La novela de Jimenez «Kilkerren hotsak», también en castellano
El escritor Edorta Jimenez ya cuenta con la traducción al castellano de su novela «Kilkerren hotsak/El canto de los grillos», basada en la documentación sobre el caso de Alejandro Mallona, alcalde legítimo de Mundaka fusilado por los fascistas en 1937 en el cementerio de Derio.
I.A. | BILBO
La traducción al castellano de «Kilkerren hotsak» (Susa, 2003) fue presentada ayer en Bilbo bajo el título «El canto de los grillos». Según recordó el autor mundakarra, Edorta Jimenez, la novela narra los acontecimientos que desembocaron en el fusilamiento del alcalde Alejandro Mallona en septiembre de 1937, y cuenta para ello con una descripción «bastante detallada, pero tampoco exagerada» del ambiente de la Guerra, en el que sitúa a dos personajes de ficción que a través de entrevistas van aclarando todos los hechos de una manera «ágil y rápida».
Se trata de Uriarte, «agente de los Servicios de Información del Gobierno vasco de este tiempo», y de un extraño visitante bastante más joven que él. «Todo ocurre cerca del año 2000, cuando ya el agente Uriarte es muy mayor y este joven es de esas personas que quieren saber lo que pasó en la Guerra», resumió el escritor.
Todos los personajes de la historia son reales, «menos esos dos y un personaje femenino, que es Elena y diríamos que es la oponente femenina de Uriarte, con el que mantiene una historia de amor y de pasión, de encuentro y desencuentro. De modo que tiene también su parte romántica», agregó Jimenez.
Precisamente, la presentación de la nueva publicación sirvió ayer para hacer un recorrido en Bilbo por los lugares donde transcurre la citada historia, y también por los lugares que retrató Robert Capa, fotógrafo fundador de la agencia Magnum, durante su estancia en la capital. Capa visitó Bilbo en mayo de 1937, como ya explica Jimenez en su biografía, y se convertiría después en uno de los personajes de esta novela.
De este modo, el escritor quiso recorrer distintos puntos de la capital, como la calle Iturribide, la estación donde Lauaxeta se despide de Uriarte en la propia novela, el Arenal donde Capa disparó su cámara o varios hoteles donde corresponsales extranjeros se alojaron durante la Guerra. «Después hemos ido al Café Bilbao -explicó-, lugar emblemático tanto en la novela como en la vida del poeta Lauaxeta, que solía alternar por ahí, y es lo que se conserva de aquella época». El recorrido despertó gran interés mediático, y el escritor también estuvo acompañado por amigos como Francis Díez, del grupo Doctor Deseo.
De visita a Italia
Edorta Jimenez también adelantó ayer su intención de viajar a Italia mañana mismo, después de haber recibido la invitación para participar en el Festival Nomadi e Stanziali. Allí intervendrá en un encuentro y presentará su libro «Baleen Berbaroa» (Txalaparta, 1997), traduci- do al italiano hace algunos años como «La voce delle balene».
Previamente, el escritor también ha presentado la traducción de «Sukar ustelaren urtea» (Txalaparta, 2004) -«El año del tifus»- en Argentina. Según resaltó ayer, la publicación se ha impreso directamente en ese país, «y creo que es la primera obra traducida del euskara que se publica en Iberoamérica».
«Ley del silencio»
«Se ha distribuido por los circuitos de venta normales, porque lo que ocurre aquí es que nuestras traducciones se encuentran con un boicot silencioso por parte de algunos medios y librerías -en el reino de España- por una especie de ley del silencio por la que parece que no traducimos nada. Por eso, hemos hecho un intento de presentarlo en Argentina, donde aparecemos como escritores de otra lengua sin el prejuicio de que esa lengua sea la que pervive entre la república de Francia y el reino de España. Esperamos tener una acogida normal, es decir, absolutamente literaria», manifestó a este respecto.
Jimenez también ha viajado recientemente a Alemania, donde tuvo ocasión, entre otras cosas, de leer un capítulo de «El canto de los grillos», traducida también al alemán, si bien aún no ha visto la luz. Fue invitado en el contexto del aniversario del bombardeo de Gernika.
La novela traducida por Bego Montorio ofrece una descripción «bastante detallada, pero tampoco exagerada» del ambiente de la Guerra del 36, en el que el autor sitúa a dos personajes de ficción que irán aclarando los hechos.