Boris Shpilenvsky (Kio-Ene) se adjudicó ayer la XIII Txirrindulari Klasika Internazionala - Memorial Jesús María Olagüe «Txuma», al llegar en solitario a la línea de meta.

Se marcha para Rusia, por tanto, una victoria de lujo, teniendo en cuenta que la prueba vizcaina -categoría 1.2- volvió a reunir a lo más granado del pelotón aficionado a nivel internacional. 28 equipos con sus mejores hombres, que volvieron a ponerlo todo en una prueba muy movida en sus primeros kilómetros y que acabó decidiéndose con una escapada.

Concretamente la que se formó, después de varias intentonas, a falta de sólo cincuenta kilómetros de la meta. Boris Shpilensvky (Kio-Ene), su compañero Maurizio Biondo, Iván Gilmartín (Viña Magna) y Thomas Berkhout (Rabobank).

No tardaron en tomar ventaja, dejando claro que la victoria se iba a decidir entre ellos. Los dos corredores de Kio hicieron valer su superioridad numérica y, tras un amago de Biondo, al que respondieron sus compañeros de escapada, fue Shpilenvsky el que consiguió marcharse en solitario. Lo hizo con fuerza, lo que le permitió llegar a Erandio con una ventaja de más de medio minuto respecto al grupeto de perseguidores, encabezado por Biondo. Doblete, por tanto, para la escuadra italiana.

El pelotón principal, con algunos ciclistas destacados, llegó con una desventaja de poco menos de un minuto.

Beasain, por otra parte, acogió ayer otra de las citas importantes del calendario vasco, la Clásica Loinaz, valedera para el Trofeo Lehendakari y sobre un trazado de 88 kilómetros.

Seguros Bilbao fue también en esta ocasión el gran protagonista de la prueba, al copar las dos primeras plazas con Gorka Izagirre y Jonathan Castroviejo, que cruzaron la línea de meta con ventaja y de la mano, después de que el vencedor esperase a su compañero.