La 12ª edición de Documenta, una de las exposiciones de arte contemporáneo más grandes del mundo, arrancará este sábado en Kassel, en el centro de Alemania. Durante los más de tres meses que dura la cita (hasta el 23 de septiembre), se expondrán medio millar de obras de 113 artistas de todo el mundo.

El alemán Roger Buergel se estrena como director de esta exposición quinquenal. Ayer dio a conocer los ejes de la presente edición. «Documenta puede ser un paso para animar a la gente, al gran público, a aceptar su fuerza y su inteligencia», señaló Buergel. Entre los artistas seleccionados no hay demasiadas «estrellas» consagradas, algo que Buergel justificó diciendo que se interesa «más por las obras que por los nombres de los artistas».

Las obras han sido elegidas teniendo en cuenta tres criterios: la modernidad, «la vida desnuda», es decir, el minimalismo, y la cultura. África, Latinoamérica y Asia son los grandes protagonistas, según Buergel, que busca en las periferias artísticas las esencias de esa «experiencia colectiva».

Con respecto a los escenarios, el Museum Fridericianum seguirá siendo el epicentro de la muestra, junto con el pabellón Aue, un espacio de 9.50 metros cuadrados que ha sido construido para la ocasión en el centro de la ciudad. Además, se sumará a la muestra el palacio Wilhelsmhöhe y su parque, donde un artista tailandés ha plantado un campo de arroz.

Este año, y por primera vez en la historia de la exposición, habrá un pabellón fuera de Kassel. Será en Cala Montjoi (Catalunya), donde está ubicado «elBulli», el restaurante del cocinero catalán Ferran Adriá, recientemente elegido mejor cocinero del mundo. Precisamente, su participación fue presentada ayer como una de las novedades más destacables de la presente edición.

«La cocina no es museable, es una disciplina artística que necesita su propio escenario, el escenario donde la hacemos», justificó el innovador restaurador, mientras algún periodista alemán le hacía ver la decepción del asistente de a pie a la Documenta, que se quedará sin «degustar» su arte. «Colocarnos aquí y cocinar era imposible, por esos trasladamos la Documenta a la Cala Montjoi», insistía el cocinero.

Documenta nació en 1955 con el propósito de mostrar el arte denostado por el nazismo. Entonces atrajo a la cifra nada desdeñable de 130.000 visitantes. En cada edición, esta cantidad ha ido incrementándose y el éxito arrollador de la anterior cita, hace cinco años, hace difícil conseguir el ambicioso reto de los 650.000 que se ha marcado la dirección para este año.