La UE reduce un 8,3% las capturas de atún rojo para recuperar la especie
El Consejo de Ministros de Agricultura y Pesca de la UE aprobó ayer la reducción en un 8,3% de las capturas de atún rojo, así como aumentar el peso obligatorio para poder descargar los peces capturados. Pese al aparente esfuerzo para recuperar la especie en riesgo de desaparición, Greenpeace opinó en realidad estas medidas suponen «la condena definitiva» del atún rojo y una amnistía para la pesca ilegal.
GARA | BRUSELAS
Los ministros de Pesca de la Unión Europea (UE) aprobaron ayer, con el rechazo de Gran Bretaña y de Irlanda, un plan para recuperar las existencias de atún rojo en el mar Mediterráneo y en el océano Atlántico oriental, que incluye una rebaja del 8,3% para las capturas globales que tienen todas las flotas de la UE. La cuota total de pesca para toda la Unión será de 16.779,5 toneladas.
En el caso del Estado español, la cuota para 2007 será de 5.568,21 toneladas, es decir, el 11% menos que el cupo que tuvo en 2006 (6.266 toneladas).
Asimismo, el plan prevé otras medidas como un aumento del peso obligatorio de los peces para que puedan ser descargados, que pasará de los 10 kilogramos actuales a los 30 kilos.
Incluye más controles a los barcos y a las granjas de engorde, así como una ampliación de los períodos de veda, que durarán entre cinco y seis meses. Las medidas entrarán en vigor mañana, aunque hasta el día 30 habrá algunas excepciones a las exigencias sobre el tamaño mínimo de los atunes.
La Comisión Internacional para la Conservación de los Atunes Atlánticos (ICCAT), encargada de gestionar esa especie había recomendado reducir el 20% en cuatro años las cuotas de pesca de atún rojo que tiene la flota comunitaria. El plan pactado ayer durará 15 años, si bien habrá revisiones e incluye otras actuaciones como el establecimiento de un sistema de inspección conjunta, que permite controles de cualquiera de los países miembros del ICCAT en alta mar. Se estima que, entre capturas legales e ilegales, el Estado español, el Estado francés e Italia realizan el 50% de la pesca de atún en el mundo, aunque Japón es el país que más extrae y consume este pescado.
«Sentencia de muerte»
Greenpeace denunció que el plan aprobado el Consejo de Ministros supondrá la condena del atún rojo porque permitirá «capturar el doble del recomendado por los científicos en 2007 para evitar el colapso de la población». Además, el aumento de la talla mínima de captura desde los 10 kilogramos actuales hasta 30 kilogramos, sólo entrará en vigor el año que viene, «lo que permitirá que continúe la captura de juveniles», afirmó Greenpeace.
El atún rojo se encuentra en la actualidad al borde de la desaparición, víctima de la presión pesquera excesiva y de las prácticas ilegales de la industria atunera. «No hay ninguna esperanza de recuperación de la especie en este plan, sólo supone una amnistía para las flotas responsables de la captura ilegal de decenas de miles de toneladas de atún rojo en los últimos años y una sentencia de muerte» para la especie, declaró el responsable de la campaña de océanos de Greenpeace a bordo del 'Rainbow Warrior', Sebastián Losada.
En su opinión, las flotas ya deben haber alcanzado las 15.000 toneladas de capturas recomendadas por los científicos y sostuvo que «la pesquería debería ser cerrada de inmediato».
Por otra parte, el Consejo aprobó definitivamente el plan para la recuperación de la anguila, que obligará a destinar, en seis años, el 60% de las capturas de angulas a repoblar los ríos. Ese porcentaje partirá de un 35% anual de las capturas de anguila en el primer año de aplicación del plan; el índice se irá elevando progresivamente un 5% hasta alcanzar el 60% de las angulas pescadas en 2013.
En el caso de que haya una caída significativa de los precios del mercado para las angulas utilizadas para la repoblación, en comparación con las que se comercializan o exportan, Bruselas podría establecer medidas como una reducción de las exigencias de repoblación o suspenderlas temporalmente.
El Consejo de Agricultura y Pesca acordó ayer establecer una serie de denominaciones comunes para la carne de ternera, en función de la edad de la res en el momento de ser sacrificada y del sistema de producción ganadera que se haya empleado, que establece que se llamará «ternera blanca» o «lechal» a la ternera sacrificada a la edad de entre cero y ocho meses, y «ternera» para la edad de entre ocho hasta un máximo de 12 meses. El acuerdo busca crear criterios comunes entre los dos sistemas de alimentación del ganado vacuno y de producción de carne de ternera que se identifican en la UE. Casi todos los estados aplican un sistema en que los animales se alimentan principalmente con leche y productos lácteos y se sacrifican antes de los ocho meses. Con el acuerdo, ésta será la carne denominada «ternera blanca» o «lechal».
El Estado español, Holanda y Dinamarca siguen otro sistema que basa la alimentación de los animales casi exclusivamente en cereales, sobre todo maíz, complementada con forraje, y se sacrifican con 10 meses o más, incluso hasta los 14 meses. Este tipo de carne en adelante se denominará «ternera». Las dos denominaciones sustituirán a la práctica actual, en la que con el nombre «ternera» se engloba a la carne producida por los dos métodos y sin hacer ninguna alusión a la edad de la res en el momento de llegar al matadero. Además, la carne deberá acompañarse de unas «denominaciones de venta» que dejarán constancia de las «costumbres y tradiciones culturales» que se han seguido en su producción.
GARA
El Consejo aprobó definitivamente el plan para recuperar la anguila, que supone destinar, en un período de seis años, entre el 35% y el 60% de las capturas de angulas a repoblar los ríos.