El próximo domingo tendrá lugar una nueva edición de la marcha contra el polígono de tiro de las Bardenas. La cita será a las 11.30 en Los Aguilares y la caminata comenzará a las 12.00.

La de este fin de semana será la XX edición de la marcha organizada por la Asamblea Antipolígono, pero tal y como recordaron en la presentación, «no es una marcha más», ya que en diciembre de 2008 vence el contrato firmado en 2001 por el Ministerio de Defensa español y la Junta de Bardenas para el uso de dicho enclave natural como base de entrenamientos militares.

El primer acuerdo firmado por ambas partes data de 1951, y tuvo una duración de 50 años. Después de muchas y largas protestas de parte de la sociedad navarra, a su conclusión Defensa y Junta de Bardenas -que reúne a más una veintena de localidades denominadas congozantes, las juntas de los valles Erronkari y Zaraitzu, y el Monasterio de la Oliva- llegaron a un nuevo acuerdo para siete años más, en el que el canon abonado se disparaba.

«A oscuras y con alevosía»

Así pues, dicho acuerdo vence en diciembre del año que viene, por lo que, desde la Asamblea Antipolígono calificaron éste como «un momento de particular importancia».

En la firma del contrato de hace seis años, el Ministerio español de Defensa se comprometía a buscar un nuevo emplazamiento alternativo para este polígono, el único existente en todo el Estado español y el único en todo el mundo ubicado en un parque natural. No consta que haya novedad alguna. En unas declaraciones realizadas en junio de 2006 por el presidente de la Junta de las Bardenas, José Antonio Gayarre, éste confirmaba la existencia de un estudio que concluía que no hay alternativa. Y más tarde, el ex diputado de UPN, máximo responsable del organismo que firmó el convenio de 2001, abría una nueva vía dialéctica de supuesta oposición al polígono de tiro al recordar que la instalación militar se hizo con Franco.

Desde la Asamblea Antipolígono señalaron que «sospechamos que se quiere resolver a oscuras y con alevosía» la firma de un nuevo acuerdo, y mostraron su convencimiento de que, tal y como ocurrió en 2001, «detrás de las bambalinas y el silencio que nos acompaña hay autoridades que están tejiendo un nuevo contrato para dar prolongación a este escenario de entrenamiento para la guerra».

Por todo ello, la Asamblea exigió a los gobiernos español y navarro, a los ayuntamientos congozantes y a la Junta de Barde- nas el «compromiso» de que no firmarán un nuevo contrato, y llamó a toda la ciudadanía navarra a acudir a la marcha.