«Flesh, es un homenaje al cuerpo como motor, como lo inacabable, como lo único», explicó ayer la coreógrafa y bailarina Cristina Andreu acerca del espectáculo que acogerá este sábado el Artium. Mientras flesh significa carne, las cifras 174 responden a los centímetros de altura de la propia artista.

La filosofía del solo de danza que realizará la valenciana es muy clara, según apuntó Andreu. «Cualquier día es bueno para empezar de nuevo, para reconstruir el pasado y volver a iniciarse. Las personas tenemos la capacidad para ello, a veces la tomamos y otras veces nos cuesta más pero realmente hoy se puede empezar», desveló.

Versión para Artium

Cristina Andreu se muestra contenta de acercar su obra a Euskal Herria. «Ya habíamos actuado antes en Bilbo pero con otros espectáculos. Incluso he colaborado con compañías vascas pero ésta es la primera vez que «Flesh 174» se pone en escena en el País Vasco», subrayó.

La obra lleva girando ya dos años, desde que en 2005 se estrenará en el Festival València Escena Oberta (VEO). Lo que en esta ocasión Andreu presenta en Artium es, de alguna manera, una versión de la propia obra. «No se puede montar un escenario al completo por falta de espacio -dijo la bailarina-. La escena y la interpretación serán las mismas pero no vamos a poderla desarrollar en la misma escena para la que había sido diseñada. Uno de los cambios responde a la iluminación. En cualquier caso será una cosa más directa y que exigirá la implicación del espectador».

El solo de danza durará una hora. En él los elementos escenográficos forman parte importante de la pieza, según describió la bailarina valenciana. «Trabajo con un cilindro que cuenta con una parte similar a la de un pozo, en el que te adentras y te introduces para resolver los problemas. Es una relación bastante metafórica -puntualizó-. Después está una cama que no tiene somier y éste es un juego con la propia intimidad. Por último, hay un tercer elemento. Se trata de otro personaje pero en esta ocasión es un animal. Es una mariquita gigante que significa la relación con el mundo exterior. Una relación que también se irá resolviendo».

El espectáculo, además de objetos y la propia danza contemporánea, se compone de audiovisuales. «Las imágenes van sugiriendo cosas y nos ayudan a ubicar y clarificar lo que va sucediendo -señaló la bailarina-. Por otro lado, da una visión de lo que va transcurriendo y ofrece la oportunidad al espectador de descansar toda la carga que va recopilando a lo largo de la actuación».

Cristina Andreu comenzó su carrera escénica a los dieciocho años. Realizó estudios de teatro independiente en «La Carátula» y trabajó como actriz en 1985 en un espectáculo producido por los Teatros de la Diputación Valenciana. Posteriormente, finalizó los estudios de danza clásica y se dedicó a la investigación de la danza contemporánea en Barcelona.

Su primera producción, la obra «Oh! Menage a toi», se estrenó en 1986 con la compañía de Danza Melics &Melic. Becada por la Generalitat Valenciana, viajó a New York en 1992; y ya desde 1994 funda y dirige su propia compañía de danza: La Sonrisa de Caín.

Tras su visita a Gasteiz con «Flesh 174», Cristina pretende poder escenificar esta obra en más lugares de Euskal Herria. «No es fácil porque hay muchas cosas interesantes de danza contemporánea en la actualidad, pero me encantaría mover por aquí el espectáculo. Nosotros siempre estamos dispuestos a ello», reconoció.

Una vez finalice la cita del sábado en el museo Artium, Cristina Andreu y su equipo se pondrán a trabajar en un nuevo espectáculo que «nada tiene que ver con éste». El nuevo, en el que participan cuatro bailarines, pretenden estrenarlo el próximo mes de octubre.