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TRAS EL FIN DEL ALTO EL FUEGO DE ETA

El Estado español encarcela al principal interlocutor político de la izquierda abertzale

La izquierda abertzale entiende que la detención de Otegi se enmarca en un contexto de «venganza política» y de prolegómeno de la «barra libre» que el Gobierno del PSOE va a conceder a la represión con objeto de doblegar al independentismo vasco. No obstante, reitera que su apuesta sigue, y seguirá siendo, la de ahondar en una dinámica que empuje hacia la viabilidad de un proceso de soluciones democrático.

Gari MUJIKA | DONOSTIA

El dirigente de la izquierda abertzale Arnaldo Otegi se encuentra encarcelado en la prisión donostiarra de Martutene desde ayer al mediodía, después de que la Policía española lo arrestara acto seguido de que el Supremo español revalidara la pena de 15 de meses de prisión contra el político de Elgoibar por participar en un acto de recuerdo a Jose Miguel Beñaran Ordeñana, Argala, militante de ETA muerto en un atentado reivindicado por el BVE.

La detención del «interlocutor principal» de la izquierda abertzale es un elemento a engrosar en la lista de reacciones del Gobierno español que se vienen sucediendo después de que ETA diera a conocer el martes la suspensión del alto el fuego permanente. Tal y como denunció el mahaikide de Batasuna Pernando Barrena, se trata de «un hecho de máxima gravedad» que aporta «un elemento más a la fotografía de la agresión permanente» que el Ejecutivo del PSOE ha ejercido contra la izquierda abertzale desde «el inicio del alto el fuego» y que, entienden, «nos ha llevado, desgraciadamente, a esta situación». Pero, a pesar de ello, insistió en que la izquierda abertzale no cejará en su empeño en pro de un proceso de soluciones políticas.

La Policía española arrestó a Arnaldo Otegi en las cercanías del polígono de Belartza sobre las 11.55, cuando se disponía a acudir, en compañia de los también mahaikides Juan Joxe Petrikorena y Pernando Barrena, a la comparecencia de prensa en la que estaba previsto que hablara sobre la actualidad política. Pero cinco minutos antes de las 12.00, y mientras que decenas de periodistas esperaban su inminente llegada -cabe destacar la presencia de medios de comunicación internacionales-, un miembro de la izquierda abertzale informó de la detención. Segundos después, la noticia era confirmada por un redactor, y las llamadas de los teléfonos y las idas y venidas de los periodistas se repitieron en un ambiente de alarmismo.

En cuestión de minutos

La detención de Otegi se produjo todavía sin el anuncio público de la decisión del Tribunal Supremo español. Además, lo detuvieron en ese momento con el claro objetivo de impedir su comparecencia ante los medios de comunicación, tal y como informaron luego las agencias de información.

Y es que, según se supo más tarde, los magistrados del alto tribunal español tomaron por unanimidad la decisión de revalidar la condena impuesta a Otegi en torno a las 11.30. Aunque la sentencia íntegra será emitida en los próximos días, el Supremo envió por fax una providencia en la que informaba de la ratificación de la pena. A la Audiencia Nacional le faltó tiempo para ordenar su inmediato arresto y encarcelación.

Mientras que algunos reporteros gráficos acudían ya a las puertas de la cárcel de Martutene, decenas de redactores permanecieron en el lugar a la espera de la llegada de Pernando Barrena y Joseba Álvarez. Cuando faltaban diez minutos para la una del mediodía, ambos mahaikides comparecían para dar cuenta de la detención de Otegi y transmitir a la sociedad vasca la lectura política que extrae la izquierda abertzale al respecto.

El mahaikide navarro informó de cómo fue arrestado Otegi por la Policía española cuando faltaban sólo cinco minutos para la rueda de prensa, y que lo habían trasladado, primeramente, a la Subdelegación del Gobierno español en la capital guipuzcoana, para más tarde encarcelarlo en la prisión de Martutene.

Y así fue. Pasada la una del mediodía el Renault Clio gris que trasladaba a Otegi llegó a las puertas de Martutene.

Alto el fuego con Otegi preso

Pernando Barrena arrancó la comparecencia de urgencia subrayando que el arresto de «un interlocutor principal» de la izquierda abertzale supone «un hecho de máxima gravedad», que no hace más que retratar, mejor si cabe, la actuación que el Gobierno español ha mantenido durante los quince meses que ha durado el alto el fuego de ETA y el proceso político.

«La detención de Arnaldo Otegi aporta un elemento más a la fotografía de agresión permanente que ha ejercido el Gobierno del PSOE contra la izquierda abertzale desde el inicio del alto el fuego», señaló Barrena para, acto seguido, recordar que «desgraciadamente, no es un elemento nuevo», puesto que cuando la organización armada decretó el alto el fuego, Otegi se encontraba encarcelado en la prisión de Soto del Real.

Ese dato -que Otegi estuviera en la cárcel el 22 de marzo de 2006 y ahora, una vez que ETA ha anunciado el cese de la tregua, vuelva a ser encarcelado- supone «el ejemplo más gráfico» de la actitud del Ejecutivo de Rodríguez Zapatero y de la aplicación de una política penitenciaria «basada en la venganza pura y dura».

Siguiendo la estela de las actuaciones represivas que se suceden esta semana, la izquierda abertzale entiende que así el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero ofrece «barra libre a la represión, en un nuevo intento de neutralizar a la izquierda abertzale». Entiende también que el PSOE pretende trasladar a la izquierda abertzale el mensaje de que «éste es el futuro cercano que le espera» si no hace «dejación» de su proyecto político y de defender un proceso resolutivo que vaya a las raíces políticas del contencioso.

El acuerdo, en el debate político

Barrena aseguró que «la represión nunca» ha conseguido doblegar a la izquierda abertzale y que tampoco le valdrá en este momento. En este contexto, quiso trasladar a la sociedad de Euskal Herria la reflexión de que a día de hoy la necesidad de un acuerdo político para dar salida al conflicto «está en el centro del tablero político», e insistió en que «ése es el gran logro de la izquierda abertzale y del movimiento popular: fijar la dirección por la que debe caminar la resolución».

Reiteró que la izquierda abertzale empujará del «carro de la solución» y que redoblará sus esfuerzos en esa dirección tanto en el país como en el ámbito internacional. Recordó que la propuesta realizada en Anoeta en 2004 sigue siendo un jalón intacto para la izquierda abertzale y, además, añadió que cuentan con una herramienta política para seguir ahondando en la dirección de un proceso de este tipo: la propuesta para un marco democrático plasmada en el Pabellón Anaitasuna el pasado febrero.

«Hombre de paz», para Zapatero

Aunque en la retina de Pernando Barrena continuaba la imagen de la detención de Otegi, el mahaikide comentó que aún siguen existiendo «condiciones objetivas y subjetivas en términos políticos para un escenario de soluciones», y abogó por redoblar los esfuerzos en esa vía.

También de forma tajante, y en nombre de la izquierda abertzale, emplazó a la sociedad vasca y a los agentes políticos, sociales y sindicales del conjunto del país para que «aporten en la dirección de una dinámica que dé viabilidad al proceso». Y una vez dicho esto, quiso dirigirse a los ciudadanos para que «interioricen» la siguiente reflexión: «¿Cómo se puede pensar que el Gobierno español tiene voluntad alguna de posibilitar un escenario diferente cuando el Ejecutivo está deteniendo a uno de los principales interlocutores de la izquierda abertzale, a quien el mismo José Luis Rodríguez Zapatero calificó como hombre de paz e interlocutor necesario?».

Mantener la «sangre fría»

Aunque dijo ser consciente de que la sociedad vasca está «escandalizada» con el arresto de Arnaldo Otegi, el mahaikide navarro invitó a mantener «la sangre fría».

Incidió en que la izquierda abertzale no dejará que la resolución del conflicto «se vaya a pique» por las actuaciones del Gobierno español y, para despejar cualquier duda, comentó que la izquierda abertzale se reafirma «de una manera nítida y rotunda en su compromiso de trabajar para lograr la paz, que es lo que ansía la gran mayoría de este país».

Después de que Barrena concluyera afirmando que la izquierda abertzale «seguirá fiel a su mandato de lograr un escenario de soluciones», ya por la tarde una delegación de la izquierda abertzale transmitió el mismo mensaje a las puertas de la cárcel de Martutene.

La letrada y también mahaikide Jone Goirizelaia visitó a Otegi durante cerca de una hora. Ella había llegado a la cárcel pasadas las 16.45 y salió de la misma una hora más tarde. Una decena de cámaras de televisión -con unidades móviles incluidas- y decenas de reporteros gráficos y periodistas esperaron en el exterior durante todo ese tiempo. Junto a los periodistas, una delegación de la izquierda abertzale, compuesta por varios mahaikides y dirigentes independentistas como Juan Mari Olano o Rafa Díez, entre otros, esperaban la salida de la abogada vizcaina.

«Decisión política»

Goirizelaia explicó a los medios que Otegi se encuentra «en un módulo normal con las mismas condiciones que los presos políticos y sociales» de Martutene.

Añadió que durante la visita ambos comentaron «la situación creada» a raíz de su detención y, acto seguido, aseguró que, a su entender, el fallo del Supremo no es una sentencia jurídica, sino que «una decisión política». Goirizelaia entiende que se trata de un fallo que «se hace con un carácter de venganza y se lleva adelante con ese carácter única y exclusivamente».

Además de reiterar que el empleo de «viejas recetas» represivas no va a provocar, de ninguna de las maneras, el efecto que pretende el Gobierno español, Goirizelaia también insistió en la apuesta clara de la izquierda abertzale por un proceso de soluciones.

Por último, la delegación de la izquierda abertzale invitó a la ciudadanía vasca a que acuda hoy, a las 19.30, a la plaza de Elgoibar, desde donde partirá una manifestación para denunciar la encarcelación del líder independentista.

Martutene

Otegi fue detenido por la Policía española en las inmediaciones del polígono de Belartza. Después de trasladarlo a la Subdelegación del Gobierno español, fue encarcelado en la prisión de Martutene.

«Interlocutor»

Pernando Barrena denunció que el arresto y encarcelamiento de un «interlocutor principal» como Otegi es un «hecho de máxima gravedad», pero añadió que no cejarán en su empeño en pro de un proceso.

Hoy, en Elgoibar

La izquierda abertzale ha emplazado a la ciudadanía a que acuda esta tarde, a las 19.30, a la movilización que recorrerá las calles de Elgoibar para denunciar la actuación del Estado español.

REAcciones: partidos polïticos, sindicatos y agentes sociales

Referencias al carácter de interlocutor del mahaikide y muestras de preocupación

El arresto y posterior encarcelamiento de Arnaldo Otegi suscitó la reacción de organizaciones políticas, sindicales y sociales vascas. Resultó especialmente significativo el silencio mantenido durante toda la jornada por tres de los partidos más importantes del país: PNV, PSE y EA. Ninguno de sus dirigentes se pronunció respecto a las decisiones adoptadas por los tribunales españoles contra uno de los referentes de un sector que ellos mismos han reconocido como necesario para resolver el conflicto.

De los que hablaron, con la obvia excepción del PP, todos coincidieron en considerar el hecho como grave, preocupante o enclavado en una dinámica de acción-reacción, así como en calificar como «interlocutor político» al mahaikide. Y hubo también quien se dirigió a algunos de los que prefirieron callar, como fue el caso de LAB o Askatasuna. El sindicato abertzale, en un comunicado, se preguntó si «tal vez sabía algo Imaz cuando ayer [por el jueves] afirmaba que no veía interlocución posible en la izquierda abertzale en el futuro. ¿Será que comparte y ha dado su beneplácito a la estrategia que, por el momento, ha llevado a Arnaldo Otegi a prisión?».

Añadía que «nadie en Euskal Herria» puede cree que la actuación del Poder Judicial en el contexto del conflicto político «sea independiente de las decisiones e intereses del gobierno de turno», al tiempo que indicaba que José Luis Rodríguez Zapatero, «lejos de asumir su cuota de responsabilidad en el colapso del proceso, pretende achacar a los demás la culpa de su inmovilismo, cobardía política y falta de compromiso; además, pretende ocultar su fracaso arremetiendo contra la izquierda abertzale». Para LAB, la detención y envío a prisión de «un interlocutor fundamental» es un «indicativo más del cariz vengativo y chantajista que se esconde detrás del talante» del presidente español. Ante ello, le recordó que la sociedad vasca «quiere que se dialogue, se asuman compromisos y se cumplan las palabras dadas».

Askatasuna también se refirió a la comparecencia de la víspera del presidente del PNV, del que dijo que «ya sabía» lo que iba a ocurrir y «preparó la pista de aterrizaje a la agresión del Gobierno español. Así lo ha hecho en los últimos meses». Tildó de «antidemocrático» al Estado español, indicó que Zapatero «nunca va a renunciar a la represión» y llamó a la ciudadanía a «responder para que desaparezca la represión y en favor de unos cimientos democráticos».

EAE-ANV apeló a la movilización para exigir la puesta en libertad de Otegi y advirtió que su encarcelamiento supone «enviar a prisión el proceso de paz y normalización política». Tan contundente como esa frase resultó otra destacada por ELA en su nota: «Alimentar la espiral de la fuerza es una irresponsabilidad».

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