Los sindicatos ELA, LAB y ESK apuestan por el voto contrario al preacuerdo firmado por UGT, CCOO, Ekintza y USO en la planta de DaimlerChrysler (Mercedes) de Gasteiz, para que se vuelva a retomar la negociación y «poder conseguir un convenio que suponga algún avance, no todo retrocesos, como el que se ha firmado». Así lo señaló ayer Iñaki Anda, delegado de LAB.

ELA, LAB y ESK no pudieron llevar a cabo ayer el paro con el que querían facilitar la celebración de una asamblea para transmitir al conjunto de la plantilla los contenidos del preacuerdo que, en su opinión, «sólo contiene retrocesos, movilidad y más flexibilidad».

Aun así, participarán en el referéndum que el resto de centrales ha convocado para hoy y apuestan porque el resultado sea «un `no' lo más claro posible para decir a la dirección que negocie de verdad, porque lo que ha habido hasta ahora ha sido un cachondeo», afirmó Anda. Según LAB, las centrales firmantes del preacuerdo se desmarcaron de la plataforma unitaria del comité, negociaron con la dirección por su cuenta «y tan sólo ha habido cesiones ante los planteamientos de la empresa».

Amenazas

Por otro lado, señaló que la dirección ha utilizado la amenaza de la deslocalización desde que comenzó la negociación, al igual que hiciera en el convenio anterior. Así, ha esgrimido el argumento «de que tenemos que ceder para recuperar la confianza que perdimos en su día» por parte de la multinacional.

Según Anda, UGT ha hecho de portavoz de esos miedos y ha extendido el mismo mensaje de la dirección de que «si nos portamos mal esto se hunde». Además, cree que a la dirección le preocupa que la plantilla rechace el preacuerdo en el referéndum, al constatar cómo en poco tiempo se recogieron 1.676 firmas a favor de la asamblea.

Por su parte, el portavoz de ELA, Igor Gebara, explicó que el preacuerdo deja abierta la posibilidad de que se modifiquen las horas de trabajo de un empleado «avisando de un día para otro, lo que hace muy difícil compaginar la vida laboral con la social y familiar».

Además, agregó, «dejan abiertos a la redacción temas como el de la movilidad y entendemos que hay que tener cerrados los puntos antes de votarlos».

Las centrales que han respaldado el preacuerdo consideran que el texto es «positivo» para los trabajadores y «para el futuro del centro» y acusan al resto de ser «los únicos que han estado negociando plataformas a espaldas del comité».