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ANALISIS Elecciones en Euskal Herria

Las mentirijillas porcentuales de Lakua y otros números

El Gobierno de Lakua mezcló ayer churras con merinas para vender la falsa idea de que el tripartito, en este caso con el añadido de Aralar, había mejorado el domingo sus resultados sobre los obtenidos en las elecciones autonómicas de abril de 2005, lo que los fríos números demuestran que no es cierto. No es el único caso en el que las matemáticas contradicen o cuestionan las afirmaciones de los políticos.

Iñaki IRIONDO

Cada cual lee los resultados electorales según le conviene, pero ¿sería mucho pedir que, al menos en esto, un gobierno no hiciera trampas con los números?

La portavoz del Ejecutivo de Lakua, Miren Azkarate, afirmó ayer en su rueda de prensa oficial que la vía del tripartito (PNV, EA y EB), en este caso «ensanchada» por Aralar, «sigue siendo una opción valida» para gobernar las instituciones tras los comicios municipales y forales, ya que el espacio de «centralidad» que representan estas formaciones se ha visto «reforzado» respecto a las elecciones autonómicas de 2005.

Si se miran los números, se comprueba que los cuatro partidos sumaron este domingo 478.000 votos, 82.816 menos que los 561.320 de 2005.

Para justificar el supuesto reforzamiento del tripartito más Aralar, Azkarate afirmó «el porcentaje de votos» obtenido el pasado domingo en las elecciones a juntas generales suma el 51,94%, mientras que el que obtuvieron en los comicios al Parlamento de Gasteiz de 2005 era de un 46,33%,

Pero eso tiene truco. Los porcentajes que ofreció son sobre voto válido, y hay que tener en cuenta que mientras en 2005 hubo 4.035 votos nulos, por la presencia legal de EHAK, esta vez ascendieron a 134.829, por la ilegalización de candidaturas de ANV. Esto no es una cuestión meramente política, sino también matemática porque distorsiona los porcentajes. En estas circunstancias, el patrón común para medir es el tanto por ciento sobre el voto emitido, es decir, sobre las personas que metieron su sobre en la urna. Y entonces comprobaremos que el tripartito más Aralar sumó en 2005 el 45,86% y ahora ha bajado al 44,46%. Es decir, no ha habido reforzamiento sino debilitamiento.

También EB-Aralar evidencia tener problemas con las matemáticas. Si tras el partido de San Mamés del pasado domingo Mané hubiera comparecido ante los medios diciendo que el Athletic había ganado por 3 a 0 los periodistas se lo hubieran comido. Y no digamos nada si Lotina se hubiera atribuido un triunfo ante Osasuna a pesar de lo visto por todos. Sin embargo, en el periodismo político no ocurre lo mismo. Javier Madrazo y Jon Abril dicen que los resultados «han avalado» la apuesta por la coalición Ezker Batua-Aralar y no pasa nada.

Un repaso a los números desmienten esta afirmación. En Araba, la coalición ha perdido 5.267 votos sobre los 15.474 que sumaron por separado hace cuatro años. Es decir, al juntarse han perdido el 34% del patrimonio que tenían de solteros. Un dato no achacable a la abstención. Baste decir que unidos han logrado el 6,45% de los votos emitidos, cuando EB en solitario tuvo el 6,69% hace cuatro años. En Bizkaia las cifras resultan aún peores. De 70.081 votos han bajado a 41.147. Es decir, un 41,2% menos. Y también aquí la coalición se ha quedado, con un 7,11% del voto, por debajo del resultado de EB en solitario hace cuatro años, que fue el 8,21%. Sólo en Gipuzkoa ha tenido alguna rentabilidad la unión, ya que, a pesar de perder más de 5.000 votos, sus porcentajes se han visto equilibrados por la abstención y la Ley D'Hont les ha permitido arañar restos hasta los seis escaños, dos más que en la pasada legislatura.

Otra cosa es que, con esos resultados, pueda jugar un importante papel político aquí y allá a la hora de condicionar mayo- rías. Pero eso no oculta que ese papel hubiera sido aún mayor si de verdad las cifras hubieran avalado la unión y hubieran sumado al menos tantos votos como en mayo de 2003. Resulta difícil entender que bajar en el conjunto de la CAV de 127.462 votos obtenidos por separado a 88.178 juntos y caer del 10,18% del voto emitido al 8,18% pueda presentarse como «un aval» a la coalición.

Aunque cosas más raras se han visto. Hay quien dice que el que te ilegalicen candidaturas es una ventaja, porque te hacen la campaña gratis. Así se puede leer en medios jeltzales. Según Iñaki Anasagasti, por ejemplo, con los dimes y diretes sobre la prohibición de listas ANV «ha contado con una campaña que ni la del lanzamiento de la Coca-Cola».

Desde la simple lógica resulta muy difícil sostener que el hecho de que un movimiento político esté ilegalizado y perseguido, sin sedes ni locales públicos, con sus dirigentes constantemente vigilados por diversos cuerpos policiales y sin financiación pública frente a las ingentes cantidades de dinero que mueven otros partidos, sea una ventaja electoral. También es preciso tener en cuenta que eso que llaman «publicidad gratuita» es en realidad información sobre prohibiciones, juicios... es decir, siempre ligada a situaciones de conflicto, lo que cualquier marca entendería como publicidad negativa. Luego está la dificultad de convencer a la ciudadanía de que vote con una papeleta que será anulada.

Y, nuevamente, la matemática se alía con la lógica y demuestra que la izquierda abertzale ha obtenido mejores resultados donde se presentaba legalmente que donde no. Tomemos dos ejemplos: en Gasteiz la lista para JJGG era legal y sumó 9.574 votos. En cambio, la candidatura al Ayuntamiento fue anulada y se quedó en 7.251 votos. Casi un 25% menos. En Laudio, por el contrario, la candidatura municipal era legal, y obtuvo 2.344 papeletas, y la de JJGG, anulada, 1.931, un 17,6% menos.

Se ha escrito o dicho públicamente que la ilegalización beneficia a la izquierda abertzale. Los datos muestran que personas que han votado a ANV en la urna legal, en el mismo acto han buscado otra forma de voto que consideraban más útil. Es decir, si las candidaturas hubieran sido legales en todos los lugares, los resultados habrían sido mejores para ANV.

El fino sentido del humor del ministro de Justicia también se estrella con los números. Ayer, con la ironía que le caracteriza, invitó a Pernando Barrena a sumar también la abstención de Almendralejo, «que no estuvo nada mal», a las 187.000 bofetadas que el dirigente abertzale dijo que las urnas vascas habían dado al PSOE.

La abstención en Almendralejo, localidad con un censo de 15.729 votantes, fue del 32,46%, es decir, en la media estatal. Sin embargo, sí debiera llamar la atención de Fernández Bermejo que mientras en el municipio pacense apenas se contaron 158 votos nulos, en Eibar, con un censo de 14.349 electores, ascendieron a 1.775. O los eibarreses son muy tontos o ahí hay un problema con el que un ministro debiera hacer pocos chistes.

El tripartito cae

Para mostrar un supuesto reforzamiento del tripartito, Lakua se comió los votos anulados. En realidad, PNV, EA, EB y Aralar sumaron en las autonómicas del 2005 el 45,86% del voto emitido y el domingo bajaron al 44,46%. Eso no es reforzarse.

COalicIóN

Los dirigentes de Ezker Batua y Aralar vienen insistiendo desde el domingo en que los resultados obtenidos avalan la decisión de haber unido sus fuerzas, cuando se puede comprobar que, salvo en Gipuzkoa, han tenido menos votos que EB en solitario.

Ilegalización

En localidades donde la candidatura de ANV era legal en una urna e iba a ser anulada en la otra, los resultados en candidatura legal se han situado entre un 17% y un 25% por encima de de la prohibida por los tribunales españoles.

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