Txotxe Andueza Periodista
Despejando la hojarasca
Seguimos haciendo cuentas. Sumando votos, adjudicando alcaldías, abriendo caminos a acuerdos y pac- tos... Esto no se ha acabado señores, queda mucho por hacer. Hay que conformar ayuntamientos, juntas generales, diputaciones, parlamento y gobierno en Nafarroa. Y para esa tarea los resultados de las urnas no han dejado el panorama muy nítido. Sí parece claro que Nafarroa ha votado para descabalgar a UPN de las poltronas y que en Araba y en Gasteiz se ha votado para que los peperos dejen de funcionar en estos territorios como los señoritos en sus cortijos. También está claro que el PSE-EE de Zapatero gana apoyos en Euskal Herria, como es meridianamente claro que la izquierda abertzale tiene un respaldo que está demostrando ser resistente a todo tipo de embestidas y una base disciplinada que no se deja confundir por jueces marrulleros. Pero estas y muchas más son cuitas que estos días se analizarán con más o me- nos rigor, datos que se desmenuzarán e interpretarán... y para ello, doctores tiene la Iglesia.
Yo quiero pararme un momento a mirar a lo sucedido en un pequeño pueblo de Araba, Agurain, donde tienen ahora un alcalde de EA, que cuando se constituya el nuevo Ayuntamiento seguirá siendo alcalde, sólo que entonces en representación de una agrupación independiente. Ocurre que en estas elecciones, las locales, muchas veces se vota más a la persona que al partido. Lo que, no siendo en sí mismo bueno ni malo, en este caso ha servido para despejar la hojarasca. Y es que lo que debiera extrañar no es por qué Beraza ahora se presenta aparte del que ha sido su partido, sino cómo EA podía seguir dando su apoyo a este hombre, cuya gestión política de la alcaldía de Agurain dista tanto de los postulados que debiera defender una formación que se dice progresista e independentista.
Mantener alcaldías sólo con el objetivo de engordar la cuenta de resultados no es buen negocio, máxime sabiendo que el día en que se rompiera ese equilibrio entre la persona y el proyecto político que la sustenta, EA iba a salir perdiendo. Y también pierde el pueblo de Agurain, donde el alcalde podrá seguir aplicando el rodillo con una mayoría abultada, además, por la ilegalización. Y ese rodillo se aplica en la construcción de viviendas, en el control de las iniciativas juveniles, en la paralización de toda iniciativa cultural... Definitivamente, el de EA ha sido un mal negocio.