La sala de consumo supervisado de Médicos del Mundo se creó hace algún tiempo con la intención de minimizar o evitar los daños colaterales de la drogadicción. A los usuarios de esta sala se les presta atención en muchos aspectos. Uno de ellos es tratar de que recuperen su autoestima y su dignidad. Con ese objetivo se organizó un taller de pintura dirigido por Begoña Intxaustegi. El éxito de la iniciativa llevó a los responsables a plantear la realización de una exposición, y a la iniciativa se vincularon artistas reconocidos, como Vicente Larrea, José Luis Zumeta, Marta Cárdenas, Mari Puri Herrero, Néstor Basterretxea y Juan Gorriti, entre otros, que quisieron colaborar con sus propios trabajos para que la exposición fuera conjunta.

«La Mirada invisible» es una exposición que muestra «sólo una pequeña parte del arte realizado por personas que están casi excluidas de la sociedad, por enfermedad, por drogas... y que, a pesar de ello, nos ofrecen un nivel artístico increíble», señala en una nota remitida a este diario Begoña Intxaustegi.

Esta artista ha vivido una experiencia muy positiva al frente del taller de pintura y poesía de la narco-sala bilbaina. «El resultado son unas obras magníficas, llenas de significado, que en esta exposición se presentan en mestizaje con artistas de máxima relevancia en nuestro país, quienes, de forma desinteresada y testimonial, han colaborado en el proyecto», añade.

«Una de las ideas de la experiencia ha sido huir del mito del artista como genio -indica Intxaustegi-. Todos somos genios en potencia y todos podemos ser artistas. Entiendo el arte como un territorio intermedio que ayuda a las personas a encontrarse», prosigue la responsable de la iniciativa.

A esta artista le gustaría que esta muestra sirviera para que las instituciones se dieran cuenta de los beneficios que talleres de este tipo reportan a sus participantes. «Más de uno me dice que pasa los días esperando a que llegue el día del taller», asegura. Por ello, cree importante que se amplíe el número de talleres municipales y se abran a personas en situación de marginalidad.

En la inauguración de la exposición, en vez de pintxos se repartieron poemas, algunos escritos en el taller y otros rescatados de la obra de grandes escritores. En el acto participaron los rapsodas Iñaki Urrutia y Begoña Iribarren, así como el músico Pascual, que vive de cantar en la calle, y la orquesta Eli Africando, con su jazz.