Amparo Lasheras y Victoria Mendoza Periodista y terapeuta, respectivamente
Milakabilaka vuelve a manifestarse
Nos merecemos una nueva oportunidad, Euskal Herria se merece una oportunidad de diálogo, un proceso que nos garantice a todos un futuro de paz No es momento de quedarnos en la acusación y en la queja, ya todos sabemos que hay un conflicto latente en Euskal Herria, donde todos salimos perdiendo
Los últimos acontecimientos sociales y políticos no nos dejan indiferentes; el comuni- cado de fin de la tregua es un motivo más que suficiente para provocarnos una mezcla de sentimientos que no acaban de procesarse y que nos impiden conseguir estabilidad emocional. Hay incertidumbre, rabia, frustración, impotencia, tristeza, y sin embargo, a pesar de todo esto, aún queremos conservar la esperanza de que las cosas pueden reconducirse, ya que todas estas emociones y sentimientos nos recuerdan que aún estamos vivos, no cabe duda que Euskal Herria continúa viva.
La violencia genera violencia y hay muchos tipos de violencia; por acción y omisión se puede provocar la rabia, si no hay diálogo en un conflicto pueden surgir impulsos y reacciones violentas para defender nuestros derechos arrebatados.
Hace unos meses, miles de ciudadanos salimos a las calles como Milakabilaka pidiendo públicamente a los representantes políticos que se sentaran a dialogar, que buscaran las formulas necesarias para llegar a acuerdos, les recordamos que si estaban en el poder era gracias a nuestros votos, les hablamos de nuestra necesidad de que se pusieran a trabajar en serio para dar fin al conflicto vasco. Por lo visto una vez más hubo oídos sordos a nuestras demandas porque comenzaba la fiebre de las elecciones y sólo les importaba mantenerse en el puesto, estaban centrados en desprestigiar a sus contrarios intentando conseguir votos, demostrando poca sensibilidad e inteligencia al descuidar totalmente el proceso, y para mayor torpeza política no sólo desaprovecharon la buena disposición del diálogo, sino que además aumentaron y agravaron las continuas represiones, juicios, detenciones, torturas, ilegalizaciones, abortando también la democracia en Euskal Herria. Se han vuelto a burlar de nosotros, de los ciudadanos, de los que les mantenemos en sus sitios de poder representando no sabemos a quién, porque a nosotros no nos representan, no nos han querido tomar en cuenta.
Podemos lamentarnos y llorar, pero también podemos hacer mucho más que todo eso.
Cuando llega un paciente a consulta, después de escuchar sus primeros sufrimientos y lamentaciones, después de confesar lo mal que se sienten, lo perdidos que están, les ofrezco dos posibilidades: una es seguir lamentándose de lo que les pasa y seguir compadeciéndose de sí mismos, la otra posibilidad es trabajar terapéuticamente todas las causas y rasgos que les impiden ser felices. La primera es fácil, sólo tienes que seguir enganchado a tu propio dolor, conti- nuar como estás y sobrevivir en medio de la queja y el dolor; la segunda no es nada sencilla, se requiere mucho esfuerzo, se requiere tiempo, paciencia, implicación y dedicación.
Nuestras disculpas por el rollo terapéutico, sólo queremos dejar claro que como pueblo en conflicto, herido, amenazado y sufriente, tenemos dos posibilidades: quedarnos en la lamen- tación, la queja y el sufrimiento, o bien decidirnos por la segunda posibilidad, que por supuesto no será trabajo fácil, lleva su tiempo, requiere de un esfuerzo individual y colectivo, es importante y necesario que todos nos impliquemos en la recuperación de un proceso que agoniza con riesgo de morir o de ser abortado.
No es momento de quedarnos en la acusación y en la queja, ya todos sabemos bien que hay un conflicto latente en Euskal Herria, donde no hay ganadores, todos salimos perdiendo, en todos hay dolor y sufrimiento, todos somos víctimas en una guerra sucia, víctimas del juego sucio que hacen los partidos políticos para anular el derecho de poder decidir nuestro propio futuro como pueblo vasco.
Sabemos que no es el mejor momento de nuestras vidas ni de nuestra historia, y precisamente por ello debemos continuar hacia adelante no retroceder, debemos intentar entre todos reconducir a mejor nuestra historia, debemos avanzar, intentar recuperar el proceso, ahora más que nunca necesitamos unirnos y exigir el diálogo.
Nos merecemos una nueva oportunidad, Euskal Herria se merece una oportunidad de diálogo, un proceso real que nos conduzca no sólo a la resolución política del conflicto, sino que nos garantice a todos los que aquí vivimos un futuro de paz.
Creemos en las ideas y sabemos que como pueblo aún tenemos muchos derechos que defender con el diálogo, con firmeza, con el respeto de unos hacia otros, el respeto a nuestro derecho a decidir como sujetos y como pueblo el futuro que deseamos.
Por todo ello, nos manifestamos una vez más, para recordarles con más fuerza sus tantas promesas de campaña electoral, para volver a pedir que nos consulten, que nos tomen en cuenta. Pedimos a los políticos desde esta plataforma de ciudadanos que nos garanticen un futuro sin conflictos. RESPETO y PAZ para Euskal Herria.