Este domingo, nueva cita con las urnas. Se buscan representantes al Parlamento francés. Para Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa la suerte ya está echada.

Da lo mismo que repita Jean Grenet, el alcalde de Baiona cuya presencia en la Asamblea de París rima exclusivamente con ausencia. Y aunque fuera, nunca defendería los intereses del territorio que representa, que le sale sarpullido cuando oye hablar euskara. Da lo mismo que repita Jean Espilondo, diputado jacobinosocialista por suplencia en tiempos de Jospin, cuya republicana animadversión hacia la identidad vasca es sólo comparable a su monárquica soberbia. Da lo mismo uno que otro; aunque tengan un apellido distinto, los dos se llaman igual.

Se llaman igual que Michèle Alliot-Marie. Da lo mismo que la ministra de Interior, otrora de Defensa, saque el puesto para seguir en el Gobierno. Da lo mismo que le chafe su futuro político la desconocida Sylviane Alaux, cuya asombrosa habilidad política le da justo para llamar a los medios de comunicación y reprochar: jopelas, no me habéis sacado. Da los mismo.

Da lo mismo que las urnas reelijan al otrora bigotudo centrista Jean Lasalle, bearnés que se ridiculizó hasta el punto de cantar en el Parlamento, oh nobles montañeses. O que otro bearnés de derechas al que le importa una mierda, perdón, une merde, el Pays Basque le robe la cartera al cantor de los Pirineos. Como da lo mismo que otro bearnés del PS que no conoce del Pays Basque más que las playas de Biarritz vaya a representar los intereses de Zuberoa y de Nafarroa Beherea. Da lo mismo.

Este domingo, nueva cita con las urnas. Y da lo mismo, sí, pero lo mismo no da. Y me pregunto qué pasará por la cabeza de esos miles de votantes abertzales y de izquierdas a los que unos y otros ya están intentando engatusar. Da lo mismo uno que otro. Por eso muchos preferirán descansar, responder con la abstención a un parlamento que durante cinco años se abstendrá de responder a las reivindicaciones de este país.

Este domingo tres ganarán para que todos pierdan. Que viva la democracia. Y la República.