El ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, desvinculó ayer la subida de la tarifa eléctrica que se aplicará a partir del próximo 1 de julio de la batalla empresarial por Endesa y afirmó que el Gobierno español intenta que el incremento de la luz esté vinculado a los costes generales de producción.

La subida de la tarifa «no tienen nada que ver con la situación de las empresas», dijo Solbes durante una intervención en TVE. Añadió que el Ejecutivo intenta que la evolución del precio de la luz refleje los costes generales de producción de las empresas eléctricas y corregir el sistema vigente actualmente «porque no tiene sentido».

«La política del PP era no subir la luz y reconocer un déficit de tarifa que las compañías eléctricas se apuntaban en sus cuentas» posteriormente, lo que «permitía presentar la idea de que bajaba la electricidad, pero lo que se hacía era no absorber su coste», recordó Solbes.

Según explicó, «el inconveniente» de este modelo es que el consumidor piensa que la luz es un bien barato, por lo que el consumo se dispara.

Según la propuesta del Ministerio de Industria, las tarifas eléctricas subirán una media ponderada del 1,81% para los consumidores domésticos a partir de julio, incremento que se suma al 2,8% de media aprobado en diciembre, lo que supone incumplir la promesa de que la subida no supere el IPC.

Iberdrola apunta a EEUU

Por otro lado, el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán señaló ayer que, tras culminar la operación de compra de ScottishPower, el grupo «continuará su expansión global donde cuenta con presencia y oportunidades de negocio más relevantes, con el objetivo de construir un eje atlántico».

Durante una intervención en la apertura de la cumbre de líderes energéticos organizada por «Financial Times», Galán apuntó a Estados Unidos como «una de las oportunidades de crecimiento más importantes para el grupo Iberdrola». Asimismo, anunció que continuará centrado en los negocios de generación y distribución en México y Brasil, mientas en Europa aprovechará su posición en los mercados británico y español como plataforma para la expansión futura por otros países.

Por otro lado, Galán indicó que «la energía será un recurso cada vez más escaso y caro», por lo que la política europea, «debe encaminarse a garantizar el abastecimiento necesario para asegurar un crecimiento económico sostenido y sostenible». También propuso que Bruselas nombre a los reguladores de los países donde las empresas energéticas sean públicas, para «asegurar su independencia».