Apartado de la cresta principal de los Pirineos vascos, el monte Urtsumendi -o Urtsuia- constituye la única cumbre eminentemente labortana. De suaves perfiles, esta solitaria montaña se encuentra entre la cuenca del río Errobi y los boscosos altiplanos de Hazparne, rodeada de coquetos pueblos como Luhuso, Makea, Itxaso, Urkodoi, Zelaia, Mendiondo y la pintoresca villa termal de Kanbo.

Asentada sobre una terraza modelada por el Errobi, Kanbo ha sido visitada en su época de mayor esplendor tanto por una elite cultural como política en busca del descanso y la inspiración. De esas notables visitas se conservan hermosas casonas de los siglos XVIII y XIX, entre las que destaca la villa Arnaga, donde el célebre escritor Edmond Rostand trabajó en obras como la de «Cyrano de Bergerac» o «L'Aiglon».

Ganar la cumbre de Urtsumendi se puede hacer desde cualquiera de los pueblos que la rodean, con excursiones de suma placidez. En esta ocasión, sin embargo, procuraremos dar a esta salida un aspecto más deportivo y completo realizando la travesía desde Mendiondo-Lekorne para culminar en el otro extremo en Kanbo.

Una vez en el encantador pueblo de Mendiondo, deberemos subir a Lekorne Auzoa, donde se asienta, a 171 metros de altitud, la llamativa iglesia y su cementerio, adosado a las blancas paredes de esta iglesia ya documentada en el siglo XV. Aquí tendremos un aparcamiento y la información de un sendero local. En este punto arranca el itinerario por un carretil asfaltado que nos llevará, por encima de las últimas casas y fuerte pendiente, hasta un cruce. En este punto, la excursión continúa por la izquierda para, a los diez minutos, abandonar el asfalto a una pista de tierra que nos llevará entre prados hasta un nuevo cruce. Aquí veremos un poste de dirección del sendero local. El itinerario continúa directamente para cruzar un bosquete hasta coincidir con una pista de grava que nos permitirá ganar altura entre helechales hasta un grupo de bordas. Una vez ante un portillo, la grava dará paso a un camino y a una senda junto a una alambrada. Pronto la abandonaremos para subir por otra senda hasta la cercana loma cimera a través unas rodaduras que rompen la armonía del pastizal.

Una vez en la cumbre de Urtsumendi (678 m.), amplia y herbosa con la única referencia de un taco cartográfico y un bloque de cemento con las letras SCA, la vista que se extiende sobre la llanura labortana hasta el litoral atlántico se abre especialmente sobre los vecinos macizos de Iparla, Baigura y Artzamendi.

La travesía continúa por la inclinada ladera occidental de la montaña, con la vista puesta en Kanbo, hasta alcanzar una pequeña cota donde hemos de girar hacia la izquierda (S). Más abajo, en la rinconada de la montaña veremos un depósito de agua. Una traza de rodaduras abierta entre el helechal nos llevará hasta un camino y éste, a una borda que veremos a la derecha. Un camino nos conducirá por los despejados flancos de la cumbre al amplio collado de Kapozuloa, abierto entre Urtsuia e Iramalda. Una pista y un tendido eléctrico de alta tensión cruza esta depresión, donde hay dos caseríos y una borda. Pasada ésta, se abandona la pista por la derecha para subir por un camino al alto de Iramalda (429 m). De este lugar, continuaremos bajando unos tres minutos para abandonar el camino por la izquierda hasta un portillo que nos dará paso a la visible borda Etxartea, a la sombra de unos castaños.

De Etxartea hemos de continuar por un camino hasta un portillo y, de ahí, hasta un cruce con una parrilla canadiense. Aquí hemos de tomar a la derecha una pista de grava hasta enlazar con el carretil de Kanbo que sube a la poterie de Makea. El de la izquierda lleva a Kanbo por Patxaleku. La excursión continúa por la derecha perdiendo altura entre campos de labor y prados hasta alcanzar un cruce, donde hemos de seguir por la derecha hasta alcanzar el sendero local C2. Diez minutos después estaremos ante las primeras casas del barrio Kapagorria; y poco después, en Kanbo, en la carretera de Hazparne, junto el sanatorio Beaulieu, lugar de referencia donde podremos finalizar la travesía.