino ni siquiera una prospección sistemática de las paredes de la cueva. Ése debería ser, precisamente, el siguiente paso: mirarlas todas detenidamente, por si acaso hay algún tipo más de pinturas o de grabados, que suelen ser más difíciles de identificar a simple vista. Tras este trabajo de campo exhaustivo, habría que hacer el estudio científico propiamente dicho.
Es de suponer que, si interpretar el sentido de conjuntos de pinturas paleolíticas con bisontes o caballos es complicado, hacer lo propio con conjuntos de puntos y líneas lo es aún mucho más.
Naturalmente. Cuando vemos un caballo, puede que no sepamos la razón última de que lo pintara el artista paleolítico, pero, al menos, identificamos su forma. Las pinturas de Praileaitz, en cambio, son abstractas. No sólo desconocemos su significado, sino que ni siquiera sabemos si detrás de esos puntos hay algo más, incluso formalmente, o si su estructuración en el espacio o la vinculación entre ellos sugieren un sistema de contaje o lo que fuera.
Usted ha participado en los estudios que han llevado a Aranzadi a posicionarse en pro de conservar todo lo que queda de la ladera donde se abre el yacimiento de Praileaitz, amenazado por la cantera de Sasiola.
La Ley del Patrimonio Cultural Vasco dice que, desde el mismo momento en que se conoce una cueva con arte rupestre, debe ser protegida al máximo nivel, el que corresponde a la categoría de Bien Cultural Calificado con la categoría de Monumento. La ley habla de conservar el yacimiento propiamente dicho y su entorno. El problema es que, desde un punto de vista jurídico, no se define en ningún caso qué es el entorno, y eso es algo que no afecta sólo a la ley vasca. Sin embargo, el Convenio Europeo del Paisaje, ratificado por el Estado español, dice que el entorno es algo que puede ser vinculado a factores culturales, paisajísticos y medioambientales. Lo que hemos hecho es aplicar los criterios del Convenio al caso de Praileaitz, que es un entorno cultural prehistórico, y no nos ha cabido duda de que conviene preservar el conjunto de la ladera que baja hasta el río y mira hacia la costa.
«Todavía está por hacer una prospección sistemática de las paredes de la cueva por si acaso hay algún tipo más de pinturas o grabados»
«Hemos aplicado los criterios del Convenio Europeo del Paisaje al caso de Praileaitz y no nos ha cabido duda de que hay que preservar lo que queda de la ladera»