La organización del Giro filtró ayer que tres corredores han dado no negativo en la carrera italiana, de los que uno es Iban Mayo, por valores anormales en la testosterona, y los otros dos son italianos, por valores altos de salbutamol. A la espera del contraanálisis, todo indica que los altos niveles de testosterona del corredor de Igorre son naturales, y la Unión Ciclista Internacional (UCI) tiene todos los certificados que así lo prueban.

Josean Fernández Matxin, director de Mayo en el Saunier Duval, se puso ayer en contacto con la UCI y le confirmaron que no hay ningún positivo. «No significa nada», aseguró, «las tasas altas están contrastadas con la UCI. Nos han despejado todas las dudas y estamos tranquilos».

Mayo ya ha tenido en el pasado oscilaciones en la relación testosterona-epistosterona de naturaleza fisiológica, y sobre los que tiene conocimiento la UCI.

De hecho, Mayo ya dio esos valores anormales cuando ganó la Dauphiné Liberé en 2004. Entonces, la Agencia Contra el Dopaje en el Estado francés le pidió cuentas al ciclista vasco por estos valores y la UCI envió el certificado y puso fin a todos los problemas y a cualquier duda.

Pese a que no se tratan de positivos, la «Gazzeta dello Sport» reveló ayer que tres corredores que han participado en el último Giro dieron resultado no negativo en los controles antidopaje realizados por la UCI.

El diario deportivo italiano, empresa organizadora del Giro, indica que «por ahora se trata de resultados de los primeros exámenes, a los que seguirá el contraanálisis, y que las muestras de orina se han enviado al laboratorio de Barcelona para posteriores verificaciones».

Al parecer, lo que busca el laboratorio de Barcelona es si esos valores anormales se deben al uso de testosterona sintética. Por ello, se indica que el caso podría cerrarse sin procedimientos punitivos para el corredor vasco.

La pregunta es por qué se ha sacado a la luz este no negativo cuando se necesitan más exámenes para confirmar un positivo.

Los casos de los italianos serían distintos pues tendrían un certificado médico que demostraría una patología asmática y, por tanto, podrían tomar una medicación específica.

Uno de ellos presentaría unos porcentajes de salbutamol elevados que no justificarían su uso terapéutico.

«EPO generalizado»

Por su parte, el confeso Rolf Järmann aseguró ayer que no sólo habría que anular la victoria de Riis la victoria en el Tour de 1996, sino que «habría que anular también todas las victorias entre 1992 y 1999. En esa época hubo consumo de EPO generalizado», dijo el ex ciclista suizo.

En una entrevista en la revista alemana «Sport Bild», Jäerman sugiere además que no sólo habría que descalificar a los ganadores sino también a los 20 primeros.