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Raimundo Fitero

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Se imaginan un documental o reportaje dedicado exclusivamente a hablar del pene? ¿Dónde lo colocarían en la parrilla? ¿Es un asunto de interés general, masculino, morboso, clínico, sociológico, sicológico? Lo ofreció Cuatro, y tengo que reconocer que lo pillé sin darme cuenta, ya arrancado, pero me atrapó porque lo primero que escuché es que hay millones de webs en Internet dedicadas a ello. Al pene, la polla, la verga, el pitilín, como quieran llamar a ese músculo que tanto preocupa a propios y extraños o extrañas.

El formato era de documental, y las voces que se expresaban eran, aparentemente, autorizadas por su pertenencia a una profesión, a un género o por ser poseedores de un pene descomunal. Al ver las reiteradas ocasiones en las que un sicólogo intervenía para calmar los ánimos, uno de sus objetivos finales era tranquilizar a la inmensa mayoría de los varones que tienen entre piernas un bichito de unas dimensiones globalizadas, es decir que no podría hacer cine porno ni ser portada de algunas revistas para hombres.

Porque al final, como casi siempre, se hablaba del tamaño. Y de nuevo se demostró que sí importa. Apareció un individuo que tenía un pene de 23 centímetros en estado latente, treinta y tantos erecto, y que se hizo famoso, precisamente por ello. Se lo rifaban en las fiestas, en los clubes de moda de Nueva York. Y explicaba este hombre su gloria y sus problemas para relacionarse con tal instrumento. Decía que podía cambiar de pareja cada noche, que se lo rifaban, pero como siempre es parte de la mitología, porque una mujer escritora y periodista, como así se presentaba, aseguraba que a los hombres con estos penes se les considera unos héroes, y que incluso el resto de los varones los convertimos en nuestros representantes en las camas. Tengo mis dudas.

Apareció una pareja en la que él tenía un pene grande y contó cómo en una de sus primeras relaciones desgarró a su pareja y eso lo dejó traumado. Su pareja actual contó que nunca habían pensado en el tamaño, que se ha acostumbrado a esas medidas y que hoy ya no lo cambiaría por un pene normal. O sea, en este documental insistían en la media global en estado de revista: 15 centímetros. De ahí en adelante ¿un héroe?

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