Una noche de transistores para un año con más oscuros que claros
Esta noche se juega la penúltima jornada de Primera División. Es el momento de recoger lo cosechado desde que arrancó la temporada, allá por finales de agosto de 2006. Como la hormiga, Osasuna llega con el granero de puntos suficientemente lleno. Real y Athletic -las cigarras- tratan de salvarse del frío invierno de Segunda a última hora.
Imanol INTZIARTE Periodista
Las nueve de esta noche. La hora H del día D. La afición futbolística vasca vivirá a partir de ese momento -sobre todo las parroquias de la Real y del Athletic- una de esas jornadas que se denominan «de infarto». Bien en directo, bien por televisión, radio, internet o cualquier otro medio, se seguirá minuto a minuto lo que sucede en Donostia, Vila-Real -donde juegan los leones- y Sevilla. En la capital andaluza se presenta un Osasuna que no tiene nada que perder ni ganar en el aspecto deportivo pero cuyo rival, el Betis, está inmerso en la lucha por evitar el temido descenso.
Una pérdida de categoría que, tras cuatro décadas en Primera, puede ser una realidad en Anoeta sobre las 23.00. La situación de los blanquiazules es agónica. Aun ganando, deben esperar que Betis o Athletic no lo hagan para mantener sus esperanzas.
De la ilusión a una nueva decepción.
En esto del fútbol, llevamos un entrenador dentro. Y un presidente, y un director deportivo y, si me apuran, hasta un médico. Ligamentos, meniscos, isquiotibiales... nada encierra secretos. Esta introducción sirve para darse cuenta de que cada cual tendrá su diagnóstico. Pero existen datos que son incuestionables. La Real Sociedad, salvo el año del subcampeonato liguero, lleva varias temporadas coqueteando con la Segunda División.
Cuatro presidentes (Luis Uranga, José Luis Astiazaran, Miguel Fuentes y, desde hace una semana, María de la Peña), numerosos entrenadores (a bote pronto vienen a la memoria Krauss, Olabe, Denoueix, Clemente, Amorrortu, Periko Alonso, Gonzalo Arkonada, Bakero, Lotina...) y una pléyade de jugadores que en muchos casos han pasado sin pena ni gloria.
La temporada 2005/06 fue de sufrimiento, solventada con una remontada de última hora de la mano de José Mari Bakero en el banquillo. El de Goizueta llegó para ser director deportivo, pero no perdió la oportunidad de bajar de los despachos al banquillo. Y ahí se quedó. La percepción era que esa temporada había sido de transición, el estimar que el Consejo de Administración de Miguel Fuentes no había tenido margen de maniobra tras heredar en julio el bastón de mando. El fichaje de mayor relumbrón fue el del medio centro Diego Rivas, procedente del Getafe. También arribaron a Zubieta hombres como Gerardo, Juanito, Bravo, Fabio Felicio, la repesca de Rossato...
La ilusión que trató de trasladar Bakero a una afición harta de sufrir se desvaneció en siete jornadas. Con dos puntos -sendos empates en San Mamés y Mallorca-, cinco goles a favor y catorce en contra, la Real se situó colista. Vuelta a las andadas.
Llega Lotina al banquillo, pero el enfermo no mejora.
La Directiva destituyó al técnico y puso en su lugar a Miguel Ángel Lotina, un hombre curtido en mil batallas. De su mano llegó Jesuli, cuya aportación, lastrado por las lesiones, ha ido de poco a nada. El objetivo era llegar vivos a la apertura del mercado invernal para entonces reforzarse y remontar. Ello significaba reconocer que se había errado en la confección de la plantilla durante el verano. La misma historia de temporadas anteriores.
La primera victoria llegó en la jornada 15, 3-2 ante el Nástic. Era diciembre y la atención se centró en los posibles fichajes. Llegaron Savio, Herrera y Víctor López. El primero, un veterano contrastado, ha sido por su rendimiento la tabla de salvación a la que se ha aferrado el club. Los otros dos, ni chicha ni limoná.
No hubo manera. La caída libre continuó hasta llegar a La Romareda, una derrota que colocó al equipo, a falta de 13 partidos, con una desventaja de 12 puntos respecto a la salvación.
A partir de ahí, la Real comenzó a remontar hasta situarse a un paso de salir de la quema, pero falló en partidos como Montjüic, Getafe o Iruñea. El problema venía de antes, porque el equipo se había dejado su margen de error varado a la orilla del Ebro cuando cayó ante el Zaragoza. Si en años anteriores los apuros llegaron por la endeblez defensiva, en este caso el equipo se ha caracterizado por su ineficacia cara a puerta.
El tsunami se ha llevado también por delante a Miguel Fuentes. Falta por saber cómo responderá la afición esta noche y los accionistas el próximo 30 de junio. Pero, con descenso o sin descenso, la Real tiene que decidir qué quiere ser.
Un año convulso en el Athletic desde la pretemporada.
Los rojiblancos, que pueden certificar su salvación esta noche o jugárselo a una carta el fin de semana que viene ante el Levante, también necesitan una reestructuración. Todo apunta a que mantendrán su filosofía a la hora de incorporar jugadores, aunque no falten voces que la consideren un lastre. Es un debate recurrente cada vez que pintan bastos.
El curso arrancó con el tándem Lamikiz-Clemente y acaba con Urkijo-Mané y unas elecciones a la vista. La temporada anterior también fue dura, aunque «El Rubio de Barakaldo» emergió como salvador del equipo. Pero el presidente se lo «cargó» en plenos sanfermines y colocó en su lugar a Sarriugarte.
Los primeros resultados no fueron buenos y San Mamés descargó su enfado sobre el palco. Lamikiz se vio obligado a irse, dejando las riendas -y una patata caliente como el «caso Zubiaurre», que provocó la ruptura de relaciones con la Real- en las manos de Ana Urkijo. Ha hecho falta que las cosas vayan muy mal para ver a dos mujeres al mando del Athletic y la Real.
Poco después, Urkijo destituyó a Sarriugarte y fichó a Mané para el banquillo. El de Balmaseda ha firmado una trayectoria irregular con una plantilla mermada por las lesiones y la baja del sancionado Gurpegi. Los remiendos obligados en el centro del campo han sido una constante.
La sensación es que la plantilla está descompesada y que es urgente fortalecer algunas posiciones. Se ha sufrido mucho en defensa, con 59 goles encajados en 36 partidos. El baile de nombres ha empezado, aunque la primera incógnita a despejar es saber en qué categoría estará el equipo el año que viene.
Osasuna, la cara de la moneda, sobre todo en Europa.
En medio de tanta convulsión, Osasuna es un oásis de tranquilidad. Los rojillos no sufrirán esta noche para salvar la categoría y no se vislumbran cambios ni en el banquillo -el debutante Ziganda renovó hace unas semanas- ni en los despachos.
La temporada arrancó con disgusto, ya que el equipo navarro cayó eliminado ante el Hamburgo en la previa de la Liga de Campeones. El Sadar se quedó sin escuchar en directo el himno de la Champions y tuvo que consolarse con la UEFA. Pero, a toro pasado, el trueque no fue nada malo.
Los rivales fueron cayendo y Osasuna avanzaba en el torneo. Superó la fase de grupos y luego se deshizo del Girondins de Burdeos, del Glasgow Rangers y del Bayer Leverkusen. De este modo, se plantó en semifinales. La final estaba a un paso, pero en el camino se cruzó un Sevilla que está viviendo los años más dulces de su historia.
La sobrecarga de partidos ha obligado a Ziganda ha echar mano de las rotaciones -tal y como hacía su antecesor Aguirre-, por lo que la mayor parte de la plantilla ha disfrutado de minutos.
En el torneo liguero el equipo se ha mostrado muy irregular. No comenzó bien y tocó fondo en Huelva. Reaccionó hasta ser declarado mejor equipo del mundo en diciembre. Y en la segunda vuelta ha sido incapaz de ganar un partido en casa hasta que llegó la Real hace quince días. Un partido que ha desatado ríos de tinta. Ahora, ya relajados, toca planificar la próxima temporada.
6 de julio
Fernando Lamikiz destituye a Javier Clemente como entrenador del Athletic al poco de arrancar la pretemporada. Su puesto en el banquillo lo ocupa pocos días después Félix Sarriugarte.
27 de setiembre
Tras una pañolada en San Mamés, Lamikiz presenta su dimisión como presidente del Athletic. Su vicepresidenta, Ana Urkijo, se convierte en la primera mujer en dirigir el club.
26 de octubre
Con dos puntos en siete partidos de Liga y tras una derrota en Copa contra el Málaga (4-1), Bakero es cesado en el banquillo de la Real. En su lugar se ficha a Miguel Ángel Lotina.
27 de noviembre
Con una victoria, cinco empates y seis derrotas en su haber, Félix Sarriugarte se ve obligado a abandonar el banquillo del Athletic. Mané es el elegido para tratar de salvar la nave.
22 de mayo
Antes de certificarse la salvación matemática de Osasuna, José Ángel Ziganda -que ha cumplido su primer año en la máxima categoría- amplía por otro año su contrato con el equipo navarro.
1 de junio
Miguel Fuentes anuncia su dimisión como presidente de la Real tras la publicación de datos sobre el número de acciones adquiridas por su entorno familiar. Le suple María de la Peña.