Gloria Rekarte Ex presa política
A las urnas. con todo el derecho
No estamos igual que hace cuatro años porque ha aumentado considerablemente la lista de candidaturas ilegalizadas o impugnadas
Mal asunto que nos llamen a la reflexión el ultimo día de los cuatro años transcurridos desde las pasadas elecciones, en lugar de hacerlo durante los 1.460 días anteriores. Pero forma parte de la campaña, y las campañas son para correr un tupido cartel con candidato alegre ante el quehacer y deshacer político de la legislatura anterior y vendernos esperanzas y promesas de segunda mano como si estuvieran sin estrenar.
Esta vez nos han vendido además mucha izquierda y mucho cambio. Señal inequívoca de que los estudios de mercado indican que la ciudadanía lo reclama. Y también es raro, digo yo, que con tanta izquierda como parece haber y tan activa como se dice, se necesite aún tanto cambio como el que nos ofrecen. Lo que quiere decir que llegamos otra vez a las elecciones con la tarea sin hacer. ¿Demasiado pacto, a lo mejor?
Ah no, no crean que voy a caer en eso de decir que estamos igual que hace cuatro años. No tengo intenciones de hacer ese favor a nadie. El juego de prestaciones y contrapartidas que los partidos se llevan entre manos y entre sí ha hecho que las cosas sean diferentes. La derecha, tan extrema, tan cada vez más abiertamente franquista, ofrece a cualquiera que esté fuera de ese esquema la posibilidad de parecer de izquierdas. Y los que parecen de izquierdas han respondido a la derecha con el impagable favor de asumir sus imposiciones, sobre todo y principalmente la restricción del derecho al sufragio en Euskal Herria. Algunos han refunfuñado un poco, eso es verdad. Pero poquito, sin demasiado volumen, no fuera a dejar eco. Pero no han hecho nada. Absolutamente nada. Y ésa es una de las mayores y mejores concesiones que cualquier partido puede hacer a la derecha: impedir el voto a miles de ciudadanos vascos. Una de las mayores. La otra es asumir la partición territorial de Euskal Herria. Y también lo han hecho.
No estamos igual porque esta vez, y aunque unas cuantas candidaturas de la izquierda abertzale estarán presentes en las instituciones, ha aumentado considerablemente la lista de candidaturas ilegalizadas o impugnadas.
No estamos igual porque hace cuatro años la posibilidad de arrancarle votos al PP abría puertas a las posibilidades de cambio, y en esa esperanza, y en la de reforzar la oposición, votos de la izquierda abertzale arroparon a otras formaciones. Pero hoy sabemos cómo se gestionaron esos votos, cuál es el margen de cambio que están dispuestos a admitir y cuál la oposición que están dispuestos a ejercer.
No nos engañemos. No pierde nada la derecha, sino todo lo contrario, si la izquierda abertzale no tiene los votos que le corresponden. No pierden nada sino todo lo contrario el resto de partidos. Quienes pensamos que no hay proceso electoral democrático si todas las opciones políticas no están presentes, tenemos que actuar en consecuencia. Con todo el derecho. Ningún voto será más nulo que el que nos neguemos a nosotros mismos.