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Play-off de ascenso a Segunda A

Un final con polémica clasifica al Eibar para la segunda eliminatoria La danza clásica tomará Baiona durante la próxiásica tomará

Un gol fantasma de Codina adelantó a los azulgranas, que sentenciaron casi de inmediato tras una galopada de IñigoEl Alaves logró su primer triunfo en Mendizorrotza ante la Real, reafirmando las aspectomando las aspectomando las aspectos

EIBAR 2

HOSPITALET 0

Amaia U. LASAGABASTER | EIBAR

Un gol fantasma que no llegó a entrar y una jugada del reaparecido Iñigo, que culminó Rebollo, colocan al Eibar a un solo paso de su objetivo.

El Rayo -o en caso de sorpresa impensable en Vallecas después del 0-2 de la ida, el Portuense- será el último escollo que deberán superar los azulgranas si quieren regresar a Segunda A, culminando una trayectoria de momento impecable: campeones de su grupo en la temporada regular y clasificados en esta primera sin encajar un solo gol.

No se puede negar que ayer en Ipurua hubo ayudita arbitral, pero tampoco que el Hospitalet no supo aprovechar las adversidades que se le acumularon al Eibar en el primer tiempo. Y es que las tres buenas noticias en forma de reaparición con las que comenzaba el partido para los armeros -Zigor y Altuna regresaron al once e Iñigo entró en la convocatoria- se vieron anuladas casi de inmediato con otras dos lesiones: Eneko Romo se iba a la calle tras recibir una patada que, según el pronóstico inicial, le fracturó la nariz; y apenas cuatro minutos después le seguía Jon Urzelai, con un problema muscular.

Una auténtica pena, porque hasta entonces el partido había sido totalmente azulgrana. El Eibar había saltado al campo a sentenciar cuanto antes y, si bien no acumuló demasiadas ocasiones claras -un cabezazo de Eizagirre que se marchó por encima del larguero y un buen pase para Asensio, que cayó ante la salida del meta visitante-, sí evitó que el balón entrase siquiera en su parcela del campo.

Las lesiones y los cambios acabaron con el ritmo que intentaban imponer los de Manix, propiciando que el Hospitalet, más cómodo conforme pasaban los minutos, acabase encontrando su sitio. Aún así, como sucediera en el partido de ida, las jugadas a balón parado fueron su mejor aliado. Sobre todo una falta a un minuto del descanso, que sacó Urzelai junto al palo, para que el posterior remate de Hernández lo enviase a córner Alaña in extremis.

El descanso no acabó con las malas sensaciones. El Hospitalet estaba lejos de dominar, pero tampoco se veía cómodo al Eibar. Hasta que los azulgranas consiguieron empalmar un par de llegadas al área que, pese a un par de sustos a cargo de Sanchón, les enchufaron de inmediato. Hubo que esperar, con todo, hasta el último cuarto de hora para que el escalofrío que recorría el espinazo de Ipurua se convirtiese en una explosión de júbilo. El mérito, para Lluis Codina con una bonita jugada, pero también para el árbitro, que dio por bueno el gol fantasma -que no llegó a entrar- del delantero catalán.

Lejos de venirse abajo, el Hospitalet se lanzó a por un empate que le clasificaba. Afortunadamente, el sufrimiento azulgrana duró muy poco. Exactamente los diez minutos que necesitó Iñigo para, después de casi dos meses parado, recorrer medio campo y enviar el balón al larguero, y que Rebollo, con mucha sangre fría, anotase el gol de la tranquilidad.

Una pena que el partido no acabase ahí, porque los minutos restantes sólo sirvieron para que los banquillos protagonizasen una tangana -que acabó con Manix en la grada-, y para que Cárcel rematara partiéndole el pómulo a Etxabe.

 

ADVERSIDADES

Las buenas noticias en forma de reaparición múltiple -Zigor, Altuna e Iñigo- con que comenzaba el partido se vieron anuladas a la media hora con las lesiones de Romo y Urzelai. Pero el Eibar supo sobreponerse.

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