En un momento difícil para Euskal Herria -juicios, detenciones, encarcelamientos, tortura, se rompe la tregua, arrebatan concejalías y alcaldías de plataformas ilegalizadas y de un partido político que sí es legal, detienen a Otegi, interlocutor de la izquierda abertzale, quien a pesar de ello, insiste en el diálogo y en recuperar el proceso- qué más debemos esperar? Actualmente se habla de contratar a guardaespaldas y policías, y me pregunto de dónde saldrán esos sueldos. ¿Los pagaremos los ciudadanos.

Se habla de apoyos y acuerdos entre los partidos para acabar con el terrorismo. Me sigo preguntando, además de sus ideas brillantes de policías y guardaespaldas, que otras ideas y propuestas efectivas tienen los partidos políticos. A mí, como ciudadana, se me ocurre que debemos juntarnos representantes y portavoces de todo un foro social de Euskal Herria, de todos los colectivos y agentes sociales, todas las iniciativas a favor del proceso, como, por ejemplo, Milakabilaka, Anitzak y todas las iniciativas que desean que el proceso continúe, que haya diálogo, que se resuelva el conflicto del País Vasco; crear nuestra propia mesa de ciudadanos y ser nosotros quienes llamemos a todos los partidos políticos, a todas las partes implicadas en el conflicto y en su posible solución, para que nos expongan sus propuestas claras y concretas, sus compromisos reales, que nos digan y nos pongan por escrito qué piensan hacer, qué proponen y a qué se comprometen.

Ya no hay que perder el tiempo en venganzas y acusaciones infantiles, inmaduras e irresponsables. Hay que exponer lo que se ha hecho mal y por qué, y a partir de la autocrítica y del momento actual, qué van a hacer y, si no se atreven a la autocrítica, al menos que digan exactamente qué podemos esperar de cada partido político, sin justificar sus errores con los errores de los otros. No encaja eso de acusar a quienes no condenan la violencia mientras se está permitiendo la tortura y otro tipo de violencias. Tampoco es creíble hablar de democracia si se ilegalizan partidos o plataformas. Tampoco podemos aceptar que se acuse de terroristas a quienes deciden estar en un partido y participar en la democracia. Todas estas mentiras ya no son suficientes, necesitamos escuchar algo nuevo, algo que podamos creer, que nos demuestre el verdadero interés y voluntad de que termine el conflicto.

Los políticos ya han tenido su tiempo y su turno para hablar y decidir y no han sabido hacerlo bien, así que ahora es el turno del pueblo vaco para preguntar y opinar, para organizarnos, para formar nuestra propia mesa de diálogo, para llamarles y pedirles cuentas. Es nuestro turno para actuar a favor del pueblo vasco. Ahora somos nosotros quienes les damos la oportunidad a todos los partidos políticos para que demuestren que tienen palabra, que saben cumplir con sus discursos bonitos, que realmente les interesa resolver el conflicto, que es verdad que nos escuchan y toman en cuentan a los ciudadanos, que realmente les interesa que haya paz en Euskal Herria. ¿Es acaso esto una utopía?