Los navarros le dieron una soberana manita a un Betis que se complica la vida para alcanzar la salvación
Los rojillos alejan suspicacias con una goleada a domicilio
Osasuna firmó una victoria histórica en campo contrario, aprovechándose de los nervios de un rival al que zarandeó en el último tramo del partido y descubriendo que en la cantera también hay futuros goleadores
BETIS 0
OSASUNA 5
Natxo MATXIN | IRUÑEA
Osasuna le dio una manita al Betis, volvió a meterle cinco a domicilio -sólo había ganado otra vez en Liga en el estadio bético-, se desquitó de la derrota en la final de la Copa y, de paso, confirmó que por el lado rojillo no se iba a desnaturalizar la competición.
Los rojillos fueron mucho más efectivos que sus rivales, jugaron con mucha tranquilidad, se aprovecharon de los nervios del contrario y se encontraron en los minutos finales con un delantero inesperado, el joven Kike Sola que bien se mereció una oportunidad de cara a la próxima temporada.
La serenidad del deber cumplido propició que Osasuna saliera en el primer cuarto de hora con el poso necesario para mimar el balón y triangular con cierto peligro. Valdo la tuvo en el minuto 9, pero algo precipitado y forzado lanzó muy alto.
El peligro del Betis, que fue achuchando a medida que avanzaba el primer periodo, llegaba a balón parado con los lanzamientos de Assunçao. El brasileño creó más problemas de los debidos a Elia en un primer lanzamiento y la cruceta rechazó el segundo -minuto 19- cuando el portero navarro estaba batido.
Los rojillos no habían ido al Ruiz de Lopera a pasearse. Valdo y Juanfran ponían la punta de velocidad necesaria en las rápidas y peligrosas contras navarras, a las que colaboraban los nervios de la defensa local.
Y lo demostraron a la media hora de partido cuando Miguel Flaño inauguró su historial goleador en Primera División anotando su primera diana en la máxima categoría mediante una jugada de estrategia. El corner botado por Puñal lo cabeceó con criterio el de Noain y la mala colocación de Contreras ayudó a que el balón se colara en el marco bético.
Sólo las arrancadas de Odonkor -su velocidad le puso en más de un problema a Monreal- y Sobis despertaban a un Betis muy agarrotado, al que sólo los provisionales resultados de sus rivales en la lucha por evitar el descenso le apartaban de la debacle. Melli, solo en el segundo palo, tuvo el empate dos minutos después del 0-1, pero el defensa, poco acostumbrado a desenvolverse en el área contraria, empalmó a la parte exterior de la red.
Tres goles en un cuarto de h ora
Los andaluces salieron tras el descanso con más corazón que cabeza, fruto de la bronca de Luis Fernández en vestuarios. La presión de los béticos encerró relativamente a los de Ziganda que, sin embargo, no sufrían y esperaban su ocasión de finiquitar el encuentro.
Como no podía ser de otra forma, la puntilla navarra llegó mediante otro fallo local. Webó sí estuvo esta vez preciso y no desaprovechó el regalo que le brindó la zaga andaluza. Fue el origen del desmoronamiento de un Betis que tendrá que sudar tinta china para salvar la categoría el próximo domingo.
A partir de ahí los goles rojillos cayeron como rosquillas. Valdo se anticipó a un Contreras que no tuvo precisamente su tarde y el debutante Kike Sola lo hizo como todo delantero quiere: perforando la portería contraria, nada menos que en dos ocasiones, algo que le puede conseguir el billete para disponer de su oportunidad en la primera plantilla.
No suele ser muy habitual debutar en Primera División y anotar dos goles. Sin embargo, el canterano Kike Sola no sólo no desaprovechó los poco más de veinte minutos que le brindó Ziganda, sino que correspondió con creces y dos goles a futuras expectativas.
El técnico rojillo, José Angel Ziganda, se llevó una gran alegría tras el choque ante el Betis, no sólo por la aplastante victoria, sino porque el resultado y, sobre todo, la actitud de sus jugadores, no le hicieron quedar en mal lugar después de que tras el partido contra la Real y a lo largo de la semana hubiera asegurado que la escuadra navarra iría a por la victoria a Sevilla.
«Es fundamental que Osasuna continúe con la esencia de humildad que le caracteriza y manteniendo otra seña de identidad del club como es su profesionalidad. No me gusta que duden de mí ni de mis hombres, lo importante es que nos respetemos todos para que no haya los follones de estos últimos días», apuntó.
El de Larraintzar volvió a reiterar que sus pupilos se habían desplazado a Sevilla «con una motivación diferente, la de ser profesionales y divertirse jugando bien. Por eso nos vamos contentos, porque creo que han dado la cara».
El Cuco también se refirió a los goles de Kike Sola. El primero que anotó el canterano fue el único de los cinco que celebró el preparador navarro «por respeto al Betis» y lo explicó porque «conozco al chaval, sé cómo es y nos sentimos partícipes de lo que ha conseguido hoy».
Por su parte, Luis Férnandez, entrenador del Betis, se mostró resignado por la abultada derrota de su equipo. «De momento estamos ahí, con pocos puntos de ventaja, pero no nos queda otra cosa que ir a Santander y mostrar que somos profesionales y sacar esto adelante», pudo articular el técnico de Tarifa. Tras reconocer que la situación está «complicad», Fernández se mostró convencido de la salvación.
GARA
El encuentro entre Betis y Osasuna acabó como el rosario de la aurora. Encrespados los ánimos, la grada pidió la marcha de Lopera, hubo invasión de campo de los aficionados -con increpaciones incluidas a jugadores- y la Policía española cargó en los exteriores del estadio.
Casualidades de la vida, también fue un nueve de junio, pero de 1991, cuando Osasuna ganó por primera y última vez en competición liguera en el estadio bético. En aquella ocasión, con Zabalza en el banquillo navarro, fue Cholo quien anotó el 0-1 final en el minuto 46.
Osasuna sólo contará con dos centrales específicos de la primera plantilla para jugar en la última jornada ante el Atlético de Madrid. A la reciente operación de Krutxaga se suma la quinta tarjeta amarilla que vio ayer Cuéllar, que le impedirá estar ante los colchoneros.