El sucesor de Tony Blair, Gordon Brown, admitió ayer en Bagdad que ha habido «errores» en la política británica en Irak. El dirigente laborista y actual ministro de Hacienda viajó por sorpresa a la capital iraquí con el fin, según declaró, de «recabar información, mirar y aprender» antes de tomar las riendas del Gobierno británico el día 27.

«Aunque Blair actuó con buena intención, se cometieron errores. Considero que es importante que aprendamos la lección para que podamos centrarnos en trabajar por el futuro», manifestó en la rueda de prensa ofrecida tras entrevistarse con el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki. Añadió que este viaje es una visita de «evaluación. Se trata de una primera toma de contacto con la realidad iraquí».

Subrayó que la cuestión «más importante es ayudar al pueblo iraquí, ya que no se trata simplemente de mantener su seguridad, sino de construir su democracia, otorgarle prosperidad y progreso. El pueblo iraquí es capaz de lograrlo».

En su agenda figuran también cuestiones como la reconstrucción económica y la «reconciliación política». «Quiero saber si va a avanzarse y qué cosas pueden avanzar. Si no obtengo propuestas, las plantearé yo», dijo. Brown, acompañado por el secretario de Defensa británico, Des Brown, se reunió con el máximo mando británico en Irak, el teniente general Graham Lamb, el embajador estadounidense en Irak, Ryan Crocker y con el general David Petraeus.

Por su parte, Nuri al Maliki le trasladó la intención de su Gobierno de seguir cooperando con Gran Bretaña. «Tenemos mucho interés en conocer los mecanismos de cooperación y la política que seguirá con respecto a Irak. Hemos encontrado mucha compresión en Brown, más de la que nosotros esperábamos», resaltó.

Cuatro años después de la invasión de Irak, siguen produciéndose las muestras de rechazo a la intervención en este país. En Londres, un dibujo al carboncillo realizado por el artista Michael Sandle en forma de tríptico es una de las piezas centrales de la exposición de verano de la Royal Academy of Arts.

El panel central representa al todavía primer ministro Tony Blair y su esposa Cherie desnudos en el momento de ser «expulsados» de su residencia oficial de Downing Street. En el izquierdo, se muestra a un soldado británico golpeando salvajemente con una porra a civiles iraquíes indefensos mientras que en el derecho hay un montón de cadáveres y pedazos de cuerpos amontonados junto al despacho oficial de Blair.

Bombardeo estadounidense

En Irak, mientras tanto, un bombardeo estadounidense llevado a cabo desde un helicóptero en el provincia de Diyala mató a, al menos, ocho personas.

Según un comunicado militar, el ataque contra una vivienda, supuestamente, utilizada por milicianos ocurrió en el sur de la región de Kenan.

El Ejército estadounidense informó además de la muerte el domingo de uno de sus soldados en el sur de Bagdad. El sábado, falleció otro en un tiroteo en Diyala. Ayer, tres soldados fallecieron en un atentado kamikaze perpetrado con coche bomba contra un puesto de control situado en una de las dos autopistas que cruzan Irak de norte a sur. La explosión provocó el derrumbe del puente al paso de un convoy de Estados Unidos. Los trabajos de rescate de las personas atrapadas bajo los escombros duró casi una hora. Además, se encontraron 17 nuevos cadáveres.