GARA > Idatzia > Eguneko gaiak

«la espada de los vascones»

«Mi objetivo es divulgar de forma sencilla pasajes ocultos de nuestra historia»

Entrevista a Pello GUERRA | Escritor

¿Con qué se encontrará el lector en «La espada de los vascones»?

La novela arranca en octubre de 1813, cuando los ejércitos aliados, al mando de Wellington, sitian Iruñea, en poder de las tropas napoleónicas. En la Ciuda- dela, víctma de un cañonazo, fallece un capitán francés sin haber podido encontrar un valioso objeto, en busca del cual el propio Napoleón le había enviado a Nafarroa en misión secreta. Paralelamente, en una segunda trama, un estudiante francés de nuestros días se pone en contacto con un profesor de la UPNA especialista en la llamada Guerra de la Independencia, decidido a encontrar un «tesoro» escondido del que ha tenido noticia gracias a la carta perdida de un granadero que logró eludir aquel cerco de 1813.

Y esa doble trama le permite divulgar aspectos poco conocidos o, simplemente, silenciados de la historia de Nafarroa.

Sí, en la novela cito cuestiones como el especial interés que sintió Napoleón por Nafarroa y que incluso hubo quien propuso que el viejo reyno rompiese definitivamente con la corona española y se incorporase al Estado francés. O los planes para que Zumalakarregi se proclamase rey de los vascos, bajo el nombre de Tomás I. Incluyo también personajes de nuestra historia que, por el mero hecho de formar parte del bando de los perdedores, han sido sistemáticamente silenciados, como los hermanos de San Francisco de Xabier, cuyo papel fue clave en la resistencia a la invasión castellana, o, más recientemente, Jesús Monzón, organizador del maquis que en la Segunda Guerra Mundial liberó el sur del Estado francés de la dominación nazi. También he incluido a Jacinto Otxoa, superviviente de la fuga del fuerte de San Cristóbal e incansable combatiente antifascista. Tenía especial interés en enredar en la trama a Jacinto, porque, aunque no tuvo la relevancia política de Monzón, quería rendirle un homenaje por toda su vida de compromiso.

El hilo conductor de la novela, que hace incursiones en distintas épocas de la historia de Nafarroa, es la búsqueda de un misterioso objeto que Tomás Urzainqui, en el prólogo, identifica como «metáfora del alma nacional del pueblo».

Creo que Tomás ha captado muy bien la filosofía de la novela y que el lector, cuando llegue al final y descubra el misterio, puede llegar a la misma conclusión que él.

Urzainqui no se ha limitado a escribir el prólogo.

No, Tomás, además, ha tenido la amabilidad de leer y corregir la novela. Yo procuro ser riguroso con los datos históricos, pero que un auténtico experto como él se haya prestado a revisarlos es toda una garantía. De hecho, ha realizado aportaciones muy importantes. Haber podido contar con su colaboración ha sido todo un lujo, porque, además, Tomás Urzainqui es para mí una referencia insoslayable en la difusión de nuestra historia desde un punto de vista propio, que es algo que estaba faltando.

Quizá el éxito de su primera novela, «Réquiem por Navarra» (Astero, 2004), sea un buen ejemplo de que el público echaba en falta ese enfoque propio.

Reconozco que yo mismo todavía estoy sorprendido de la estupenda acogida que ha tenido. Se han vendido más de 10.000 ejemplares, todo un logro, habida cuenta de en qué mercado nos movemos. Para mí, lo fundamental de ese éxito es que ha demostrado que hay mucho interés por parte de un público amplio en conocer lo que realmente ha ocurrido en nuestra historia y, en el caso concreto de «Réquiem por Navarra», lo que ocurrió durante la conquista por parte de las tropas castellanas. El caso es que la información estaba ahí, pero quizá faltaba presentarla de una manera sencilla y accesible a un lector no especializado. Y, para quienes se animen a profundizar, ahí está la bibliografía.

¿Qué diferencia existe entre su primera novela y «La espada de los vascones»?

«Réquiem por Navarra» es, básicamente, la consecuencia de novelar unos hechos históricos. Recurrí a una serie de personajes de ficción que coloqué en los escenarios que más me podían interesar, pero siempre en función de los acontecimientos, los auténticos protagonistas. «La espada de los vascones», en cambio, tiene un trasfondo histórico importante, algo que considero esencial cuando me siento a escribir, pero cuenta ya con una trama de ficción. Es, digámoslo así, «más novela».

Una de las cuestiones que los lectores de novelas históricas suelen plantearse es dónde está el límite entre la realidad, entre lo que está documentado que sucedió, y la ficción. Al respecto, hay autores que juegan deliberadamente la carta de la ambigüedad. Usted, sin embargo, hace una confesión de plano.

He incluido una nota para que el lector sepa qué acontecimientos son históricos, porque algunos son tan curiosos que pueden parecer una concesión a la imaginación. Por ejemplo, es rigurosamente histórico que los franceses tomaron la «inexpugnable» Ciudadela de Iruñea sin pegar un tiro después de haber despistado a los centinelas escenificando una batalla de bolas de nieve. Es rigurosamente histórico, por poner otro ejemplo, que en 1937 y 1938 hubo en Nafarroa revueltas independentistas protagonizadas tanto por liberales como por carlistas.

¿Trabaja ya en otra novela?

Sí, pero estoy aún en fase de documentación. Estoy pensando en volver a la época de los reyes desterrados, los Albret, a ese reino que, a pesar de la conquista castellana, siguió siendo independiente al otro lado de los Pirineos hasta el siglo XVII. Creo que es una época muy interesante y muy silenciada.

Martin ANSO

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo