Despedida de Savo Milosevic
El ariete serbio se va «dejando un montón de amigos aquí»
«Ha sido bueno y bonito mientras duró» fue la frase de Milosevic que resumió su estancia durante tres años en la disciplina rojilla, donde ha dejado su impronta como uno de los mejores extranjeros
Natxo MATXIN | IRUÑEA
Después de catorce temporadas jugando al más alto nivel y de haber defendido nada menos que los colores de siete camisetas diferentes, podría dar la impresión de que Savo Milosevic a estas alturas debe estar acostumbrado a despedirse sin mayores sobresaltos de un club. Sin embargo, los tres años que ha estado en Iruñea al ariete serbio le han calado hondo..
Parapetado tras unas gafas de sol y conteniendo a duras penas la emoción en algunos momentos de su intervención, el delantero balcánico hizo un repaso de su etapa rojilla, que ha coincidido con la mejor del club, en la que destacó los logros conseguidos y las amistades labradas a lo largo de este tiempo. Lo resumió con una frase muy clara: «Ha sido bueno y bonito mientras duró».
«En el fútbol se sufre mucho y con el paso del tiempo se olvidan las gestas deportivas que hayas podido protagonizar. Lo que realmente quedan son las amistades, las tengo en todas las ciudades por las que he pasado y eso es lo importante, no las glorias de este deporte», comentó agradecido.
Así, concretó que «futbolísticamente hablando ha sido un placer compartir mi tiempo con gente maravillosa, en la que tengo que destacar a mis compañeros y agradecer a la directiva que confió en mí. Ha sido un equipo histórico y para conseguir eso no basta con golpear bien al balón», aseguró.
Tal y como confesó, su marcha le produce sensaciones encontradas. Por un lado, tristeza precisamente «porque dejo un buen montón de amigos aquí», pero también, por otro, cierta alegría «porque puedo regresar a mi país y, sobre todo, por mi familia y mis hijos. Quiero que ellos se eduquen a partir de ahora en Serbia».
Vestuario único
Interpelado sobre la diferencia entre Osasuna y las diversas escuadras en las que ha militado, el jugador serbio destacó «el carácter de los navarros y lo que significa el equipo en toda la provincia». Ahondando en ello, remarcó que el vestuario rojillo «no se puede comparar con ningún otro equipo en el que he estado. Ha habido respeto entre nosotros y todo el mundo estaba dispuesto a sacrificarse por el conjunto, algo que es muy difícil de encontrar».
Milosevic ha sido partícipe activo de la mejor singladura de la escuadra navarra en el más alto escalafón del deporte rey. Mantener esta trayectoria no va a ser tarea fácil, pero el hasta este próximo día 30 ariete rojillo ve con optimismo el futuro. «La plantilla quiere subir el nivel y espero que en los próximos años no se detengan en su progresión. Una de las claves por las que se han conseguido tan buenos resultados durante este tiempo es porque no fuimos conformistas estos tres años», explicó.
Un buen ejemplo de esa ambición es el hecho de que este veterano quiere marcharse del conjunto rojillo marcando. Así, avanzó que entrará en la convocatoria contra el Atlético de Madrid, en la que dispondrá de minutos. La guinda, un gol. «Sería la mejor manera de despedirme, desde luego», confirmó.
Elegante y claro en las formas, Milosevic no quiso entrar a valorar las razones del club para no renovarle, aduciendo que ese no era su estilo. «Entiendo perfectamente su postura, me pueden ver mal físicamente, o prefieren otro jugador con más futuro o es una cuestión económica. No voy a entrar en ello porque no me meto en el trabajo de los demás», indicó.
Primer mundialista rojillo
A sus 33 años, Savo Milosevic firma una trayectoria de catorce campañas en activo, en las que ha pasado por el Partizán, Aston Villa, Zaragoza -con los maños tiene su mejor marca goleadora liguera, con 23 dianas en la 1999-2000-, Parma, Espanyol, Celta y Osasuna.
El atacante serbio pasará a los anales de la historia del club por ser el primer rojillo mundialista, ya que formó con su selección en la cita del pasado verano en Alemania. Además de dar un buen número de asistencias y ser un experto en conservar el esférico, con la elástica osasunista ha marcado un total de 20 goles en Liga y uno europeo.
Unos se van y otros llegan. Es el sino del fútbol. Se marcha un delantero consagrado y se está a la espera de darle la bienvenida a otro que quiere confirmarse en el fútbol estatal como uno de los mejores artilleros.
Javier García Portillo es el hombre en el que Osasuna ha puesto gran parte de sus esperanzas goleadoras de cara a la próxima temporada. Sus doce goles con el Nàstic avalan su olfato anotador para suplir la marcha de Soldado.
Y el de Aranjuez firmará con los rojillos para las cuatro próximas campañas. Además, lo hará de manera inmediata -mañana o pasado-, según informaron fuentes cercanas al jugador. El acuerdo es total con Osasuna, si bien no han trascendido las cantidades económicas del compromiso ni la cláusula de rescisión.
En cualquier caso, desde la escuadra navarra se apuntó que no existe prisa por llevar a cabo la presentación -incluso podría posponerse a después del día 30- y se mantuvieron cautos ante la opción de que entre en la operación Pablo García, un futbolista que tiene caché en Iruñea.
Al parecer, un fleco que todavía quedaría pendiente sería el hecho de que el club de la Plaza del Castillo cederá un jugador al Nástic. Miguel Arruabarrena o el chileno Nicolás Medina son los que más boletos tienen para ello.
N.M.
Dubai o Qatar, los nuevos paraísos futbolísticos para aquellos futbolistas que ven cercana su recta final deportiva, parecen ser el destino, como ya se apuntara desde hace algunas semanas, de Savo Milosevic.
El delantero balcánico confirmó que no jugará en ningún equipo del Estado español, ni tampoco lo hará en su país, Serbia, pese a que, al parecer, tenía ofertas de ambos lugares. A buen seguro, una de las razones de su decisión es que no está dispuesto a arrastrarse en una Liga en la que ha sido uno de sus estelares protagonistas.
Milosevic, por contra, quiere mantenerse en activo por lo menos durante dos temporadas más -«algunos juegan hasta los 39 años», señaló- porque «es lo único que sé hacer, jugar al fútbol y me costará adaptarme a otras cosas cuando acabe mi carrera».
Ese es el argumento por el que en sus futuros proyectos sólo contempla seguir ligado al mundo del balón. «Pero no como entrenador -especificó-, que consiste en tratar de coordinar nada menos que a 24 locos, sino en alguna otra faceta que esté relacionada con este deporte», aclaró.
N.M.