Laudio acogió ayer la quinta edición del Naziotasun Eguna, bajo el lema «Geroa eraiki Euskal Herriari», a la sombra de los comicios del pasado domingo en Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa. En el acto político, en la Plaza de los Fueros, Erruki Ezkurra, portavoz de la iniciativa, subrayó que la anulación por los tribunales españoles de una parte importante de las candidaturas que concurrieron a las elecciones municipales, forales y al Parlamento de Iruñea no es sino una muestra más de la conculcación de derechos que se vive en el país.

«Los derechos de los ciudadanos vascos no están consolidados en la actualidad y se nos impone una identidad extraña. Los derechos lingüísticos de los euskaldunes no se respetan ni en Bastida, Maule, Tafalla ni en Orexa. No tenemos posibilidad de desarrollar nuestro modelo político y económico; no hay opción a que pongamos en marcha una política común en materia de igualdad. No nos dejan vivir y desarrollarnos como nación», denunció la representante de Bai Euskal Herriari ante centenares de personas.

Ezkurra fijó su atención en la actuación del Gobierno y los jueces españoles para impedir el derecho al sufragio activo y pasivo, «intentando borrar los derechos civiles y políticos» de decenas de miles de vascos. «Pretenden crear ciudadanos de primera y segunda; blancos y negros; sucios y limpios; legales e ilegales. No puede estar más claro. Todos los ciudadanos vascos somos sospechosos», recalcó haciendo mención de los informes realizados por los dife- rentes cuerpos policiales clasificando a las personas por motivos ideológicos.

Frente a esta práctica, Bai Euskal Herriari defendió que todas las personas tengan todos sus derechos y reafirmó su compromiso para que Euskal Herria avance hacia su soberanía a pesar de las leyes excluyentes. Tras recordar la realidad del país, en la que los vascos sufren una división política, administrativa, judicial y territorial, Ezkurra incidió en que «el compromiso y el trabajo diario son los únicos instrumentos para superar todas las trabas puestas desde las instituciones y las administraciones». En este sentido, declaró que son el Foro Nacional de Debate y Udalbiltza las dos herramientas fundamentales en esa labor de construcción nacional.

Markel Arizmendi, en representación de Udalbiltza, inició su alocución saludando los resultados obtenidos el 27 de mayo por las candidaturas independentistas en favor del proceso, especialmente los cinco ediles logrados por EAE-ANV en el Consistorio laudioarra. A renglón seguido, incidió en la importancia del trabajo a desarrollar en los próximos años por Udalbiltza para alcanzar una Euskal Herria libre y unida.

Actas para todos los electos

Arizmendi resaltó asimismo la decisión adoptada por esta institución de expedir acta de cargo electo municipal a todas aquellas personas que hayan sido elegidas en los comicios según la voluntad de la población de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa, para otorgar así mayor legitimidad al voto de la ciudadanía vasca que a resoluciones de los jueces españoles.

A la vista de los resultados electorales, en una cita «antidemocrática» por la exclusión de cientos de listas, Markel Arizmendi animó a «reforzar» Udalbiltza a partir de la nueva composición de los consistorios y con la vista puesta en una asamblea tras el verano. Esta petición se suma a la de otros agentes sociales de Euskal Herria que han insistido en «reforzar, reorganizar y cumplir con el objetivo inicial de Udalbiltza», en base a los cinco principios aprobados en la asamblea constituyente de la institución nacional en el Palacio Euskalduna.

Al igual que Arizmendi, Erruki Ezkurra mencionó a las miles de personas que el 27 de mayo ejercieron sus derechos al vo- tar con el EHNA y animó a que en el día a día se emplee «co- mo instrumento para ganar y hacer respetar los derechos de Euskal Herria».

La portavoz de Bai Euskal Herriari hizo votos por la defensa de los derechos de los vascos, argumentando que esta apuesta no hay que identificarla con un «patriotismo agresor» sino con la «defensa de nuestra identidad. Nosotros no les decimos a nadie qué decir y cómo tienen que ser, no les imponemos mediante la violencia o la fuerza nuestra nacionalidad», manifestó Ezkurra, quien recordó la práctica de los antepasados de establecer la frontera a partir del cercano árbol Malato, sin imposiciones, defendiendo su identidad propia. Así, insistió en la necesidad de que la nueva Euskal Herria tenga su espacio en el mapa sociopolítico de la Europa del siglo XXI.