ATHLETIC 3

RAYO VALLECANO 1

En sus más de cien años de historia, el Athletic nunca ha afrontado la última jornada de Liga sintiendo el peligro de descenso como le va a ocurrir ante el Levante. La «final» que más se puede parecer a la de este domingo la tuvieron que jugar los rojiblancos en la temporada 1995-96 frente al Rayo Vallecano. Sin embargo, en aquella ocasión el Athletic conoció lo que es tener que luchar por evitar la promoción y por lo tanto, en caso de fallar disponía de una segunda oportunidad.

Fue una campaña para olvidar en la que la apuesta de Arrate por Dragoslav Stepanovic a punto estuvo de mandar al equipo a Segunda. El entrenador serbio abandonó el barco en la jornada 31 y José María Amorrortu tuvo que salir al rescate del equipo al igual que ocurrió en la temporada anterior tras la dimisión de Irureta.

En una situación preocupante y con el riesgo del descenso al acecho, el Athletic respondió ante el reto en una última jornada de temores nunca antes conocida. Los rojiblancos necesitaban un punto para asegurar su permanencia en Primera y con el respaldo de San Mamés lograron salir airosos.

El conjunto rojiblanco dependía de sí mismo como sucede esta temporada, pero el Rayo Vallecano también se jugaba la vida. La victoria de los bilbainos obligó a los vallecanos a jugar la promoción.

Joseba Etxeberria es el único jugador de la actual plantilla del Athletic que disputó aquel encuentro y su aportación resultó decisiva, por lo que podrá enseñar al resto de los jugadores cómo hacer frente a la presión. El de Elgoibar -tenía tan sólo 18 años- dio los tres pases de gol a Ziganda, la gran figura del partido. Fue complicado, pero el entrenador de Osasuna en la presente campaña estuvo espectacular.

Arrate tiró de talonario

El Athletic tocó fondo en esa temporada y la respuesta al desbarajuste fue clara. Los candidatos a la presidencia tendrán que tener en cuenta cómo evitó la Junta que se repitiera la situación. Arrate invirtió el dinero que comenzó a entrar en abundancia por los derechos de televisión para evitar un fracaso en la siguiente temporada. El presidente rojiblanco contrató a un entrenador con caché en Europa como Luis Fernández, que llegaba de ganar la Recopa con el PSG, y tampoco le tembló el pulso a la hora de fichar a grandes jugadores como Lizarazu y Urzaiz.

Arrate acertó de pleno. El tarifeño clasificó al equipo para la UEFA en la penúltima jornada de su primer año. La apuesta del empresario bodeguero fue aún más ambiciosa en la siguiente campaña y reforzó el equipo con siete jugadores -Alkorta, Patxi Ferreira, Lasa, Lacruz, Nagore y Roberto Ríos-, el equipo alcanzó esa temporada su plenitud clasificándose para jugar la Liga de Campeones. El mayor éxito de los últimos 20 años.